Juan Carlos García
Valdés
A continuación les comparto cómo la esencia de 5 dichos nos
puede ayudar a mejorar nuestros hábitos al momento de aprender inglés. A
quien le quede el saco (del aprendizaje), que se lo ponga. Y a quien le dé
flojera, pues que afronte las consecuencias.
An apple a
day keeps the doctor away
Dicen en el idioma inglés que una manzana al día aleja al
doctor de nuestras vidas. La verdad, yo no apliqué la de la fruta pomácea y si
bien antes iba muy seguido a ver a mi apreciada Doctora Albertina, ahora con
una reducción considerable del estrés (emocional, sobre todo), el asunto ha
mejorado y mucho.
Mi salud está mejor ahora y eso hay que celebrarlo (sonido de
fuegos artificiales y cohetes), pero lo que también está mejor hoy en día es la
salud inglesa del que redacta y también de muchos de mis estudiantes. ¿Y saben
por qué? Porque los he puesto a leer cada vez más.
Se rumora que el mexicano promedio lee un libro al año, o
poco menos, y yo, que ya no leo las decenas y decenas que leía antes (más por
elección que por falta de tiempo), sí les puedo compartir con gran alegría que
en el transcurso del año he influido directamente para que mis alumnos hayan leído más
de 120 libros.
Un texto al día, de preferencia de un nivel que te rete, hará
que aprendas enormidades. Así es que la pregunta es obligada: ¿Y tú, qué fue lo último
que leíste en la lengua de Shakespeare? (O sea, no en la lengua de Shakespeare,
sino en el idioma que nos atañe).
Take no
notice of the stupid things people say
La gente habla mucho y hace poco. Cómo le gusta a la gente,
de otros planetas y de otras galaxias y de otros mundos, chismear, criticar y
apedrearle el rancho a los que tratan de avanzar. Ahí está el chiste de los
cangrejos mexicanos que nos sabemos sí o sí y que desafortunadamente tiene
mucho de realidad.
Algunos dicen que aprendes inglés porque ya te crees mucho,
que porque ya traicionaste a tu pueblo y te crees gringo, que sólo lo haces por
aparentar. Que si tu pronunciación es mala, que si las palabras que usas no son
las correctas, que mejor deberías aprender otros idiomas o unirte al batallón
de a-mí-el-inglés-no-se-me-da-porque-básicamente-no-hago-nada-por-mejorar-y-soy-un-baquetón.
Los mediocres de este mundo se la van a pasar criticando. Es
su esencia. Como su interior es tan pobre y tan aburrido, tienen que encontrar divertimento
en las vidas de los demás. Si, por el contrario, usaran esa energía para
aprender inglés, otro gallo cantaría, pero a su cerebro no los despierta ningún
gallo madrugador.
Lo viví cuando era estudiante. Imagínense la ridiculez de
estar en una Facultad de Lenguas y tener que lidiar con los que te criticaban
porque hablabas en inglés (¡o sea… hello!!!).
O la tontería de ir a un café a practicar y que tus amigos no se atrevieran a
hablar en inglés porque “¿qué iban a decir los de las otras mesas?”. Pues que
digan misa. A este país no se le da gusto con nada, pero también cada uno
de nosotros nos fijamos mucho en el qué-dirán-los-demás.
Por eso, yo les recomiendo a todos ustedes que hablen inglés
en todos lados. Y que hablen inglés consigo mismos, aunque los tomen por locos
o verborreicos. Todo esto mejorará su fluidez y tarde o temprano los acercará
al nivel que quieren.
Y no salgan con que no hablan inglés porque sus amigos no
saben o no quieren. Si sus amigos no hablan inglés o no quieren, cambien de
amigos, de verdad. Yo sé lo que les digo. “Somos el promedio de las cinco
personas con las que pasamos más tiempo” (Jim Rohn) y si te la vives con puros monolingües,
pues no te auguro muy buenos resultados.
