jueves, 26 de enero de 2017

La analogía del cochecito

Juan Carlos García Valdés

Hoy les explicaré por qué la mayoría de ustedes sigue sin avanzar en el idioma inglés. Pero no lo haré de la manera tradicional. Esta vez usaremos la analogía del cochecito.

El auto

Imagínense que van a comprar un auto. Ciertamente, pueden elegir el modelo, el color, si la transmisión será manual o automática, si comprarán la versión más austera o la más equipada y si lo pagarán a plazos o de contado. Sin embargo, a menos que hayan adquirido un auto eléctrico, hay algo que no podrán elegir: si le ponen gasolina o no. Si quieren que funcione, si quieren que arranque y avance, no hay más: hay que ir a la gasolinera sí o sí (a pesar de los precios actuales).

En los idiomas, por su parte, la gasolina se llama input y entre más input obtengamos, más rápido podremos avanzar. Al contrario, si nunca vamos a la gasolinera sencillamente no iremos a ningún lado.

El input, nuestro combustible, es la información en el idioma meta, en este caso el inglés, con la que vamos teniendo contacto: textos, historias, videos, audios, el contenido de conversaciones, canciones, programas de televisión y películas, entre otros recursos (todos ellos contienen input).

Ahora bien, así como hay diferentes tipos de gasolina (en México tenemos la magna y la premium, también conocidas como la verde y la roja) y así como cada gasolina tiene sus propias características, ventajas y desventajas, al momento de aprender inglés, cada tipo de input implicará ciertos beneficios y ciertos inconvenientes.

En términos generales, si queremos progresar, si queremos que nuestro cochecito se mueva y llegue a la ciudad lejana que un día nos propusimos conocer, es importante saber que hay un tipo de gasolina que nos convendrá más.

¿Cuál es? La gasolina que nos conviene más es la que contiene más mensajes que podamos entender, pero que al mismo tiempo nos rete de cierta forma. Así las cosas, si somos principiantes, nos ayudará más un libro hecho para aprendices del idioma (por ejemplo, los graded readers de Oxford o los de Penguin) que las obras de Shakespeare o el Ulises de Joyce. ¿Por qué? Por el simple hecho de que, dado nuestro nivel, dichos graded readers tendrán más palabras o frases que podemos comprender.

Bueno… ¿y por qué muchos de ustedes no avanzan?

En pocas palabras, porque casi nunca van a la gasolinera. Imagínense que su coche real se detiene. Se preguntan qué pasa y rápidamente se dan cuenta de que lo que les falta es combustible. ¿Qué hacen? ¿Lógico, no? Ven la manera de cargar gasolina. El problema es que en lo que respecta al idioma inglés, esa obviedad se nos olvida. Si nuestro cochecito ya no avanza, lejos de ir a la gasolinera (textos, videos, películas, canciones, conversaciones), empezamos con el típico “es que a mí el inglés no se me da”.

Trasladen esa frase ridícula a los autos reales. Otra vez: se quedaron sin gasolina e imagínense que en vez de ir a la gasolinera, se ponen a decir hasta el cansancio, “es que a mí eso de la manejada no se me da”. ¡No, no, no! ¡Sólo vayan a la gasolinera, sólo vayan y llenen el tanque!

Llenar el tanque en el idioma inglés significa devorar libros, acabarse las películas y las series, conversar hasta que ya no tengamos fuerzas, escuchar música y entenderla como si de eso dependieran nuestras vidas.

Supongamos que vamos a viajar en coche de la Ciudad de México a la frontera con Estados Unidos (antes de que pongan el muro… ¿Y quién lo va a pagar? Trump. ¿Quién? Trump). Muy bien. ¿Qué procede? Pues ir a la gasolinera, ¿no? Nos estamos entendiendo. ¿Pero qué sucede si ya estando ahí pedimos que nos pongan dos litros… bueno… tres para no vernos codos? ¡Pues obviamente no vamos a llegar ni a la salida de la ciudad! Ya nada más falta que cuando se les pare el coche, se pongan pensativos y establezcan un comité para indagar las causas por las cuales no avanzaron. ¡No, no y no! Hay cosas obvias, claras, sumamente predecibles.

