jueves, 13 de julio de 2017

Si estás under pressure, no te olvides de la música

Juan Carlos García Valdés

Una de mis alumnas me comentó recientemente que había estado con mucha presión en las últimas semanas y que por eso no había podido practicar inglés. Cuando me lo dijo, inmediatamente recordé una canción muy famosa, que muchos de ustedes identificarán, llamada Under pressure.

La realidad es que muchas personas de este mundo viven under pressure, algunas porque trabajan en compañías explotadoras (¿no es pleonasmo?), otras porque se embarcan en seiscientas mil actividades, sin antes pensar todo lo que cada una de esas acciones acarreará.

Ante ese panorama, el aprendizaje del inglés se pone en vilo. ¿Cómo aprender cuando se está under pressure

Con la música. De eso va esta entrada.


No es lo mismo soy millonario que quiero serlo

Hace unos días me di cuenta de algo. En una conversación con otra alumna, le reclamé que fuera tan poco constante y tan poco disciplinada, a pesar de tener tanto talento. Ante esto, ella me dijo: “Sí sé que soy así, pero, ¿cómo le hago para cambiar?”.

A menudo damos por sentado que todos saben exactamente lo mismo que nosotros, pero eso no es verdad. Pensemos, por ejemplo, en el caso del millonario. A la mayoría de las personas les gustaría convertirse en millonarios, pero ese deseo no implica que sepan cómo lograrlo. El que sabe cómo hacerle es el que ha repetido la fórmula una y otra vez.

Lo mismo pasa con la disciplina y la constancia (todos quisieran tenerlas en su repertorio de características personales y en teoría sería sencillo desarrollarlas, pero del dicho al hecho hay mucho trecho y si no lo creen simplemente volteen a su alrededor).

El inglés no es la excepción. Todos, absolutamente todos, altos, bajitos, guapos, feos, cabezones, panzones, del norte, del sur y del sureste, quieren hablarlo, o al menos eso dicen. ¿Y entonces por qué tan poca gente lo logra? ¡Qué poca…………… gente lo consigue!

Más allá de muchas respuestas que podrán ser válidas, estoy convencido de que esto se debe a que no se saben el caminito, la receta, que les puede dar excelentes dividendos.


¿Y quién me da esa receta?

Honestamente, creo que el trabajo fundamental de todo maestro de inglés debería de ser ese precisamente: mostrar el camino correcto.

En este sentido, la tarea del docente se convierte más en ser un guía que en ser un transmisor o repetidor de conocimientos. “Haz esto y esto otro, que sí funciona, y déjate de pavadas”.

Sin embargo, esta función no está reservada a los maestros. De hecho, cualquiera con cierto conocimiento del idioma puede guiar a alguien que esté un poco más abajo. Así, el proceso se vuelve más abierto e incluyente y algunos se atreverían a decir que, incluso, se vuelve más democrático, lo cual me parece una pavada (¿qué tiene que ver aquí la democracia?)


¿Y cuál es la receta secreta?

Lo he dicho una y mil veces y no me cansaré de decirlo (o a lo mejor sí). La receta se llama música y se vende en los supermercados y en las tiendas en línea en paquetes de doce tonadas.

Lo han dicho mis entrevistados y lo han dicho los que saben: los mejores aprendices casi siempre han logrado su progreso, o buena parte de él, por medio de la música.


Las ventajas de la música

Sobre todo para el 93.75 por ciento de la población que dice vivir under pressure, de acuerdo con datos de la última encuesta Mientofsky, la ventaja principal de la música es la siguiente: por más estresados, ocupados y presionados que estemos, nunca dejamos de escuchar música. Dejamos de hacer todo lo demás o casi todo, pero antes muerto que sin music. La escuchamos cuando manejamos, cuando usamos el transporte público, antes de dormir, en las fiestas, cuando caminamos o esperamos y llevamos nuestros audífonos antisociales puestos.


Pero el problema es que escuchamos mal

Verán… muchos de mis alumnos me dicen: “Pero si teacher… yo me la paso escuchando música en inglés”, y tal vez sea cierto, no como ese compañero de la Facultad de Lenguas al que mandaban todos los días a las computadoras para que escuchara música en inglés y que, cuando sus audífonos ocasionalmente se desconectaban, sólo dejaba entrever un “árboles de la barranca porque no han enverdecido, es que no los han regado con agua del río florido”.