Two in distress
make sorrow less
No se me hace raro que en un país tan poco acostumbrado a
trabajar en equipo, casi nadie haga hincapié en el hecho de que es importantísimo
formar un equipo para ir mejorando nuestro inglés. “¿Trabajo en equipo? ¿Y eso
qué es? ¿Y eso cómo se come?”
El proceso de aprendizaje del inglés tendrá sus baches, sus momentos
críticos, sus días en los que no querrás hacer nada, en los que preferirás
tirar la toalla y es en esos momentos en los que necesitarás a gente que:
1.- Te motive.
2.- Te rete.
3.- Te buleé (sí, leíste bien).
4.- Te comparta estrategias y materiales.
5.- Te consuele cuando tus metas lingüísticas no vayan del
todo bien.
6.- Te rebase gachamente. Si alguien te rebasa y ese alguien
te cae bien, es probable que su inercia te jale y termines aprendiendo más.
7.- Te guíe y te oriente.
8.- Te corrija.
9.- Te permita descubrir nuevos horizontes.
10.- E incluso te ayude a estar bien emocionalmente. A menudo
negamos la conexión emociones-aprendizaje y ese es un gran error.
No significa que tengas que encontrar a una persona que
cumpla con todos los aspectos anteriores, pero sí que hagas todo lo posible por
rodearte de gente que influya positivamente en lo que quieres lograr: mejorar
en gran medida tu nivel.
Long absent, soon forgotten
Ándale. Juégale al mago. Piensa que por tu linda cara o por
tu gran talento el inglés se te va a quedar sin que practiques. No, no, no. Ya
ves que Messi, Messi, Messi, el que a muchos les parece el mejor jugador del
mundo y de la historia, y que a mí me parece como el quinto o sexto, está a punto de
quedarse sin Mundial. No es el talento el que te llevará al éxito, sino la
disciplina diaria.
Cada día que te ausentes, tu inglés lo pagará. Cada día que
no seas consistente, el músculo se irá debilitando. Pero síguele de poquito en
poquito, al fin que no hay prisa. Vas a crecer, vas a morirte y vas a renacer
siete veces, o nueve si consigues algún pasaporte VIP, y yo creo que a este
ritmo, ya como en la sexta vida podrás pasar del “Hello, how are you?”
Auséntate y pronto mucho de lo que sabías se irá por la
borda. Long absent, soon forgotten.
He that would
have the fruit must climb the tree
¡A cuántos he visto decir que quieren realmente un excelente
nivel de inglés, pero no hacen nada por lograrlo! Querer y desear son acciones
fáciles. Lo difícil es despertarse todos los días a las cuatro de la mañana y
practicar. Lo difícil es quedarse una hora más en la noche, cuando tus ojos ya
se están cerrando. Lo difícil es hacer lo que te toca, cuando muchos de los que
te rodean te incitan a que no lo hagas. Lo difícil es recorrer el camino
sinuoso cuando hay tantas distracciones. Lo difícil es lo fácil, pero somos
seres humanos y vivimos en la época de la eterna ligereza y del atolondramiento
perfectible.
“El que quiera azul celeste, que le cueste”. Y cuesta menos
de lo que creemos, si tan sólo seguimos los pasos de los que ya lo han logrado
y no queremos inventar el hilo negro.
Manos a la obra
En los refranes y dichos hay mucha sabiduría. Si queremos
aprender realmente, necesitaremos mucha disciplina, mucha tenacidad, un buen
equipo y la capacidad de no hacerle mucho caso a los comentarios de los demás.
Entre más temprano nos demos cuenta de esto, mucho más rápido será nuestro avance
hacia la cúspide que queremos alcanzar.
Hace falta disciplina y constancia, más que buenas ideas. Yo
sé lo que les digo.
Puedes compartir cualquier
duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com
Visita
CAD Lenguas en Facebook:
y
dale like a nuestra página.
¿Interesado en una clase de inglés en
la que realmente puedas aprender y avanzar? Comunícate conmigo al 722-6113296
(WhatsApp).
No hay comentarios:
Publicar un comentario