jueves, 31 de marzo de 2016

¿Por qué no avanzo?... 4 errores que puedes estar cometiendo al aprender inglés

Juan Carlos García Valdés

¿Llevas años y años tratando de mejorar tu inglés, pero realmente no despegas? ¿Después de mucho tiempo todavía te cuesta trabajo hablar y entender la lengua inglesa? Tal vez estés cometiendo uno de los siguientes 4 errores que muchos llegamos a cometer.
  
Error 1: Usar material que te aburre

Mi regla básica es la siguiente: “si un material o una actividad te aburre, detente”. La regla complementaria dice: “una vez que te detengas, no sientas culpa”.

Probablemente todos tus amigos o maestros te han recomendado un libro, una serie, un programa o un método que a ellos les ha funcionado de maravilla, pero cuando tú empiezas a utilizarlo, sólo bostezas y no logras concentrarte. La clave está en saber que el mejor maestro que puedes tener eres tú mismo. El aprendizaje nunca debería de ser cansado o tedioso y quién mejor para decidir qué te funciona y qué no que tu propia persona.

Olvídate del “qué dirán” y céntrate en el “qué necesito”. Date a la tarea de encontrar materiales y actividades que te motiven y que sean eficientes para ti.

Algunas de las claves para saber si el material que estás usando no es el adecuado son:

a) Te la pasas viendo el reloj cuando estás usando dicho material.
b) No estás al 100% en la actividad y realmente quisieras estar haciendo algo distinto.
c) No te sientes cómodo. Sabes que algo diferente te podría funcionar mejor, pero tienes miedo a escuchar al “propio lingüista que llevas dentro”.

La razón por la que es necesario que seas honesto en este caso es muy sencilla: el tiempo que tenemos no es infinito, así es que si le vas a dedicar una o dos horas al día a mejorar tu inglés, tienen que ser una o dos horas divertidas, productivas y memorables.

La clave para saber si el material que estás usando sí es el adecuado es la siguiente: estás tan interesado o entretenido que pierdes la noción del tiempo. A menudo sigues practicando más allá de lo que te habías propuesto, pero lo haces de manera natural, sin experimentar tedio o hartazgo.

Error 2: Hacer una valoración incorrecta de tu nivel

Si estás estancado, esto tal vez se debe al hecho de que no sólo estás practicando con el tipo de material inadecuado, sino que además el nivel elegido seguramente no es el correcto.

Si tienes un nivel básico y tu práctica se centra en ver la televisión o películas en inglés, es muy probable que entiendas muy poco. En este caso, en una hora de estar frente al televisor, probablemente sólo diez o quince minutos serán entendibles. Lo demás, por cruel que suene, es ruido y el ruido no te ayuda a mejorar en lo absoluto.

Por el contrario, si tu nivel ya es intermedio y lo único que haces es practicar el verbo to be o el vocabulario básico, no hace falta ser un experto en idiomas para saber que difícilmente avanzarás.

Esto es cierto no sólo para la práctica en frente de la televisión, sino también para la lectura, las estructuras gramaticales y el vocabulario que necesitas aprender. La clave aquí está en seguir la regla del i+1 de Stephen Krashen. Con el riesgo de simplificar demasiado, lo que esto significa es lo siguiente: no debemos centrarnos en material que esté por debajo de nuestro nivel porque nos aburriremos; no debemos centrarnos en material que esté muy por encima de nuestro nivel porque entenderemos muy poco y nos frustraremos; debemos de centrarnos en material que esté ligeramente arriba de nuestro nivel actual. Así, siempre seguiremos aprendiendo.

Error 3: Pensar que estás practicando lo que no estás practicando

Hay dos preguntas que cualquier aprendiz del inglés debería saber responder inmediatamente y estas son: 1) ¿en qué habilidades te sientes cómodo y seguro? y 2) ¿en qué habilidades flaqueas? En este momento, nos interesa la respuesta a la segunda pregunta.

Lo que he podido notar con el paso del tiempo es que, al menos en México, las respuestas más recurrentes a esta segunda pregunta son: speaking y listening. Lo difícil de creer es que habiendo identificado las áreas de mejora, los aprendices no adopten las estrategias correctas para cambiar la situación.

En cada caso el proceso es diferente y los que quieran adentrarse en cada uno de los caminos para mejorar pueden leer las entradas que sobre speaking y listening ya he escrito. Sin embargo, a grandes rasgos el panorama es el siguiente:

a) Listening: a menudo los problemas de listening son problemas de otra índole (los más recurrentes: de vocabulario o de pronunciación). La mejor forma de mejorar listening es, por ende, incrementando el número de palabras que conocemos, volviéndonos muy exigentes con nuestra pronunciación y mejorando nuestras habilidades para concentrarnos. Así, cuando escuchemos una palabra, las probabilidades de reconocer dicho vocablo y entender su significado serán mayores. La última de las estrategias que recomiendo para mejorar listening es por medio de canciones. Es verdad que a algunos les puede funcionar y por ello incluí dicha estrategia en la entrada Algunas ideas sobre cómo mejorar mi listening, pero en términos generales considero un gran error tratar de mejorar dicha habilidad solamente por medio de canciones. Habiendo dicho esto, quiero recalcar que no estoy diciendo que escuchar canciones sea algo malo para aprender inglés. Al contrario, es de lo mejor que podemos hacer, pero es conveniente entender que los beneficios se irán normalmente a nuestra motivación, fluidez, vocabulario y pronunciación (lo cual a largo plazo sí podría beneficiar a nuestro listening, pero no de manera inmediata).