Ah… pero cuando se trata del inglés, quieren avanzar dedicándole diez minutos al día. Predicción: saliendo del centro de la CDMX no van a llegar ni a San Juan del Río (lo sé, lo sé, yo mismo escribí una entrada que se llama Prácticas de 5 minutos…, pero la idea no es que sólo practiquen durante ese tiempo, sino que tengan múltiples prácticas de cinco minutos al día).

¿Con cuánto lleno el tanque?

Los tanques de los autos a veces tienen capacidad para 40 litros, a veces para 45, a veces para 50 y en otras ocasiones para un poco más. Con los gasolinazos de cada rato, pronto se van a necesitar como dos o tres quincenas para llenarlo. ¿Y en el caso del tanque de nuestro cochecito?

Voy a decir algo que a muchos no les va a gustar, pero hay que decirlo ya, con carácter de urgente (y sumamente importante, además): quien quiera llenar el tanque, quien quiera cerciorarse de que va a avanzar, tiene que dedicarle al inglés no menos de tres horas cada día. “¿Tres horas? ¡Qué flojera! ¡No Manchester United… es un buen!”, a lo que yo responderé: “Está bien. Hagan lo que quieran. Ya me cansé de sus pretextos de cuatro pesos. Síganle con su mediocridad”.

Acotación: Si tienen clase de inglés, no necesariamente cuenten las dos o tres horas de la sesión. Sólo cuenten el número de minutos en los que realmente usaron el idioma inglés. Si toda la clase se la pasaron hablando en español (su maestro o maestra incluidos), ni se les ocurra contar ese tiempo. Para decirlo de forma más clara, lo que tienen que contar son las horas de input, no las horas en las que todos aparentaron que medio aprendían y medio practicaban. Lo mismo pasa con las canciones. Si se pasaron dos horas supuestamente cantando sus rolas favoritas, pero no sabían ni qué decían, esas horas tampoco cuentan. ¿Por qué? Porque acuérdense que el input que nos conviene es el que contiene más mensajes que podemos entender y que además nos reta. Si en la canción hubo una o dos frases que no lograron captar, eso es diferente; pero si nada más estábamos inventando lo que cantábamos, pues no hay forma de contarlas.

¿Saben algo? Sus cochecitos tienen una ventaja que sus coches reales no tienen

En la vida real, en los coches reales, la gasolina se va y se acaba y lo que se acumula es el kilometraje. En sus cochecitos, la gasolina, el input, se va quedando y se va quedando, pero para que se note esa acumulación es fundamental que no le echen sólo uno o dos litros, sino muchos más.

Esa es la ventaja: que todo lo que le cargan en la gasolinera se queda y se queda y se queda.

FAQ: ¿Y por qué tres horas al día?

Porque queremos mejoras visibles y definitivas en los próximos años. Con 365 días cada año, tres horas de práctica se convierten en 1095 horas por año. Lo anterior, por supuesto, no les da un nivel intermedio-avanzado o avanzado en un año, pero los pone en el camino correcto para lograrlo.

Manos a la obra

Nuestro proceso de aprendizaje del idioma inglés requiere de combustible y ese combustible se llama input. Sólo avanzaremos, como un auto sólo avanza si se le pone gasolina, si a nuestro cochecito lo dotamos, precisamente, de input día tras día. Preguntarnos por qué no avanzamos cuando ni siquiera nos dignamos a hacer una parada en la gasolinera de vez en vez es como si, en el mundo de los coches reales, el auto se nos parara porque se acabó la gasolina y nosotros hiciéramos todo menos ir ahí donde la lógica indica.

Hagan que su cochecito se mueva; hagan que su cochecito avance. Es totalmente posible.

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

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