Juan Carlos García
Valdés
Una de mis alumnas me comentó recientemente que había estado
con mucha presión en las últimas semanas y que por eso no había podido
practicar inglés. Cuando me lo dijo, inmediatamente recordé una canción muy
famosa, que muchos de ustedes identificarán, llamada Under pressure.
La realidad es que muchas personas de este mundo viven under pressure, algunas porque trabajan
en compañías explotadoras (¿no es pleonasmo?), otras porque se embarcan en
seiscientas mil actividades, sin antes pensar todo lo que cada una de esas
acciones acarreará.
Ante ese panorama, el aprendizaje del inglés se pone en vilo.
¿Cómo aprender cuando se está under
pressure?
Con la música. De eso va esta entrada.
No es lo mismo soy
millonario que quiero serlo
Hace unos días me di cuenta de algo. En una conversación con
otra alumna, le reclamé que fuera tan poco constante y tan poco disciplinada, a
pesar de tener tanto talento. Ante esto, ella me dijo: “Sí sé que soy así,
pero, ¿cómo le hago para cambiar?”.
A menudo damos por sentado que todos saben exactamente lo
mismo que nosotros, pero eso no es verdad. Pensemos, por ejemplo, en el caso
del millonario. A la mayoría de las personas les gustaría convertirse en
millonarios, pero ese deseo no implica que sepan cómo lograrlo. El que sabe
cómo hacerle es el que ha repetido la fórmula una y otra vez.
Lo mismo pasa con la disciplina y la constancia (todos
quisieran tenerlas en su repertorio de características personales y en teoría
sería sencillo desarrollarlas, pero del dicho al hecho hay mucho trecho y si no
lo creen simplemente volteen a su alrededor).
El inglés no es la excepción. Todos, absolutamente todos,
altos, bajitos, guapos, feos, cabezones, panzones, del norte, del sur y del
sureste, quieren hablarlo, o al menos eso dicen. ¿Y entonces por qué tan poca gente
lo logra? ¡Qué poca…………… gente lo consigue!
Más allá de muchas respuestas que podrán ser válidas, estoy
convencido de que esto se debe a que no se saben el caminito, la receta, que
les puede dar excelentes dividendos.
¿Y quién me da esa
receta?
Honestamente, creo que el trabajo fundamental de todo maestro
de inglés debería de ser ese precisamente: mostrar el camino correcto.
En este sentido, la tarea del docente se convierte más en ser
un guía que en ser un transmisor o repetidor de conocimientos. “Haz esto y esto
otro, que sí funciona, y déjate de pavadas”.
Sin embargo, esta función no está reservada a los maestros.
De hecho, cualquiera con cierto conocimiento del idioma puede guiar a alguien
que esté un poco más abajo. Así, el proceso se vuelve más abierto e incluyente
y algunos se atreverían a decir que, incluso, se vuelve más democrático, lo cual
me parece una pavada (¿qué tiene que ver aquí la democracia?)
¿Y cuál es la receta
secreta?
Lo he dicho una y mil veces y no me cansaré de decirlo (o a
lo mejor sí). La receta se llama música y se vende en los supermercados y en
las tiendas en línea en paquetes de doce tonadas.
Lo han dicho mis entrevistados y lo han dicho los que saben:
los mejores aprendices casi siempre han logrado su progreso, o buena parte de él, por medio de la
música.
Las ventajas de la
música
Sobre todo para el 93.75 por ciento de la población que dice
vivir under pressure, de acuerdo con
datos de la última encuesta Mientofsky, la ventaja principal de la música es la
siguiente: por más estresados, ocupados y presionados que estemos, nunca
dejamos de escuchar música. Dejamos de hacer todo lo demás o casi todo, pero
antes muerto que sin music. La
escuchamos cuando manejamos, cuando usamos el transporte público, antes de
dormir, en las fiestas, cuando caminamos o esperamos y llevamos nuestros
audífonos antisociales puestos.
Pero el problema es que
escuchamos mal
Verán… muchos de mis alumnos me dicen: “Pero si teacher… yo
me la paso escuchando música en inglés”, y tal vez sea cierto, no como ese
compañero de la Facultad de Lenguas al que mandaban todos los días a las
computadoras para que escuchara música en inglés y que, cuando sus audífonos
ocasionalmente se desconectaban, sólo dejaba entrever un “árboles de la
barranca porque no han enverdecido, es que no los han regado con agua del río
florido”.
