Juan Carlos García Valdés
¿Llevas años y años tratando de mejorar tu inglés, pero
realmente no despegas? ¿Después de mucho tiempo todavía te cuesta trabajo
hablar y entender la lengua inglesa? Tal vez estés cometiendo uno de los
siguientes 4 errores que muchos llegamos a cometer.
Error 1: Usar material
que te aburre
Mi regla básica es la siguiente: “si un material o una
actividad te aburre, detente”. La regla complementaria dice: “una vez que te
detengas, no sientas culpa”.
Probablemente todos tus amigos o maestros te han recomendado
un libro, una serie, un programa o un método que a ellos les ha funcionado de
maravilla, pero cuando tú empiezas a utilizarlo, sólo bostezas y no logras
concentrarte. La clave está en saber que el mejor maestro que puedes tener eres
tú mismo. El aprendizaje nunca debería de ser cansado o tedioso y quién mejor
para decidir qué te funciona y qué no que tu propia persona.
Olvídate del “qué dirán” y céntrate en el “qué necesito”.
Date a la tarea de encontrar materiales y actividades que te motiven y que sean
eficientes para ti.
Algunas de las claves para saber si el material que estás
usando no es el adecuado son:
a) Te la pasas viendo el reloj cuando estás usando dicho
material.
b) No estás al 100% en la actividad y realmente quisieras
estar haciendo algo distinto.
c) No te sientes cómodo. Sabes que algo diferente te podría
funcionar mejor, pero tienes miedo a escuchar al “propio lingüista que llevas
dentro”.
La razón por la que es necesario que seas honesto en este
caso es muy sencilla: el tiempo que tenemos no es infinito, así es que si le
vas a dedicar una o dos horas al día a mejorar tu inglés, tienen que ser una o
dos horas divertidas, productivas y memorables.
La clave para saber si el material que estás usando sí es el
adecuado es la siguiente: estás tan interesado o entretenido que pierdes la
noción del tiempo. A menudo sigues practicando más allá de lo que te habías
propuesto, pero lo haces de manera natural, sin experimentar tedio o hartazgo.
Error 2: Hacer una
valoración incorrecta de tu nivel
Si estás estancado, esto tal vez se debe al hecho de que no
sólo estás practicando con el tipo de material inadecuado, sino que además el
nivel elegido seguramente no es el correcto.
Si tienes un nivel básico y tu práctica se centra en ver la
televisión o películas en inglés, es muy probable que entiendas muy poco. En
este caso, en una hora de estar frente al televisor, probablemente sólo diez o
quince minutos serán entendibles. Lo demás, por cruel que suene, es ruido y el
ruido no te ayuda a mejorar en lo absoluto.
Por el contrario, si tu nivel ya es intermedio y lo único que
haces es practicar el verbo to be o
el vocabulario básico, no hace falta ser un experto en idiomas para saber que
difícilmente avanzarás.
Esto es cierto no sólo para la práctica en frente de la
televisión, sino también para la lectura, las estructuras gramaticales y el
vocabulario que necesitas aprender. La clave aquí está en seguir la regla del
i+1 de Stephen Krashen. Con el riesgo de simplificar demasiado, lo que esto
significa es lo siguiente: no debemos centrarnos en material que esté por
debajo de nuestro nivel porque nos aburriremos; no debemos centrarnos en
material que esté muy por encima de nuestro nivel porque entenderemos muy poco
y nos frustraremos; debemos de centrarnos en material que esté ligeramente
arriba de nuestro nivel actual. Así, siempre seguiremos aprendiendo.
Error 3: Pensar que estás
practicando lo que no estás practicando
Hay dos preguntas que cualquier aprendiz del inglés debería
saber responder inmediatamente y estas son: 1) ¿en qué habilidades te sientes
cómodo y seguro? y 2) ¿en qué habilidades flaqueas? En este momento, nos
interesa la respuesta a la segunda pregunta.
Lo que he podido notar con el paso del tiempo es que, al
menos en México, las respuestas más recurrentes a esta segunda pregunta son: speaking y listening. Lo difícil de creer es que habiendo identificado las
áreas de mejora, los aprendices no adopten las estrategias correctas para cambiar
la situación.
