Juan Carlos García
Valdés
Hoy les explicaré por qué la mayoría de ustedes sigue sin
avanzar en el idioma inglés. Pero no lo haré de la manera tradicional. Esta vez
usaremos la analogía del cochecito.
El auto
Imagínense que van a comprar un auto. Ciertamente, pueden
elegir el modelo, el color, si la transmisión será manual o automática, si
comprarán la versión más austera o la más equipada y si lo pagarán a plazos o
de contado. Sin embargo, a menos que hayan adquirido un auto eléctrico, hay
algo que no podrán elegir: si le ponen gasolina o no. Si quieren que funcione,
si quieren que arranque y avance, no hay más: hay que ir a la gasolinera sí o
sí (a pesar de los precios actuales).
En los idiomas, por su parte, la gasolina se llama input y
entre más input obtengamos, más rápido podremos avanzar. Al contrario, si nunca
vamos a la gasolinera sencillamente
no iremos a ningún lado.
El input, nuestro combustible, es la información en el idioma
meta, en este caso el inglés, con la que vamos teniendo contacto: textos,
historias, videos, audios, el contenido de conversaciones, canciones, programas
de televisión y películas, entre otros recursos (todos ellos contienen input).
Ahora bien, así como hay diferentes tipos de gasolina (en
México tenemos la magna y la premium, también conocidas como la verde y la
roja) y así como cada gasolina tiene sus propias características, ventajas y
desventajas, al momento de aprender inglés, cada tipo de input implicará
ciertos beneficios y ciertos inconvenientes.
En términos generales, si queremos progresar, si queremos que
nuestro cochecito se mueva y llegue a la ciudad lejana que un día nos
propusimos conocer, es importante saber que hay un tipo de gasolina que nos
convendrá más.
¿Cuál es? La gasolina que nos conviene más es la que contiene
más mensajes que podamos entender, pero que al mismo tiempo nos rete de cierta
forma. Así las cosas, si somos principiantes, nos ayudará más un libro hecho
para aprendices del idioma (por ejemplo, los graded readers de Oxford o los de Penguin) que las obras de
Shakespeare o el Ulises de Joyce.
¿Por qué? Por el simple hecho de que, dado nuestro nivel, dichos graded readers tendrán más palabras o
frases que podemos comprender.
Bueno… ¿y por qué muchos
de ustedes no avanzan?
En pocas palabras, porque casi nunca van a la gasolinera.
Imagínense que su coche real se detiene. Se preguntan qué pasa y rápidamente se
dan cuenta de que lo que les falta es combustible. ¿Qué hacen? ¿Lógico, no? Ven
la manera de cargar gasolina. El problema es que en lo que respecta al idioma
inglés, esa obviedad se nos olvida. Si nuestro cochecito ya no avanza, lejos de
ir a la gasolinera (textos, videos, películas, canciones, conversaciones),
empezamos con el típico “es que a mí el inglés no se me da”.
Trasladen esa frase ridícula a los autos reales. Otra vez: se
quedaron sin gasolina e imagínense que en vez de ir a la gasolinera, se ponen a
decir hasta el cansancio, “es que a mí eso de la manejada no se me da”. ¡No, no, no! ¡Sólo vayan a la gasolinera,
sólo vayan y llenen el tanque!
Llenar el tanque en el idioma inglés significa devorar libros, acabarse las películas y las series, conversar hasta que ya no
tengamos fuerzas, escuchar música y entenderla como si de eso dependieran
nuestras vidas.
Supongamos que vamos a viajar en coche de la Ciudad de México
a la frontera con Estados Unidos (antes de que pongan el muro… ¿Y quién lo va a
pagar? Trump. ¿Quién? Trump). Muy bien. ¿Qué procede? Pues ir a la gasolinera,
¿no? Nos estamos entendiendo. ¿Pero qué sucede si ya estando ahí pedimos que
nos pongan dos litros… bueno… tres para no vernos codos? ¡Pues obviamente no vamos a llegar ni a la salida de la
ciudad! Ya nada más falta que cuando se les pare el coche, se pongan pensativos
y establezcan un comité para indagar las causas por las cuales no avanzaron.