A ese muchacho nunca le creí y estoy segurísimo de que su
inglés nunca fue bañado por aguas del río Támesis y por lo tanto estaba verde,
más no enverdecido. A mis alumnos, en cambio, sí les creo, pero el problema es que escuchan
mal, mal, mal, simplemente muy mal.
Máxima #1: Escuchar sin entender nada no es escuchar, es
perder el tiempo.
Analicemos el proceso
Mi alumno Rumpelstiltskin ha escuchado I’m like a bird de Nelly Furtado catorce mil trescientas
veinticinco veces en su miserable vida, contado las doce que la puso hoy en la
mañana antes de desayunar. He aquí un fragmento de la versión
real:
“Each and every single day
I know I'm gonna have to eventually give you away, yeah”
He aquí ahora la versión charra, de como más o menos la
entiende:
Icch an very singer they
Ay no… Angola have to event two Ali give you… a güey, yeah, yeah, yeah
(Disculpen ustedes los horrores)
Y ahora, cómo la canta antes de comerse sus Corn Flakes:
Ti ti tiri titiri….
Tararararararara….. ay wey yey, yey, yey, yeeeeyyy (esta
última parte con gran estilo).
Y con todo esto, ahora díganme ustedes, ¿dónde diablos están el aprendizaje y la práctica?
Respuesta: Por eso Rumpelstiltskin no aprende ni maíz, por
más de que lleve años y años supuestamente escuchando music in English teacher.
¿Y entonces qué puede
hacer Rum?
Lo que Rum debe hacer es lo siguiente:
1.- La primera vez que la escuche, se deja llevar por el
sentimiento. Que las palabras le valgan gorro. Lo que tiene que hacer es
enamorarse de la tonada y sentirse la Nelly, la Beyoncé, Justin o todo un
Camilo Sesto (ok no… tampoco es para tanto).
2.- Después de haberse movido en su escenario imaginario como
Emmanuel en la Chica de humo, ahora sí viene lo que casi nadie hace. Si no le
entiende, ir a Google y poner el nombre de la canción seguido de la palabra
mágica que en este universo paralelo será “Lyrics”.
3.- Eso revelará un conjunto de páginas en las que Rumpelstiltskin
podrá acceder a la letra original de la canción.
Aquí hay de dos sopas:
4.- La opción Maruchan, o instantánea, es buscar una página
donde además de la letra original esté también la letra traducida. Eso nos
evita mucho tiempo de búsqueda, aunque siempre corremos el riesgo de que
alguien haya traducido algo de manera incorrecta.
La opción Sopa de mamá, que lleva más tiempo, pero sabe más
rica, implica que no accedamos a la traducción inmediata, sino que seamos
nosotros los que con nuestro vocabulario y nuestras propias estrategias vayamos
desgranando el significado de la letra. Para los que de verdad saben, este es
el método que mejor funciona, pero ya les digo que cualquiera de los dos es
mejor que no hacer nada o que cantar con entusiasmo, pero sin conocimiento de
causa.
5.- Ahora sí, ya sabiendo qué rayos del Necaxa dice la rola
en cuestión, procedemos a cantarla catorce mil trescientas veinticinco veces,
pero un poco más conscientes y eso nos deja algo bueno, a veces llamado
aprendizaje.
6.- Si queremos vernos nivel William Blake, entonces el
siguiente paso es identificar algunas estructuras clave o vocabulario
importante y ponerlas en práctica immediately (escribiendo oraciones o diciéndolas en alguna conversación en la cual resulten pertinentes).
Se me ocurre que de la canción Under pressure pueden salir:
1) These are
the days it never rains
2) What this
world is about
3) Like a
blind man
4) Um ba ba
be
No se requiere crear el Nuevo Tesoro de la Lengua Inglesa.
Tres, cuatro o cinco frases bastarán.
7.- Y el nivel Máster de los másters se llama sustituciones.
Ahí lo que hacen es practicar nuevo vocabulario con las estructuras de la
canción. Por ejemplo:
What this
world is about puede convertirse en What this class is about o en What this
project is about, y
Um ba ba be puede convertirse en Um ba ba ba o Um bi ri ba.
Y así hasta el infinito.
Manos a la obra
La receta secreta para aprender inglés se llama música y casi
todos la hemos subutilizado. Sin embargo, si queremos aprender realmente no
basta con tararear cada canción. Hace falta un
mucho de trabajo para entender lo que la letra quiere decir y todavía más
esfuerzo y dedicación para comenzar a utilizar ese vocabulario y esas
estructuras.
Y no importa si estás relajado u under pressure. No debería de haber pretextos.
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