Juan Carlos García
Valdés
Recuerdo hace no mucho tiempo, una plática que tuve con
varias ahora exalumnas de psicología. Platicábamos de varios temas y poco a
poco empezamos a hablar de su carrera. De pronto, pensé que la pregunta más
adecuada que podía hacerles era que me dijeran quién era su psicólogo favorito.
Tan pronto como hice la pregunta, el silencio se hizo presente. Yo esperaba que
me iluminaran, que me hicieran aprender con sus respuestas, y, en cambio, lo
que sucedió es que descubrí que muchas personas no tienen a un referente en lo
que hacen. No sé cómo se puede aprender y/o trabajar así. No se cómo se puede
amar lo que uno hace sin mirar a los gigantes que nos precedieron.
Hoy les hablaré de mi referente, de mi ídolo, de mi modelo a
seguir: Stephen Krashen. De él, pero sobre todo de sus 5 hipótesis. Sus ideas
me han ayudado mucho a entender cómo se adquiere un idioma y estoy seguro de que
lo que hoy comparto con ustedes también les será de mucha utilidad. Krashen tiene 5 hipótesis y esta vez trataré de explicarlas de una manera poco común.
Hipótesis #1: La
diferencia entre aprendizaje y adquisición
Imagínense que en lugar de desarrollar su lengua
madre como lo hicieron, sus papás los hubieran inscrito a un curso de español.
Desde muy pequeños, tres días a la semana los llevarían a una escuela de
idiomas, donde su maestro les explicaría la estructura del presente, luego la
del futuro y después la del pretérito pluscuamperfecto. Ocasionalmente tendrían
tarea como contestar un bellísimo workbook.
Genial, ¿no?
Obviamente no. Incluso si hubieran tenido al mejor maestro del
mundo, su desempeño habría sido mediocre si se le comparara con el desempeño
que tuvieron con el simple hecho de escuchar, escuchar y escuchar a gente que
les habló.
De hecho, he llegado a pensar que hablamos tan bien nuestro
idioma nativo (unos más que otros, ciertamente) porque nunca nos hicieron
aprendernos las reglas gramaticales; si nos lo hubieran pedido, todavía
estaríamos balbuceando.
Escuchar y entender, algo que hicimos de forma natural, es lo
que Krashen llama adquisición. Por el contrario, el esfuerzo consciente que
hacemos al tratar de recordar fórmulas, palabras y excepciones es lo que él
denomina aprendizaje.
¿Y si queremos avanzar realmente, cuál de las dos deberíamos
priorizar? Sin duda, la adquisición.
Aplicación de esta hipótesis: buscar que nos hablen y nos
hablen y nos hablen en inglés. Amigos, familiares, nuestros maestros, los árboles
y los arbustos. Aunado a lo anterior, olvidarnos de la gramática, tanto como
sea posible.
Hipótesis #2: El orden
natural
Krashen señala que al adquirir una lengua, existe un cierto
orden que todos seguimos. No sé si lo hayan notado, pero muchas de las personas
que empiezan a adquirir o a aprender el idioma inglés a menudo dicen todos los
verbos o la mayoría de ellos con terminación –ing: “I playing soccer” o
“she watching TV”. Lo anterior tiene
una razón. En inglés, la terminación –ing
es una de las primeras que adquirimos; es decir, es una de las primeras que se nos quedan grabadas.
Lo contrario sucede con la –s de la tercera persona del singular en presente simple. Este es uno
de los últimos aspectos que adquirimos del inglés. ¿Y entonces por qué es uno
de los primeros que nos enseñan en clase?
Aplicación de esta hipótesis: los maestros y coordinadores
tenemos que REPLANTEARNOS lo que estamos haciendo. ¿Por qué estamos siguiendo
un orden gramatical en vez de uno natural? Y aquí no estoy proponiendo que
entonces enseñemos en las primeras clases el –ing y que dejemos la –s
para los niveles avanzados. Pero la pregunta sigue ahí: ¿Por qué enseñamos
determinados temas antes que otros? Y una todavía más importante: ¿Por qué tan
a menudo enseñamos temas gramaticales en vez de promover la adquisición?
Hagan estas preguntas a sus maestros o a los coordinadores de
inglés de sus escuelas y, desafortunadamente, descubrirán que el silencio que
se apoderó de la conversación con mis exalumnas se repetirá en la mayoría de
los casos.
Hipótesis #3: El
Monitor
No, no se refiere al monitor de la tele. Imagínense que se
encuentran con un par de norteamericanos en Cancún y empiezan a hablar en inglés.
Si realmente quieren tener una conversación, será prácticamente imposible que
utilicen sólo frases que hayan memorizado. Más bien, tendrán que lanzarse al abismo de lo desconocido y
atreverse a usar frases que nunca antes habían pronunciado completamente.
