jueves, 19 de enero de 2017

Stephen, mi ídolo

Juan Carlos García Valdés

Recuerdo hace no mucho tiempo, una plática que tuve con varias ahora exalumnas de psicología. Platicábamos de varios temas y poco a poco empezamos a hablar de su carrera. De pronto, pensé que la pregunta más adecuada que podía hacerles era que me dijeran quién era su psicólogo favorito. Tan pronto como hice la pregunta, el silencio se hizo presente. Yo esperaba que me iluminaran, que me hicieran aprender con sus respuestas, y, en cambio, lo que sucedió es que descubrí que muchas personas no tienen a un referente en lo que hacen. No sé cómo se puede aprender y/o trabajar así. No se cómo se puede amar lo que uno hace sin mirar a los gigantes que nos precedieron.

Hoy les hablaré de mi referente, de mi ídolo, de mi modelo a seguir: Stephen Krashen. De él, pero sobre todo de sus 5 hipótesis. Sus ideas me han ayudado mucho a entender cómo se adquiere un idioma y estoy seguro de que lo que hoy comparto con ustedes también les será de mucha utilidad. Krashen tiene 5 hipótesis y esta vez trataré de explicarlas de una manera poco común. 

Hipótesis #1: La diferencia entre aprendizaje y adquisición

Imagínense que en lugar de desarrollar su lengua madre como lo hicieron, sus papás los hubieran inscrito a un curso de español. Desde muy pequeños, tres días a la semana los llevarían a una escuela de idiomas, donde su maestro les explicaría la estructura del presente, luego la del futuro y después la del pretérito pluscuamperfecto. Ocasionalmente tendrían tarea como contestar un bellísimo workbook. Genial, ¿no?

Obviamente no. Incluso si hubieran tenido al mejor maestro del mundo, su desempeño habría sido mediocre si se le comparara con el desempeño que tuvieron con el simple hecho de escuchar, escuchar y escuchar a gente que les habló.

De hecho, he llegado a pensar que hablamos tan bien nuestro idioma nativo (unos más que otros, ciertamente) porque nunca nos hicieron aprendernos las reglas gramaticales; si nos lo hubieran pedido, todavía estaríamos balbuceando.

Escuchar y entender, algo que hicimos de forma natural, es lo que Krashen llama adquisición. Por el contrario, el esfuerzo consciente que hacemos al tratar de recordar fórmulas, palabras y excepciones es lo que él denomina aprendizaje.

¿Y si queremos avanzar realmente, cuál de las dos deberíamos priorizar? Sin duda, la adquisición.

Aplicación de esta hipótesis: buscar que nos hablen y nos hablen y nos hablen en inglés. Amigos, familiares, nuestros maestros, los árboles y los arbustos. Aunado a lo anterior, olvidarnos de la gramática, tanto como sea posible.

Hipótesis #2: El orden natural

Krashen señala que al adquirir una lengua, existe un cierto orden que todos seguimos. No sé si lo hayan notado, pero muchas de las personas que empiezan a adquirir o a aprender el idioma inglés a menudo dicen todos los verbos o la mayoría de ellos con terminación –ing: “I playing soccer” o “she watching TV”. Lo anterior tiene una razón. En inglés, la terminación –ing es una de las primeras que adquirimos; es decir, es una de las primeras que se nos quedan grabadas.

Lo contrario sucede con la –s de la tercera persona del singular en presente simple. Este es uno de los últimos aspectos que adquirimos del inglés. ¿Y entonces por qué es uno de los primeros que nos enseñan en clase?

Aplicación de esta hipótesis: los maestros y coordinadores tenemos que REPLANTEARNOS lo que estamos haciendo. ¿Por qué estamos siguiendo un orden gramatical en vez de uno natural? Y aquí no estoy proponiendo que entonces enseñemos en las primeras clases el –ing y que dejemos la –s para los niveles avanzados. Pero la pregunta sigue ahí: ¿Por qué enseñamos determinados temas antes que otros? Y una todavía más importante: ¿Por qué tan a menudo enseñamos temas gramaticales en vez de promover la adquisición?

Hagan estas preguntas a sus maestros o a los coordinadores de inglés de sus escuelas y, desafortunadamente, descubrirán que el silencio que se apoderó de la conversación con mis exalumnas se repetirá en la mayoría de los casos.

Hipótesis #3: El Monitor

No, no se refiere al monitor de la tele. Imagínense que se encuentran con un par de norteamericanos en Cancún y empiezan a hablar en inglés. Si realmente quieren tener una conversación, será prácticamente imposible que utilicen sólo frases que hayan memorizado. Más bien, tendrán que lanzarse al abismo de lo desconocido y atreverse a usar frases que nunca antes habían pronunciado completamente.

