jueves, 25 de febrero de 2016

La técnica del círculo virtuoso: ¡A hablar se ha dicho!


Juan Carlos García Valdés

Empezar a hablar en otro idioma no es sencillo. Requiere valor. En ocasiones no nos atrevemos ya que pensamos que nuestra pronunciación no es adecuada o que aún nos faltan muchas palabras por conocer. A continuación les voy a compartir la técnica del círculo virtuoso, una técnica que una de mis alumnas puso en práctica y que le ha dado muchos resultados. He aquí los pasos a seguir.

Paso 1: Identifica un tema que te apasione
Ella escogió la medicina, pero cada uno de ustedes puede seleccionar lo que más le guste o convenga: un artista, fútbol, la historia, etcétera.

Paso 2: Identifica los materiales en los que puedes encontrar información al respecto (en el idioma que quieres aprender)
Actualmente esto significa principalmente páginas de internet, si bien no hay por qué descartar otras opciones como libros, revistas o periódicos. Ella, por ejemplo, visitó páginas en donde había artículos médicos e imágenes de los distintos aparatos y sistemas del cuerpo humano. Otras personas, de acuerdo con el tema que hayan escogido, podrían visitar YouTube, redes sociales o foros.

Paso 3: Utiliza estos materiales y ve haciendo anotaciones
Después de leer o de ver los videos correspondientes, es conveniente que sistematices el aprendizaje. Puedes hacer un glosario con el vocabulario más importante, un mapa mental o una presentación (esto último fue lo que hizo ella).

Paso 4: Platícale a alguien lo que aprendiste
Para muchos este paso puede ser el más difícil, pero créeme que será también el que te dé más resultados. ¿Por qué? Porque, como el título de esta entrada lo dice, el proceso se convierte en un círculo virtuoso. La razón es sencilla: como ya leíste bastante al respecto (o viste muchos videos), ahora tienes más vocabulario para poder hablar. Por lo tanto, tu confianza aumenta y pronto es visible que puedes comunicar muchas más ideas de las que podías expresar previamente.

Afortunadamente, el proceso no termina ahí. Debido a que estás dialogando, tu interlocutor – directa o indirectamente – te brindará retroalimentación muy valiosa. Tal vez diga palabras que ya habías visto en los textos o en los videos pero que todavía no terminabas de comprender. Tal vez tu interlocutor pronuncie una palabra de una forma inesperada y tú puedes relacionar dicha pronunciación con un vocablo específico o también es probable que él o ella utilice palabras que no habías visto o escuchado, pero que gracias al contexto son entendibles. Toda esta retroalimentación te será muy útil en el siguiente y último paso.

Paso 5: Completa el círculo
De la plática seguramente saldrán nuevas ideas o nuevos conceptos sobre los que quieras investigar más. ¡Hazlo! Regresa a los libros o a los videos o al material que estés ocupando y aprende más sobre el tema. Y por supuesto no olvides agendar una próxima conversación en la que puedas incorporar las nuevas palabras, estructuras y expresiones que hayas aprendido.

Suena muy bien, pero no tengo con quién platicar
Este pretexto era creíble hace algunas décadas cuando todavía no teníamos internet, pero ahora es prácticamente inadmisible. Si buscas bien, puedes encontrar muchas opciones. A continuación menciono algunas, pero seguramente existen muchas más: un amigo con un nivel del idioma que quieres aprender igual o mejor que el tuyo, un asistente de lengua (cada vez más las universidades tienen al menos uno), un maestro o ex-maestro, un familiar que radique en Estados Unidos (la mayoría de los mexicanos – supongo que la situación debe ser similar en otras partes de América Latina – tenemos al menos un pariente en la Unión Americana), un turista que visite tu ciudad o un extranjero que viva cerca de donde radiques, un forista interesado en el mismo tema, un amigo de Facebook de otro país o un usuario de Skype con el que tal vez puedas hacer un intercambio de idiomas.

Manos a la obra
Escoge tu tema ahora mismo, identifica los materiales que puedes aprovechar, sistematiza tu aprendizaje y platica tanto como te sea posible. Además, recuerda que los verdaderos beneficios de esta técnica se dan cuando la utilizamos repetidamente. No pongas pretextos y busca a esa persona con la que puedas platicar acerca del tema que te gusta o apasiona (mi alumna, por ejemplo, platica tanto con maestros y ex-maestros como con un familiar en Estados Unidos). Si lo haces, pronto verás que tu fluidez y tu capacidad de expresar ideas en el otro idioma mejoran significativamente. Además, tendrás la ventaja de utilizar la lengua que quieres aprender de forma práctica, por lo que no te quedarás únicamente en el escalón en el que muchos se quedan: el conocimiento gramatical. ¡A platicar se ha dicho!

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

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