Si lo logran, no sin errores, pero si se dan a entender, eso
habrá sido causado por la adquisición, de la cual depende la fluidez. Ahora
bien, imagínense de nuevo la situación. Estarán hablando con Mr. y
Mrs. Smith y, como dijimos, se aventurarán a recorrer caminos y territorios
inexplorados, pero no me digan que no habrá, durante dicho diálogo, una
vocecita interna que a menudo les susurre: “No era does, era do… ya me
equivoqué” o “Dije eat y era eaten… no puede ser”. Esa voz es el
monitor; monitorea, revisa, inspecciona lo que dijimos y está ligada con el
aprendizaje.
Aplicación de esta hipótesis: Optar por temas gramaticales es
darle una prioridad a la corrección y a la búsqueda de la perfección que no
corresponde; primero debemos intentar mejorar la fluidez y ya después pulimos.
Hacerlo al revés es como querer lustrar los zapatos antes de haberlos comprado.
¿Qué lustramos? Pues lo mismo pasa en nuestro ejemplo: si nos enfocamos en
la gramática, lo que podremos pulir es muy, muy poco.
Hipótesis #4: El input
Vayan de nuevo a esos días soleados en los que eran todos
unos babies (Obviamente, todos menos
Chabelo). ¿Qué hubiera pasado si sus papás y sus tíos y sus abuelos les
hubieran hablado con palabras extremadamente conceptuales? ¿Qué hubiera pasado
si ellos, en lugar de referirse al chupón y al peluche que estaban en la
recámara y a la comida que ustedes ya podían ver (aunque ahora difícilmente se
acuerden), se hubieran referido al historicismo y a la alquimia
filológica-filosófica? ¿Habrían entendido algo? No, la verdad es que su cara
habría sido una épica cara de what?? Si
progresaron fue porque su mente, chiquita pero muy capaz ya desde entonces,
empezó a establecer relaciones entre lo que escuchaba y lo que veía, sentía y
percibía. “Ah, tal vez eso de ahí sea peluche”, “a lo mejor eso que ese gigante
está diciendo (pastel) es lo que está allá (y me lo voy a comer sí o sí)”.
De acuerdo con Krashen, mi ídolo, adquirimos cuando
entendemos lo que otros nos dicen. Por ello, él señala que lo mejor es buscar
input (información que recibimos) que sea i+1.
¿Y eso qué es? A lo que se refiere con i+1 es a que tratemos de obtener input que esté ligeramente arriba
de lo que ya sabemos. ¿Por qué? Porque si es del mismo nivel que ya tenemos,
nos podemos aburrir; por el contrario, si es mucho más elevada, podemos no
entender nada y frustrarnos.
Aplicación de esta hipótesis: Siempre que practiquen,
pregúntense si lo están haciendo con el input adecuado. ¿Está muy fácil? ¿Está
extremadamente difícil para su nivel? Si la respuesta a cualquiera de las dos
preguntas es afirmativa, deténganse y busquen un material que sea i+1, ni más ni menos. ¡No pierdan su
tiempo practicando mal!
Hipótesis #5: El filtro
afectivo
Utilicemos un ejemplo actual. Supongamos que tienen que
escuchar una recomendación sobre la forma en la que están vestidos hoy. Tienen
dos opciones: esa recomendación se las puede dar su best friend for ever and ever o se las puede dar la persona a la
que más detestan en el mundo. ¿A quién escogerían?
La manera en cómo recibimos un comentario o una sugerencia
depende mucho de quién haya dicho ese comentario o esa propuesta. ¿Por qué?
Porque tenemos un filtro afectivo y este filtro se encarga de ir separando lo
que queremos escuchar (lo que nos interesa) de aquello que no queremos oír, que
nos es indiferente o que incluso nos molesta.
Pues lo mismo sucede al tratar de adquirir un idioma. Si su
maestro les cae gordo, si no sienten interés por el inglés, si temen ser
regañados continuamente por los errores que cometen o si se muestran ansiosos,
su filtro subirá, subirá y subirá y esto no les permitirá avanzar. Lo mismo
sucederá si odian a los gringos o si la cultura británica simplemente no les
pasa.
Aplicación de esta entrada: Al tratar de adquirir otro idioma
es fundamental que nos vayamos enamorando… de sus estructuras, de sus vocablos,
de sus sonidos, de la cultura íntimamente ligada a ese idioma; es importante
que cada vez encontremos más motivaciones para progresar. Si lo vemos como una
carga u obligación, nunca avanzaremos.
Manos a la obra
Las ideas de Stephen Krashen nos pueden ayudar a entender la
manera en la que adquirimos un idioma. Si lo hacemos, comenzaremos a
deshacernos de las estrategias que no funcionan y priorizaremos aquellas que
nos llevarán a buen puerto. Entender que el aprendizaje y la adquisición son
distintos, que existe un orden natural, que el monitor tiene su función, pero
que no debe ser nuestra prioridad #1, que hay que escoger un input adecuado y
que nuestras emociones son más que importantes cuando queremos desarrollar
nuestras habilidades en otro idioma nos permitirá dar pasos de gigante.
Libro de Stephen Krashen en el que habla sobre las 5 hipótesis:
Puedes compartir cualquier
duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com
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