Juan Carlos García
Valdés
¿Se acuerdan de la película Yes, Man!? La verdad es que yo no la conocía hasta que una muy
buena amiga me la prestó hace algunos años. Para aquellos que no la hayan visto
o que la hayan visto, pero que ya no recuerdan de qué se trata, aquí lo resumiré:
Carl Allen (Jim Carrey) tiene que responder que sí a todo lo que le preguntan.
La idea es simple: al decir que sí, Carl empieza a disfrutar
de una vida que antes era sosa y apagada. Ahora bien, lo que yo creo es que si
empezáramos a decir que sí constantemente, nuestro nivel de inglés también podría
mejorar a pasos agigantados.
¿Cómo surgió esta
entrada?
El día de hoy me pasé toda la mañana viendo My sassy girl (Una chica fuera de serie; https://www.youtube.com/watch?v=ClzNgddFyoc
) y después algunos episodios de Once
upon a time (Netflix).
Los que me conocen saben que no existe posibilidad alguna de
que, derivado de un deseo propio, me ponga a ver dicha película o dicha serie. Los
personajes de los cuentos de hadas no son mis predilectos y las historias de amor
que rayan en lo cursi a menudo me desesperan.
Ciertamente, en un momento dado de la película y muy al
principio de la serie, un pensamiento entró en mi mente, más bien en forma de
pregunta: “What the hell am I doing???”
¿Se preguntarán entonces por qué las vi? Antes de responder,
debo definir lo que sería mi clase ideal de lengua extranjera.
Mi clase ideal sería aquella en la que cada estudiante
escogiera sus propios materiales para aprender. El maestro se saldría del rol
central que a menudo tiene y sería un simple guía, un simple acompañante en el
proceso.
Sin embargo, esta clase presentaría dos dificultades: a)
sobre todo en nuestro país, muchos estudiantes están acostumbrados a que (en
cualquier materia y el inglés no es la excepción) sea el maestro el que les
brinde todas las herramientas, todos los materiales, todos los ejercicios y
todas la estrategias para aprender, lo cual es francamente triste; y b) ¿cómo
se evaluaría un curso así?
Habiendo dicho lo anterior, también es verdad que cuando
encuentro estudiantes brillantes (y siempre que me es posible aplicar la idea),
trato de darles autonomía parcial o total en su proceso de aprendizaje. Y eso
fue lo que pasó. Una de mis estudiantes brillantes escogió la película y la
otra la serie.
Ser un guía o un acompañante en el proceso de aprendizaje no
implica que uno se desentienda y es por ello que mi mañana se vio invadida por las
locuras de Jordan Roark y por las peripecias de Snow White. Y… ¿saben algo?
Aprendí/descubrí cosas geniales. Les comparto un par:
1.- En My sassy girl descubrí
una de las definiciones más bellas que conozco sobre el destino: “Destiny is the bridge you build to the one you love” (¡wow!!!).
2.- Por su parte, en Once
upon a time descubrí que podemos aprender mucho sobre nuestras propias
vidas al remitirnos a los clásicos: ahí está ya descrita la manera en la que
amamos, odiamos y vivimos; de cierta forma, ahí estamos también nosotros mismos
(creo que mi colección de series favoritas tiene, a partir de hoy, un nuevo
integrante).
Mi interés en ambos casos fue indagar de qué se tratan para
poder comentarlas con mis alumnas, pero si mi intención hubiera sido mejorar mi
inglés, podría haber aprendido, entre otras cosas:
a) My sassy girl: que
la palabra downtown tiene dos
significados (uno de los cuales, por cierto, nunca te lo van a enseñar en la
escuela; a los interesados les recomiendo ir al Urban Dictionary); el uso de las frases second to
none y from parts unknown, y los siguientes
idioms: cut from the same cloth y chip
off the old block.
b) Once upon a time:
la frase here’s the thing y all that aside, el significado del
adjetivo accommodating y cómo se dice
Pepe Grillo en inglés.
Si no les hubiera dado esta opción a mis estudiantes, no habría
conocido esa definición de destino y no habría incorporado una nueva serie a Mi Lista. Hubiera sido más fácil
decirles que vieran una película o una serie que a mí me gusta. Sin embargo, al
haber dicho que sí a sus opciones, gané y mucho.
“Noes” que a partir de
ahora sean “síes”
¿A qué estamos diciendo que no, que está obstaculizando
nuestros avances? A continuación sugiero varios ejemplos:
¿Y si hablamos con
nativos del inglés?
