jueves, 16 de junio de 2016

Entrevista 2: Pensar en inglés, los maratones de series y el enamoramiento

Juan Carlos García Valdés

Hoy compartiré con ustedes la segunda entrevista. Si la vez anterior conversé con mi amiga que me pidió que le diera clases de alemán, ahora decidí platicar con una de mis mejores alumnas. Su nivel es cada día mejor, su entusiasmo para aprender es sobresaliente y siendo una de las alumnas que más podrían argüir que no tiene tiempo para mejorar su inglés (debido a ciertas responsabilidades que ya tiene a su corta edad), jamás le he escuchado esa excusa. Al contrario, la veo motivada, estratégica y muy feliz cada vez que está en contacto con la lengua inglesa. Es por ello que decidí entrevistar a esta alumna cuyo nombre no puedo revelar (me pidió que la mantuviera en el anonimato… ni hablar, así son algunas de las estrellas de este mundo). 

Enseñanza #1: Pensar en inglés… ¡Gran revelación!

Les parecerá extraño lo que voy a comentarles, pero si han estado al tanto de las entradas anteriores, seguramente ya lo habrán leído. A pesar de llevar casi veintidós años utilizando el idioma inglés, ese acto de pensar en lengua inglesa no había sido muy recurrente en mi persona. Alguna vez le escuché decir al gran Pablo Fernández Christlieb en un curso que dio hace algunos años titulado Lo que se siente pensar (el puro título ya hace que te sientas orgulloso de haber estado ahí) que “una ciudad, para desarrollarse, requiere de mejores conversadores”.

El hecho de tener mejores conversadores nos lleva a tener mejores pláticas y, a menudo, es ahí y no en la rigidez del salón de clases donde surgen los grandes descubrimientos personales. ¿Por qué digo todo esto? Porque la pura frase que mi alumna mencionó en la entrevista (“cuando estoy aburrida, pero no puedo platicar con alguien y estoy pensando cosas, trato de pensar las cosas en inglés”) me condujo a una gran revelación, precisamente, personal: hasta antes de este encuentro, ingenuamente, había concebido que “pensar en inglés” era algo que se daba de manera natural. En otras palabras, un día estabas pensando en el caminar de un gran danés bajo la tarde decembrina and suddenly your mind would focus on the cookies you saw in the kitchen.

No dudo que para algunas personas afortunadas, el proceso haya sido así. Sin embargo, las palabras “trato de pensar” me llevaron a un nuevo estadío (sé que la RAE sólo acepta estadio, pero antes la gente pronunciaba esta palabra con acento en la “i” y digan lo que digan los eruditos, a mí me gusta más con el acento; de lo contrario, siento que me estoy refiriendo al Azteca o al Santiago Bernabéu y yo lo que quiero decir es “período o fase”). En este nuevo estadío pude reconocer que para pensar en inglés, como para mejorar en cualquier otro aspecto, a menudo lo más importante es la actitud y la determinación, el decir “lo haré”. Después de veintidós años, ahora pienso en inglés; no porque las musas shakespeareanas me hayan visitado súbitamente, sino simplemente porque emulando a nuestra entrevistada, que dice que “piensa en inglés 10 minutos, pero diario” ahora “trato de pensar las cosas” en dicho idioma. Gracias alumna anónima.

Enseñanza #2: “Tutoriales no, chismes sí” (o todo lo contrario)

¿Hay alguien en este mundo a quien el chisme no le interese? Efectivamente, se rumora que hay una persona en Vietnam y otra en Dinamarca. De ahí en fuera, a todos nos encanta el chisme. Obviamente, somos lo suficientemente precavidos para denominarlo de otra forma: simplemente plática, “ponerse al tanto” o “ponerse al día”, echarse un cafecito, “indagar más sobre las necesidades del prójimo”, revisar nuestras redes sociales o “ver qué lecciones podemos llevarnos de los actos de los demás”. Sí, cómo no. ¡Qué hipócritas somos! Es chisme y ya, y este acto no debería de estar asociado necesariamente con algo negativo.

En algún momento de la plática, mi alumna mencionó lo siguiente: “Veo videos, pero de cosas que me gustan en inglés. No tutoriales, sino de chismes” y aquí radica buena parte de su éxito. Por un lado, sabe lo que le gusta y lo reconoce y al trabajar con videos que le atraen, el proceso se vuelve entretenido en vez de monótono.

Este aspecto está relacionado con lo que yo llamo la legitimización del aprendizaje. A menudo, me he encontrado con alumnos y alumnas que se sienten, literalmente, apenados o avergonzados por la forma en la que aprenden. Dicho de otra forma, es como si una voz interna les dijera que si no aprenden como los demás, no es válido. Yo diría más bien que lo único que no debe ser válido es copiar por copiar. Para mi alumna, el lema es “tutoriales no, chismes sí”, para el danés y el vietnamita es lo contrario y para otros lo importante es que los videos o los materiales sean de futbol o de música o de clases de cocina. Ya es momento de que legitimemos nuestros propios procesos de aprendizaje y de que le seamos fieles a lo que nos motiva. Como diría nuestra entrevistada: “es más interés; no es <<tengo que aprender inglés>>; es gusto”.  

