jueves, 8 de diciembre de 2016

Yes!

Juan Carlos García Valdés

¿Se acuerdan de la película Yes, Man!? La verdad es que yo no la conocía hasta que una muy buena amiga me la prestó hace algunos años. Para aquellos que no la hayan visto o que la hayan visto, pero que ya no recuerdan de qué se trata, aquí lo resumiré: Carl Allen (Jim Carrey) tiene que responder que sí a todo lo que le preguntan.

La idea es simple: al decir que sí, Carl empieza a disfrutar de una vida que antes era sosa y apagada. Ahora bien, lo que yo creo es que si empezáramos a decir que sí constantemente, nuestro nivel de inglés también podría mejorar a pasos agigantados.

¿Cómo surgió esta entrada?

El día de hoy me pasé toda la mañana viendo My sassy girl (Una chica fuera de serie; https://www.youtube.com/watch?v=ClzNgddFyoc ) y después algunos episodios de Once upon a time (Netflix).

Los que me conocen saben que no existe posibilidad alguna de que, derivado de un deseo propio, me ponga a ver dicha película o dicha serie. Los personajes de los cuentos de hadas no son mis predilectos y las historias de amor que rayan en lo cursi a menudo me desesperan.

Ciertamente, en un momento dado de la película y muy al principio de la serie, un pensamiento entró en mi mente, más bien en forma de pregunta: “What the hell am I doing???

¿Se preguntarán entonces por qué las vi? Antes de responder, debo definir lo que sería mi clase ideal de lengua extranjera.

Mi clase ideal sería aquella en la que cada estudiante escogiera sus propios materiales para aprender. El maestro se saldría del rol central que a menudo tiene y sería un simple guía, un simple acompañante en el proceso.

Sin embargo, esta clase presentaría dos dificultades: a) sobre todo en nuestro país, muchos estudiantes están acostumbrados a que (en cualquier materia y el inglés no es la excepción) sea el maestro el que les brinde todas las herramientas, todos los materiales, todos los ejercicios y todas la estrategias para aprender, lo cual es francamente triste; y b) ¿cómo se evaluaría un curso así?

Habiendo dicho lo anterior, también es verdad que cuando encuentro estudiantes brillantes (y siempre que me es posible aplicar la idea), trato de darles autonomía parcial o total en su proceso de aprendizaje. Y eso fue lo que pasó. Una de mis estudiantes brillantes escogió la película y la otra la serie.

Ser un guía o un acompañante en el proceso de aprendizaje no implica que uno se desentienda y es por ello que mi mañana se vio invadida por las locuras de Jordan Roark y por las peripecias de Snow White. Y… ¿saben algo? Aprendí/descubrí cosas geniales. Les comparto un par:

1.- En My sassy girl descubrí una de las definiciones más bellas que conozco sobre el destino:  “Destiny is the bridge you build to the one you love” (¡wow!!!).

2.- Por su parte, en Once upon a time descubrí que podemos aprender mucho sobre nuestras propias vidas al remitirnos a los clásicos: ahí está ya descrita la manera en la que amamos, odiamos y vivimos; de cierta forma, ahí estamos también nosotros mismos (creo que mi colección de series favoritas tiene, a partir de hoy, un nuevo integrante).

Mi interés en ambos casos fue indagar de qué se tratan para poder comentarlas con mis alumnas, pero si mi intención hubiera sido mejorar mi inglés, podría haber aprendido, entre otras cosas:

a) My sassy girl: que la palabra downtown tiene dos significados (uno de los cuales, por cierto, nunca te lo van a enseñar en la escuela; a los interesados les recomiendo ir al Urban Dictionary); el uso de las frases second to none y from parts unknown, y los siguientes idioms: cut from the same cloth y chip off the old block.

b) Once upon a time: la frase here’s the thing y all that aside, el significado del adjetivo accommodating y cómo se dice Pepe Grillo en inglés.

Si no les hubiera dado esta opción a mis estudiantes, no habría conocido esa definición de destino y no habría incorporado una nueva serie a Mi Lista. Hubiera sido más fácil decirles que vieran una película o una serie que a mí me gusta. Sin embargo, al haber dicho que sí a sus opciones, gané y mucho.

“Noes” que a partir de ahora sean “síes”

¿A qué estamos diciendo que no, que está obstaculizando nuestros avances? A continuación sugiero varios ejemplos:

¿Y si hablamos con nativos del inglés?