¡No, no y no! Hay cosas obvias, claras, sumamente predecibles.
Ah… pero cuando se trata del inglés, quieren avanzar
dedicándole diez minutos al día. Predicción: saliendo del centro de la CDMX no
van a llegar ni a San Juan del Río (lo sé, lo sé, yo mismo escribí una entrada
que se llama Prácticas de 5 minutos…,
pero la idea no es que sólo practiquen durante ese tiempo, sino que tengan
múltiples prácticas de cinco minutos al día).
¿Con cuánto lleno el
tanque?
Los tanques de los autos a veces tienen capacidad para 40
litros, a veces para 45, a veces para 50 y en otras ocasiones para un poco más.
Con los gasolinazos de cada rato,
pronto se van a necesitar como dos o tres quincenas para llenarlo. ¿Y en el
caso del tanque de nuestro cochecito?
Voy a decir algo que a muchos no les va a gustar, pero hay
que decirlo ya, con carácter de urgente (y sumamente importante, además): quien
quiera llenar el tanque, quien quiera cerciorarse de que va a avanzar, tiene
que dedicarle al inglés no menos de tres horas cada día. “¿Tres horas? ¡Qué
flojera! ¡No Manchester United… es un
buen!”, a lo que yo responderé: “Está bien. Hagan lo que quieran. Ya me cansé
de sus pretextos de cuatro pesos. Síganle con su mediocridad”.
Acotación: Si tienen clase de inglés, no necesariamente
cuenten las dos o tres horas de la sesión. Sólo cuenten el número de minutos en
los que realmente usaron el idioma inglés. Si toda la clase se la pasaron
hablando en español (su maestro o maestra incluidos), ni se les ocurra contar
ese tiempo. Para decirlo de forma más clara, lo que tienen que contar son las
horas de input, no las horas en las que todos aparentaron que medio aprendían y
medio practicaban. Lo mismo pasa con las canciones. Si se pasaron dos horas supuestamente
cantando sus rolas favoritas, pero no
sabían ni qué decían, esas horas tampoco cuentan. ¿Por qué? Porque acuérdense
que el input que nos conviene es el que contiene más mensajes que podemos
entender y que además nos reta. Si en la canción hubo una o dos frases que no
lograron captar, eso es diferente; pero si nada más estábamos inventando lo que
cantábamos, pues no hay forma de contarlas.
¿Saben algo? Sus
cochecitos tienen una ventaja que sus coches reales no tienen
En la vida real, en los coches reales, la gasolina se va y se
acaba y lo que se acumula es el kilometraje. En sus cochecitos, la gasolina, el
input, se va quedando y se va quedando, pero para que se note esa acumulación
es fundamental que no le echen sólo uno o dos litros, sino muchos más.
Esa es la ventaja: que todo lo que le cargan en la gasolinera se queda y se queda y se
queda.
FAQ: ¿Y por qué tres
horas al día?
Porque queremos mejoras visibles y definitivas en los
próximos años. Con 365 días cada año, tres horas de práctica se convierten en
1095 horas por año. Lo anterior, por supuesto, no les da un nivel
intermedio-avanzado o avanzado en un año, pero los pone en el camino correcto
para lograrlo.
Manos a la obra
Nuestro proceso de aprendizaje del idioma inglés requiere de
combustible y ese combustible se llama input. Sólo avanzaremos, como un auto
sólo avanza si se le pone gasolina, si a nuestro cochecito lo dotamos,
precisamente, de input día tras día. Preguntarnos por qué no avanzamos cuando
ni siquiera nos dignamos a hacer una parada en la gasolinera de vez en vez es
como si, en el mundo de los coches reales, el auto se nos parara porque se
acabó la gasolina y nosotros hiciéramos todo menos ir ahí donde la lógica
indica.
Hagan que su cochecito se mueva; hagan que su cochecito
avance. Es totalmente posible.
Puedes compartir cualquier
duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com
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