Enseñanza #3: Apropiarse de la música y de las palabras

Muchos alumnos dicen practicar con música y la verdad es que muy pocos avanzan. ¿Por qué? Tal vez la clave esté en lo que nuestra entrevistada anónima nos comparte: “Siempre me ha gustado la música en inglés. Entonces, yo conseguía la letra en inglés, tenía mi diccionario e iba buscando palabra por palabra y las anotaba para ver qué decían las canciones. (…) Traducir las canciones tú misma, no buscar la traducción, es lo que me ha ayudado a tener más vocabulario porque se me queda, porque yo lo estoy haciendo”.

Aquellos que no avanzan, estoy convencido de esto, es porque no logran que el proceso se vuelva propio o personal. Cantan, pero lo hacen como espectadores. Ven la traducción, pero la bajaron de internet y al no implicar mayor esfuerzo, la retención tampoco está presente. El caso contrario es el de nuestra entrevistada que al buscar palabra por palabra se apropia de ellas y las va incorporando a su producción oral y escrita. Les confieso que a veces cuando la escucho hablar en inglés, me quedo sorprendido porque utiliza palabras y frases que uno esperaría solamente en niveles más avanzados.

Enseñanza #4: Inscríbete a un maratón… de series

Lo de la música y lo de las series se repite en muchos aprendices exitosos y nuestra interlocutora del día de hoy no es la excepción. “Últimamente he visto muchas series en inglés, con subtítulos en inglés”, señala. Algunas de las entrevistadas, cuyas entradas no han sido publicadas todavía, prefieren quitar por completo los subtítulos. Yo, en lo personal, prefiero ir analizando ambas partes. En cualquier caso, lo importante es la práctica que se puede obtener a través de estos programas. Mi alumna vio toda su serie en dos días, lo que implicó más o menos 30 horas de práctica con un vocabulario mucho más real y, lógicamente, menos acartonado y falso que el lenguaje del salón de clases.

Si no tienen tiempo, pidan un día en su trabajo, falten un día a la escuela o pospongan la comida que tenían con familiares o amigos y vean su serie favorita (al menos una temporada) en un solo día o en un solo fin de semana. Su inglés se los agradecerá y el mundo no se va a detener por un día que se ausenten de sus actividades cotidianas.

¿Y si hay frases o palabras que no quedan claras? ¿Qué hacemos? Mejor preguntémosle a… ya iba a decir su nombre. “¿Qué hacías cuando algo no quedaba del todo claro?” Respuesta: “Iba pausando y lo que no entendía, lo anotaba en una hoja y ya después, cuando acabé de ver la serie, vi qué significaba”.

La ventaja de no ir al diccionario en cada momento es que no se pierde el ritmo de lo que se está viendo. Si logran llegar al punto en el que se les olvida que la serie está en inglés, como a mi alumna le sucede, ¡felicidades, el aprendizaje está garantizado!

Tip para listening que nos da nuestra entrevistada: “Al principio veía las series en inglés en la tele, sin subtítulos, y eso me ayudó para listening, ya que yo trataba de descifrar lo que estaban diciendo con lo que veía”. 

Enseñanza #5: Enamórate

Ya casi al final de la plática, nuestra entrevistada nos contó lo siguiente: “Todo tiene que ver con el interés. Cuando tenía como catorce años, me gustaba un niño, pero él era de Japón, entonces teníamos conversaciones en inglés (por medio del chat). Yo no sabía mucho, pero veía la forma de buscar en el traductor lo que quería decir, de manera que fuera coherente lo que yo le decía, no nada más copiar y pegar, sino con lo propio que yo sabía; trataba de estructurarlo yo misma”.

Al buen entendedor, pocas palabras: enamórense de alguien con quien puedan hablar en inglés; sin importar si es de Japón, de Estados Unidos o del sureste mexicano. Enamórense y hablen.

Idea a considerar: ¿Más sabrá el diablo por viejo que por diablo?

En algún momento de la conversación, nuestra entrevistada mencionó la importancia del tiempo que lleva una persona aprendiendo inglés. Cabe entonces preguntarse si el nivel de algunas personas es bueno porque llevan décadas en contacto con el idioma más que por un talento o una habilidad específica. Es probable que así sea y sería fundamental entonces promover que los niños comenzaran su proceso de aprendizaje/adquisición a una edad muy temprana.

Manos a la obra

Una de las mayores lecciones de esta entrevista es el hecho de que podemos decidir nosotros mismos qué tanto avanzamos en inglés. Pensar en inglés no tiene porqué ser algo natural; si no se suscita de esta forma, siempre podremos tomar la decisión y empezar a hacerlo de manera consciente. Lo más importante es hacer cosas que nos gusten, nos motiven y nos llenen de satisfacción. Asimismo, la música y las series son prácticas que se repiten en los aprendices que logran tener un excelente nivel de inglés, por lo que sería buena idea beneficiarse de ambas. En caso de que necesitemos mayor motivación todavía, el enamoramiento no debería de ser descartado.

Esta serie de entrevistas continuará a lo largo del verano. Les prometo seguir buscando a gente talentosa y muy inteligente, como la entrevistada para esta entrada, para seguir compartiendo tips, consejos y acciones que nos lleven a la excelencia. ¡Gracias lectores! Thank you anonymous student!

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