“No porque mi pronunciación es tan mala que no me van a entender. Además no me sé muchas palabras”. O “no porque de seguro me van a criticar”. O “no porque no hablo como la Reina Isabel”. O, mi favorita: “no porque tengo una voz horrible” (o sea que no sólo es la pronunciación, sino incluso la voz, que extrañamente se vuelve normal cuando la susodicha habla en español).

Respuesta sugerida: “¡Sí! ¿Cuándo?? ¿Ahorita??? ¿Dónde está?? ¿Dónde está???” No, espera, tampoco es para tanto. “Dije ¿dónde está????”

¿Y si leemos en inglés?

“No. Es aburrido. No entiendo nada”.

No se trata de que quieras leerte el Ulysses de Joyce cuando vas en Inglés 2, pero hay muchas otras opciones. Empieza con graded readers, que son libros creados específicamente para los aprendices del idioma y que tienen la ventaja de que están clasificados por niveles. Lee (o como diría nuestro Secretario de (mala) Educación: le) primero uno del nivel Starter, luego céntrate en los de nivel Beginner y continúa así hasta que llegues al Upper; una vez que los del Upper se te hagan fáciles, da el salto a los libros hechos para nativos del inglés.

Respuesta sugerida: “¡Sí! ¿Quién me presta un libro en inglés? Rápido, rápido, por favor”.

¿Y si vemos películas y series en inglés?

“No. Es que a mí me gusta la voz que hace Eugenio Derbez”.

Respuesta sugerida: “Sí. Hoy mismo empiezo” (Creo que no hace falta que dé más detalles sobre todo lo que pueden aprender con esta opción después de que la introducción habló sobre My sassy girl y Once upon a time).

¿Y si escuchamos música en inglés?

“No porque a mí me gusta mucho la de <<ese botecito que Dios te dio>> y también la de <<desde que me dejaste, la ventanita del amor se me cerró>>”.

Aquí entre nos, si no te pones las pilas, las que se te van a cerrar van a ser las ventanitas de los trabajos y de los estudios.

Respuesta sugerida: “Of course my horse!

¿Y si vamos a las expos donde están las universidades de Reino Unido, Canadá, Australia y Estados Unidos?

“Ay no. Está súper lejos. Siempre las hacen en el D.F.”

Antes esto era cierto, pero ahora cada vez más, estas expos se llevan a cabo en el interior de la república.

“Pues sí, pero yo no quiero irme a estudiar allá”.

Y dale… no te estoy diciendo que vayas a estudiar allá necesariamente. Tú ve y pide informes en inglés. O como dirían en mi pueblo: ¡practica!!!!!

Respuesta sugerida: “Let’s go my friend!

¿Y si chateamos en inglés?

“Pero no conozco a nadie del extranjero. Todos mis amigos viven en la Colonia Morelos”.

Punto número uno: si no tienes amigos o conocidos en el extranjero, algo estás haciendo mal o algo estás haciendo poco (¿practicar?). Con toda la tecnología y los medios existentes, aunado al hecho de que el turismo y los intercambios van en aumento, es cada vez más fácil conocer a gente de otros países. Y no sólo eso: es esencial, si de verdad quieres mejorar.

Respuesta sugerida: “Hoy mismo empiezo”.

¿Y si leemos el blog del teacher?

“Ay no. Qué aburrido. Además todavía no termino mi cuota de 500 memes al día. No. Eso del blog puede esperar”.

(Pues se lo pierden, jajaja).

Respuesta sugerida: “¡Uy! Cada jueves lo leo. No hace falta que me recuerde teach”.

¿Y si viajamos?

“Mmm… no pues ahí sí ya no. No tengo dinero y tampoco tengo tiempo”.

La verdad, estoy convencido de que viajar al extranjero (no Latinoamérica) es una de las mejores formas de aprender inglés. Aunque no vayas a un país donde hablen inglés, este idioma frecuentemente termina siendo el medio de comunicación #1 y lo mejor es que aprendes de manera muy práctica.

“Sí teach, pero no tengo dinero”.

Afortunadamente, cada vez hay más opciones que hacen que viajar sea menos caro. Las que más te recomiendo que cheques son:



Manos a la obra

Ya basta de ponernos obstáculos nosotros mismos. El que quiere, aprende. Ya sea hablando con nativos, leyendo, viendo películas, escuchando música, yendo a expos, chateando o viajando, aprender inglés nunca había estado tan al alcance de todos. Lo que a veces falta es determinación y optimismo y el coraje y la valentía que decir sí conlleva.

¿Y si ponemos todo esto en práctica?

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

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