En cada caso el proceso es diferente y los que quieran
adentrarse en cada uno de los caminos para mejorar pueden leer las entradas que
sobre speaking y listening ya he escrito. Sin embargo, a grandes rasgos el panorama
es el siguiente:
a) Listening: a
menudo los problemas de listening son
problemas de otra índole (los más recurrentes: de vocabulario o de
pronunciación). La mejor forma de mejorar listening
es, por ende, incrementando el número de palabras que conocemos, volviéndonos
muy exigentes con nuestra pronunciación y mejorando nuestras habilidades para
concentrarnos. Así, cuando escuchemos una palabra, las probabilidades de
reconocer dicho vocablo y entender su significado serán mayores. La última de
las estrategias que recomiendo para mejorar listening
es por medio de canciones. Es verdad que a algunos les puede funcionar y por
ello incluí dicha estrategia en la entrada Algunas
ideas sobre cómo mejorar mi listening, pero en términos generales considero
un gran error tratar de mejorar dicha habilidad solamente por medio de
canciones. Habiendo dicho esto, quiero recalcar que no estoy diciendo que
escuchar canciones sea algo malo para aprender inglés. Al contrario, es de lo
mejor que podemos hacer, pero es conveniente entender que los beneficios se
irán normalmente a nuestra motivación, fluidez, vocabulario y pronunciación (lo
cual a largo plazo sí podría beneficiar a nuestro listening, pero no de manera inmediata).
b) Speaking: Si
tuviéramos veinte o treinta años disponibles para mejorar nuestro inglés, la
mejor estrategia sería permitir que la producción oral emergiera por sí sola
como resultado de nuestro contacto con el idioma. Sin embargo, partiendo del
supuesto de que a menudo tenemos que mejorar en uno o dos años, lo que tenemos
que hacer es buscar una gran cantidad de oportunidades para soltarnos. Si sólo hablamos con nuestro
maestro y con nuestros compañeros de clase, los avances serán escasos. Tenemos
que hablarlo con nuestros amigos, con nuestros familiares, ir a expos de
universidades extranjeras, usar Skype, formar grupos de práctica de speaking, etc. Lo que sí es verdad es
que contestando ejercicios gramaticales nuestro speaking no mejorará en lo absoluto. Extrañamente, muchas personas
que saben que speaking es lo que
tienen que mejorar, hacen todo menos hablar. Si eres de las tres o cuatro personas que
se pueden dar el lujo de permitirse veinte o treinta años para volverse muy
buenos, adelante. El problema radica en que en la mayoría de los casos, el buen
inglés es una necesidad a corto plazo.
Error 4: Pensar que los
idiomas “no se te dan”
Aquel que diga que el inglés “no se le da”, debería
preguntarse por qué el español “sí se le dio” y una vez que reconozca este
hecho, lo que procede es copiar y copiar, claramente adaptando de una manera
inteligente.
Copiar y copiar significa en este caso tratar de reproducir
al máximo las condiciones que nos llevaron a aprender el español. La adaptación
es necesaria porque a diferencia de cuando aprendimos español, ya no somos
niños, pero ahora tenemos un cúmulo de experiencias y procesos mentales que
podrían ayudarnos a aprender más estratégicamente. Por supuesto que es imposible
copiar al 100%, pero podemos acercarnos.
Decir que el inglés “no se nos da” es un eufemismo para decir
que “no hemos practicado lo suficiente” o que “hemos estado practicando mal”.
La práctica hace al maestro y si existe la motivación o la necesidad, no hay
forma en la que podamos impedir el aprendizaje del inglés, siempre y cuando usemos las estrategias correctas. Claro está que no es
algo que suceda de la noche a la mañana, pero si avanzamos cada día, seguro lograremos nuestra meta.
Manos a la obra
Pregúntate si has avanzado en tu aprendizaje del idioma
inglés y si ya llegaste al nivel que quieres o necesitas. Responde sinceramente
y si la respuesta es no, identifica cuál o cuáles de estos 4 errores estás
cometiendo. Tal vez los materiales que estés utilizando lejos de motivarte, te
desalienten. Tal vez estés practicando con un nivel inadecuado. Tal vez ya sabes
qué tienes que mejorar, pero te pones a practicar algo distinto por el miedo o
la incertidumbre que implica afrontar aquello que tiene que ser afrontado. O
tal vez te has repetido tantas veces que el inglés no se te da que has terminado
por creértelo. Elimina los pretextos y
avanza en tu proceso de aprendizaje del inglés, tanto como te sea posible,
tanto como lo desees.
Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia
escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com
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