Si lo logran, no sin errores, pero si se dan a entender, eso habrá sido causado por la adquisición, de la cual depende la fluidez. Ahora bien, imagínense de nuevo la situación. Estarán hablando con Mr. y Mrs. Smith y, como dijimos, se aventurarán a recorrer caminos y territorios inexplorados, pero no me digan que no habrá, durante dicho diálogo, una vocecita interna que a menudo les susurre: “No era does, era do… ya me equivoqué” o “Dije eat y era eaten… no puede ser”. Esa voz es el monitor; monitorea, revisa, inspecciona lo que dijimos y está ligada con el aprendizaje.

Aplicación de esta hipótesis: Optar por temas gramaticales es darle una prioridad a la corrección y a la búsqueda de la perfección que no corresponde; primero debemos intentar mejorar la fluidez y ya después pulimos. Hacerlo al revés es como querer lustrar los zapatos antes de haberlos comprado. ¿Qué lustramos? Pues lo mismo pasa en nuestro ejemplo: si nos enfocamos en la gramática, lo que podremos pulir es muy, muy poco.

Hipótesis #4: El input

Vayan de nuevo a esos días soleados en los que eran todos unos babies (Obviamente, todos menos Chabelo). ¿Qué hubiera pasado si sus papás y sus tíos y sus abuelos les hubieran hablado con palabras extremadamente conceptuales? ¿Qué hubiera pasado si ellos, en lugar de referirse al chupón y al peluche que estaban en la recámara y a la comida que ustedes ya podían ver (aunque ahora difícilmente se acuerden), se hubieran referido al historicismo y a la alquimia filológica-filosófica? ¿Habrían entendido algo? No, la verdad es que su cara habría sido una épica cara de what?? Si progresaron fue porque su mente, chiquita pero muy capaz ya desde entonces, empezó a establecer relaciones entre lo que escuchaba y lo que veía, sentía y percibía. “Ah, tal vez eso de ahí sea peluche”, “a lo mejor eso que ese gigante está diciendo (pastel) es lo que está allá (y me lo voy a comer sí o sí)”.

De acuerdo con Krashen, mi ídolo, adquirimos cuando entendemos lo que otros nos dicen. Por ello, él señala que lo mejor es buscar input (información que recibimos) que sea i+1.

¿Y eso qué es? A lo que se refiere con i+1 es a que tratemos de obtener input que esté ligeramente arriba de lo que ya sabemos. ¿Por qué? Porque si es del mismo nivel que ya tenemos, nos podemos aburrir; por el contrario, si es mucho más elevada, podemos no entender nada y frustrarnos.

Aplicación de esta hipótesis: Siempre que practiquen, pregúntense si lo están haciendo con el input adecuado. ¿Está muy fácil? ¿Está extremadamente difícil para su nivel? Si la respuesta a cualquiera de las dos preguntas es afirmativa, deténganse y busquen un material que sea i+1, ni más ni menos. ¡No pierdan su tiempo practicando mal!

Hipótesis #5: El filtro afectivo

Utilicemos un ejemplo actual. Supongamos que tienen que escuchar una recomendación sobre la forma en la que están vestidos hoy. Tienen dos opciones: esa recomendación se las puede dar su best friend for ever and ever o se las puede dar la persona a la que más detestan en el mundo. ¿A quién escogerían?

La manera en cómo recibimos un comentario o una sugerencia depende mucho de quién haya dicho ese comentario o esa propuesta. ¿Por qué? Porque tenemos un filtro afectivo y este filtro se encarga de ir separando lo que queremos escuchar (lo que nos interesa) de aquello que no queremos oír, que nos es indiferente o que incluso nos molesta.

Pues lo mismo sucede al tratar de adquirir un idioma. Si su maestro les cae gordo, si no sienten interés por el inglés, si temen ser regañados continuamente por los errores que cometen o si se muestran ansiosos, su filtro subirá, subirá y subirá y esto no les permitirá avanzar. Lo mismo sucederá si odian a los gringos o si la cultura británica simplemente no les pasa.

Aplicación de esta entrada: Al tratar de adquirir otro idioma es fundamental que nos vayamos enamorando… de sus estructuras, de sus vocablos, de sus sonidos, de la cultura íntimamente ligada a ese idioma; es importante que cada vez encontremos más motivaciones para progresar. Si lo vemos como una carga u obligación, nunca avanzaremos.

Manos a la obra

Las ideas de Stephen Krashen nos pueden ayudar a entender la manera en la que adquirimos un idioma. Si lo hacemos, comenzaremos a deshacernos de las estrategias que no funcionan y priorizaremos aquellas que nos llevarán a buen puerto. Entender que el aprendizaje y la adquisición son distintos, que existe un orden natural, que el monitor tiene su función, pero que no debe ser nuestra prioridad #1, que hay que escoger un input adecuado y que nuestras emociones son más que importantes cuando queremos desarrollar nuestras habilidades en otro idioma nos permitirá dar pasos de gigante.

Libro de Stephen Krashen en el que habla sobre las 5 hipótesis:

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