A ese muchacho nunca le creí y estoy segurísimo de que su inglés nunca fue bañado por aguas del río Támesis y por lo tanto estaba verde, más no enverdecido. A mis alumnos, en cambio, sí les creo, pero el problema es que escuchan mal, mal, mal, simplemente muy mal.

Máxima #1: Escuchar sin entender nada no es escuchar, es perder el tiempo.


Analicemos el proceso

Mi alumno Rumpelstiltskin ha escuchado I’m like a bird de Nelly Furtado catorce mil trescientas veinticinco veces en su miserable vida, contado las doce que la puso hoy en la mañana antes de desayunar. He aquí un fragmento de la versión real:

Each and every single day
I know I'm gonna have to eventually give you away, yeah

He aquí ahora la versión charra, de como más o menos la entiende:

Icch an very singer they
Ay no… Angola have to event two Ali give you… a güey, yeah, yeah, yeah
(Disculpen ustedes los horrores)

Y ahora, cómo la canta antes de comerse sus Corn Flakes:

Ti ti tiri titiri….
Tararararararara….. ay wey yey, yey, yey, yeeeeyyy (esta última parte con gran estilo).

Y con todo esto, ahora díganme ustedes, ¿dónde diablos están el aprendizaje y la práctica?

Respuesta: Por eso Rumpelstiltskin no aprende ni maíz, por más de que lleve años y años supuestamente escuchando music in English teacher.


¿Y entonces qué puede hacer Rum?

Lo que Rum debe hacer es lo siguiente:

1.- La primera vez que la escuche, se deja llevar por el sentimiento. Que las palabras le valgan gorro. Lo que tiene que hacer es enamorarse de la tonada y sentirse la Nelly, la Beyoncé, Justin o todo un Camilo Sesto (ok no… tampoco es para tanto).

2.- Después de haberse movido en su escenario imaginario como Emmanuel en la Chica de humo, ahora sí viene lo que casi nadie hace. Si no le entiende, ir a Google y poner el nombre de la canción seguido de la palabra mágica que en este universo paralelo será “Lyrics”.

3.- Eso revelará un conjunto de páginas en las que Rumpelstiltskin podrá acceder a la letra original de la canción.

Aquí hay de dos sopas:

4.- La opción Maruchan, o instantánea, es buscar una página donde además de la letra original esté también la letra traducida. Eso nos evita mucho tiempo de búsqueda, aunque siempre corremos el riesgo de que alguien haya traducido algo de manera incorrecta.

La opción Sopa de mamá, que lleva más tiempo, pero sabe más rica, implica que no accedamos a la traducción inmediata, sino que seamos nosotros los que con nuestro vocabulario y nuestras propias estrategias vayamos desgranando el significado de la letra. Para los que de verdad saben, este es el método que mejor funciona, pero ya les digo que cualquiera de los dos es mejor que no hacer nada o que cantar con entusiasmo, pero sin conocimiento de causa.

5.- Ahora sí, ya sabiendo qué rayos del Necaxa dice la rola en cuestión, procedemos a cantarla catorce mil trescientas veinticinco veces, pero un poco más conscientes y eso nos deja algo bueno, a veces llamado aprendizaje.

6.- Si queremos vernos nivel William Blake, entonces el siguiente paso es identificar algunas estructuras clave o vocabulario importante y ponerlas en práctica immediately (escribiendo oraciones o diciéndolas en alguna conversación en la cual resulten pertinentes).

Se me ocurre que de la canción Under pressure pueden salir:

1) These are the days it never rains
2) What this world is about
3) Like a blind man
4) Um ba ba be

No se requiere crear el Nuevo Tesoro de la Lengua Inglesa. Tres, cuatro o cinco frases bastarán.

7.- Y el nivel Máster de los másters se llama sustituciones. Ahí lo que hacen es practicar nuevo vocabulario con las estructuras de la canción. Por ejemplo:

What this world is about puede convertirse en What this class is about o en What this project is about, y

Um ba ba be puede convertirse en Um ba ba ba o Um bi ri ba.
Y así hasta el infinito.


Manos a la obra

La receta secreta para aprender inglés se llama música y casi todos la hemos subutilizado. Sin embargo, si queremos aprender realmente no basta con tararear cada canción. Hace falta un mucho de trabajo para entender lo que la letra quiere decir y todavía más esfuerzo y dedicación para comenzar a utilizar ese vocabulario y esas estructuras.

Y no importa si estás relajado u under pressure. No debería de haber pretextos.

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