Juan Carlos García Valdés
Una persona que conozco, Lucho, dice que soy un adicto al trabajo (workaholic) y creo que tiene razón. Aquí entre nos, disfruto mucho dos partes del día: las primeras horas de la mañana y las últimas horas del día. En esos lapsos las interrupciones disminuyen considerablemente y es cuando más avanzo.
Como el workaholic que soy, a menudo me la paso ideando nuevas estrategias para mis alumnos y reflexiono mucho sobre lo que estamos haciendo bien y lo que estamos haciendo mal. Y aquí les comparto algunas de mis reflexiones.
Estamos haciendo mal: Craso error #1
Lo veo recurrentemente y me pone de malas. La gente, no todos, pero sí la mayoría, deja las cosas para el final final. Es decir, no para el último día, sino para el último minuto literalmente.
Aunado a lo anterior, no ejercitan lo suficiente. "Con ir a una clase ya hice lo que tenía que hacer". El músculo del vocabulario y el músculo de la gramática y el músculo de la fluidez no están lo suficientemente trabajados y, por eso, cuando se ponen a prueba colapsan.
Es como si el señor panza chelera de la reta dominguera o el trotador casual de pronto quieren jugar en la Premier League o acudir al Campeonato Mundial de Atletismo, respectivamente: simplemente es imposible.
Desafortunadamente, nos estamos preparando como si el reto fuera la cascarita con los amigos de la cuadra y no la final de la Champions League en Wembley Stadium. Y diría Brendon Burchard: "¿Cuánto lo queremos realmente?" ¿Cuánto queremos que nuestro objetivo se cumpla?
No dejemos la preparación para la certificación hasta que ya tengamos el agua al cuello. O "es que la próxima semana tengo una entrevista de trabajo y sólo sé decir <<Hi!>>". Pues sí, pero antes tuviste mucho tiempo y sólo te estuviste picando un ojo.
Estamos haciendo mal #2: Ligado a lo anterior
No me ando normalmente entre las ramas, ni que fuera chango, y esta vez no será la excepción. Lo diré tal cual es: algo que me purga (sí, me purga) es que la gente sea desorganizada. Pero eso no pasa en mi país, no, ¿cómo creen? Lo digo porque me imagino que pasa en las regiones centrales de Alemania y en la parte más septentrional de Dinamarca.
¿A qué voy? A que muchos de mis alumnos pasan más tiempo buscando una hoja que aprendiendo. "Es que me acuerdo que la tenía por aquí; no, por acá; no, en la libreta que dejé en Pinotepa Nacional; no, en la que hago garabatos con pluma rosa; ¡ya la encontré! ¡Celebremos!" No, no y no, porque llevas media hora buscando algo que debería de haberte llevado diez segundos.
Algunos consejos al respecto:
a) Tengan una sola libreta o un solo fólder para cada curso o para cada proyecto y, sin excepción, metan todo lo relacionado con esa actividad ahí. Lleven un orden. De preferencia, peguen o engrapen las hojas sueltas para que no se vayan a perder.
b) La tecnología está muy avanzada y es muy útil como para no aprovecharla. Yo, por ejemplo, antes escribía casi todas mis entradas de blog en la computadora. Ahora las escribo con mi celular en Evernote y luego me las comparto a mí mismo por correo o las subo directamente desde aquí. La libreta y la oficina del mundo moderno son nuestros teléfonos celulares. Esto nos lleva a pensar que el párrafo anterior es útil, pero que tal vez debemos dar el salto hacia lo tecnológico. Así evitamos tener infinidad de papeles y post-its y podemos acceder a nuestra información desde prácticamente cualquier sitio. Al decir información en este caso, léase nuestro vocabulario y nuestras notas.
Tip de friends: no escriban todo lo que está en las diapositivas o en el pizarrón. Sean selectivos al hacer sus notas o, mejor aún, saquen una foto y san se acabó.
Estamos haciendo mal #3: Nuevamente ligado a lo que acabo de decir
Otro yerro continuo que detecto es que la gente tiene múltiples momentos para poder practicar al día, pero arguye que no tiene con qué practicar. "Es que yo practicaría, pero no me traje ningún libro, ni traigo mis notas conmigo". O "es que no hay internet".
¡Pues eso tuviste que preverlo! Y honestamente creo que convertir nuestro celular en nuestra oficina solucionaría muchas de estas cantaletas. ¿Por qué? Porque el celular va con nosotros a todos lados y ahí podemos tener prácticamente todo.
Descarguen varios libros y varios audios a su modern office y cerciórense de que pueden acceder a ellos incluso sin conexión a internet. Y lleven siempre sus audífonos con ustedes. Una cosa es que quieran practicar y otra muy diferente es que quieran que la cuadra entera practique con ustedes.
Tip adicional: respalden siempre su información.
Estamos haciendo mal #4: Seguimos promoviendo la instrucción en vez de la interacción
Continuamos creyendo que metiendo a los párvulos en un salón de clases lo soluciona todo. "Pues ya tienen su clase", dicen directivos, maestros y padres de familia.
Pues sí, muy bien. Pero ¿y la Cheyenne apá? Que diga, que diga... ¿Y la plática y el cotilleo?
Ahora bien, eso no significa que todo tenga que ser brindado por el centro educativo o por el docente en turno. ¿Dónde están las ganas del aprendiz? ¿Dónde está su voluntad y su compromiso? "Es que no hay internet y dejé mi voluntad ahí". También los aprendices tienen que moverse y tienen que buscar su propia práctica.
Bueno y a todo esto, ¿estamos haciendo algo bien?
En estos momentos me imagino la cara de Lucho diciendo: "no sólo es workaholic; aparte es negativo" (movimiento de cabeza de un lado a otro, mirada matadora y labios apretados).
Si tuviera que escoger algo que estamos haciendo bien, sería lo siguiente: cada vez veo a más y más aprendices escuchado música in English y jugando videojuegos in English. A veces no entienden nada, verdad, pero el contacto en ambos casos me parece más recurrente que antes.
Otro aspecto positivo que detecto es que cada vez hay más conciencia en cuanto al hecho de que la gramática no lo es todo en el idioma.
También, por las características de nuestro country, cada vez percibo un contacto más habitual con nativos del inglés. No en todos los casos, pero sí en algunos. Primos, tíos, amigos: la baraja parece ir creciendo.
Y finalmente, veo que en algunas personas, no en todos nuevamente, la percepción sobre el inglés empieza a cambiar: "pues no era tan difícil" o "pues después de todo no es tan tedioso como yo pensaba".
Lo tedioso es tener que seguir lidiando con las prácticas ineficientes del pasado.
Manos a la obra
Espero que algunas de estas reflexiones hayan podido resonar con profundidad y que los lleven a ser mejores aprendices y mejores usuarios de la lengua.
La clave está en la acción estratégica, el orden y la disciplina, en no dejar todo al final y en ser proactivos, en dejar de lado las ideas que no funcionan y dar paso a lo que nos dará resultados.
Nuestro propio Wembley o nuestro propio Campeonato Mundial nos esperan y tenemos que prepararnos de la mejor manera.
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