“No porque mi pronunciación es tan mala que no me van a
entender. Además no me sé muchas palabras”. O “no porque de seguro me van a
criticar”. O “no porque no hablo como la Reina Isabel”. O, mi favorita: “no
porque tengo una voz horrible” (o sea que no sólo es la pronunciación, sino
incluso la voz, que extrañamente se vuelve normal cuando la susodicha habla en
español).
Respuesta sugerida: “¡Sí! ¿Cuándo?? ¿Ahorita??? ¿Dónde está??
¿Dónde está???” No, espera, tampoco es para tanto. “Dije ¿dónde está????”
¿Y si leemos en inglés?
“No. Es aburrido. No entiendo nada”.
No se trata de que quieras leerte el Ulysses de Joyce cuando vas en Inglés 2, pero hay muchas otras
opciones. Empieza con graded readers,
que son libros creados específicamente para los aprendices del idioma y que
tienen la ventaja de que están clasificados por niveles. Lee (o como diría
nuestro Secretario de (mala) Educación: le) primero uno del nivel Starter, luego céntrate en los de nivel Beginner y continúa así hasta que
llegues al Upper; una vez que los del
Upper se te hagan fáciles, da el
salto a los libros hechos para nativos del inglés.
Respuesta sugerida: “¡Sí! ¿Quién me presta un libro en inglés?
Rápido, rápido, por favor”.
¿Y si vemos películas y
series en inglés?
“No. Es que a mí me gusta la voz que hace Eugenio Derbez”.
Respuesta sugerida: “Sí. Hoy mismo empiezo” (Creo que no hace
falta que dé más detalles sobre todo lo que pueden aprender con esta opción después
de que la introducción habló sobre My
sassy girl y Once upon a time).
¿Y si escuchamos música
en inglés?
“No porque a mí me gusta mucho la de <<ese botecito que
Dios te dio>> y también la de <<desde que me dejaste, la ventanita
del amor se me cerró>>”.
Aquí entre nos, si no te pones las pilas, las que se te van a
cerrar van a ser las ventanitas de los trabajos y de los estudios.
Respuesta sugerida: “Of
course my horse!”
¿Y si vamos a las expos
donde están las universidades de Reino Unido, Canadá, Australia y Estados
Unidos?
“Ay no. Está súper lejos. Siempre las hacen en el D.F.”
Antes esto era cierto, pero ahora cada vez más, estas expos
se llevan a cabo en el interior de la república.
“Pues sí, pero yo no quiero irme a estudiar allá”.
Y dale… no te estoy diciendo que vayas a estudiar allá
necesariamente. Tú ve y pide informes en inglés. O como dirían en mi pueblo: ¡practica!!!!!
Respuesta sugerida: “Let’s
go my friend!”
¿Y si chateamos en inglés?
“Pero no conozco a nadie del extranjero. Todos mis amigos
viven en la Colonia Morelos”.
Punto número uno: si no tienes amigos o conocidos en el
extranjero, algo estás haciendo mal o algo estás haciendo poco (¿practicar?). Con
toda la tecnología y los medios existentes, aunado al hecho de que el turismo y
los intercambios van en aumento, es cada vez más fácil conocer a gente de otros
países. Y no sólo eso: es esencial, si de verdad quieres mejorar.
Respuesta sugerida: “Hoy mismo empiezo”.
¿Y si leemos el blog
del teacher?
“Ay no. Qué aburrido. Además todavía no termino mi cuota de
500 memes al día. No. Eso del blog puede esperar”.
(Pues se lo pierden, jajaja).
Respuesta sugerida: “¡Uy! Cada jueves lo leo. No hace falta
que me recuerde teach”.
¿Y si viajamos?
“Mmm… no pues ahí sí ya no. No tengo dinero y tampoco tengo
tiempo”.
La verdad, estoy convencido de que viajar al extranjero (no
Latinoamérica) es una de las mejores formas de aprender inglés. Aunque no vayas
a un país donde hablen inglés, este idioma frecuentemente termina siendo el medio
de comunicación #1 y lo mejor es que aprendes de manera muy práctica.
“Sí teach, pero no tengo dinero”.
Afortunadamente, cada vez hay más opciones que hacen que
viajar sea menos caro. Las que más te recomiendo que cheques son:
Couchsurfing: https://www.couchsurfing.com/
Airbnb: https://www.airbnb.mx/
Manos a la obra
Ya basta de ponernos obstáculos nosotros mismos. El que
quiere, aprende. Ya sea hablando con nativos, leyendo, viendo películas,
escuchando música, yendo a expos, chateando o viajando, aprender inglés nunca
había estado tan al alcance de todos. Lo que a veces falta es determinación y
optimismo y el coraje y la valentía que decir sí conlleva.
¿Y si ponemos todo esto en práctica?
Puedes compartir cualquier
duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com
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