b) Speaking: Si tuviéramos veinte o treinta años disponibles para mejorar nuestro inglés, la mejor estrategia sería permitir que la producción oral emergiera por sí sola como resultado de nuestro contacto con el idioma. Sin embargo, partiendo del supuesto de que a menudo tenemos que mejorar en uno o dos años, lo que tenemos que hacer es buscar una gran cantidad de oportunidades para soltarnos. Si sólo hablamos con nuestro maestro y con nuestros compañeros de clase, los avances serán escasos. Tenemos que hablarlo con nuestros amigos, con nuestros familiares, ir a expos de universidades extranjeras, usar Skype, formar grupos de práctica de speaking, etc. Lo que sí es verdad es que contestando ejercicios gramaticales nuestro speaking no mejorará en lo absoluto. Extrañamente, muchas personas que saben que speaking es lo que tienen que mejorar, hacen todo menos hablar. Si eres de las tres o cuatro personas que se pueden dar el lujo de permitirse veinte o treinta años para volverse muy buenos, adelante. El problema radica en que en la mayoría de los casos, el buen inglés es una necesidad a corto plazo. 

Error 4: Pensar que los idiomas “no se te dan”

Aquel que diga que el inglés “no se le da”, debería preguntarse por qué el español “sí se le dio” y una vez que reconozca este hecho, lo que procede es copiar y copiar, claramente adaptando de una manera inteligente.

Copiar y copiar significa en este caso tratar de reproducir al máximo las condiciones que nos llevaron a aprender el español. La adaptación es necesaria porque a diferencia de cuando aprendimos español, ya no somos niños, pero ahora tenemos un cúmulo de experiencias y procesos mentales que podrían ayudarnos a aprender más estratégicamente. Por supuesto que es imposible copiar al 100%, pero podemos acercarnos.

Decir que el inglés “no se nos da” es un eufemismo para decir que “no hemos practicado lo suficiente” o que “hemos estado practicando mal”. La práctica hace al maestro y si existe la motivación o la necesidad, no hay forma en la que podamos impedir el aprendizaje del inglés, siempre y cuando usemos las estrategias correctas. Claro está que no es algo que suceda de la noche a la mañana, pero si avanzamos cada día, seguro lograremos nuestra meta.

Manos a la obra

Pregúntate si has avanzado en tu aprendizaje del idioma inglés y si ya llegaste al nivel que quieres o necesitas. Responde sinceramente y si la respuesta es no, identifica cuál o cuáles de estos 4 errores estás cometiendo. Tal vez los materiales que estés utilizando lejos de motivarte, te desalienten. Tal vez estés practicando con un nivel inadecuado. Tal vez ya sabes qué tienes que mejorar, pero te pones a practicar algo distinto por el miedo o la incertidumbre que implica afrontar aquello que tiene que ser afrontado. O tal vez te has repetido tantas veces que el inglés no se te da que has terminado por  creértelo. Elimina los pretextos y avanza en tu proceso de aprendizaje del inglés, tanto como te sea posible, tanto como lo desees.  

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

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jueves, 24 de marzo de 2016

14 páginas de internet que no pueden faltar en tu proceso de aprendizaje del inglés

Juan Carlos García Valdés

Actualmente los que no aprenden inglés son los que no quieren aprender. Con tantas páginas, materiales y recursos, el mayor obstáculo es, honestamente, la flojera. Para aquellos que han logrado superar esa apatía y para aquellos que están a punto de conseguirlo, a continuación les comparto catorce páginas totalmente gratuitas que pueden serles de gran utilidad. Mi recomendación es que las visiten y las empiecen a usar de inmediato.
  
A) Diccionarios

Siempre es importante un buen diccionario, pero qué poco nos atrae la idea de estar cargando permanentemente uno pesado. La ventaja es que la gran mayoría de nosotros tenemos un teléfono inteligente y desde ahí podemos consultar distintas opciones.

Para aquellos que requieren un diccionario bilingüe (inglés-español, español-inglés), una excelente opción (y la que más frecuentemente utilizo) es http://www.wordreference.com/

WordReference es un diccionario muy completo que incluye palabras, frases y modismos. Otra de sus ventajas es que tiene un foro en el cual se pueden hacer preguntas muy concretas sobre cómo entender o traducir un vocablo determinado.

Si lo que se desea es un diccionario monolingüe (inglés-inglés), http://www.merriam-webster.com/ puede ayudarnos mucho. Basta con que escribamos la palabra a buscar y encontraremos su definición en inglés, su pronunciación y ejemplos del uso de la palabra en oraciones.

Otro de mis favoritos es Linguee. En http://www.linguee.es/espanol-ingles lo que podemos encontrar además del equivalente en la otra lengua es un sinfín de oraciones traducidas que contienen la palabra que estamos buscando. Esto es de gran ayuda sobre todo si deseamos entender el uso del vocablo en un contexto determinado.

B) Conferencias y charlas

A veces lo que necesitamos no es un diccionario, sino una página en la que podamos ver pláticas sobre temas muy distintos para mejorar nuestra comprensión oral, aprender nuevas palabras y, por supuesto, conocer más sobre los temas que nos apasionan.

Si este es tu caso, TED es una página excepcional. Las ventajas de https://www.ted.com/ son varias: puedes descargar las pláticas, puedes ver las charlas sin subtítulos o con subtítulos (en muchos casos tú eliges el idioma), puedes usar su buscador interno para encontrar una plática que te motive o inspire o que se ajuste al tiempo que tienes disponible (la mayoría oscila entre 10 y 20 minutos) y puedes ir viendo la transcripción íntegra mientras escuchas la charla que has escogido. Los temas incluyen: tecnología, negocios, ciencia, salud, psicología, religión y entretenimiento, sólo por mencionar algunos.

A continuación les comparto los links de mis dos pláticas favoritas:

Plática sobre los errores que cometemos como seres humanos y nuestra percepción sobre ellos: https://www.ted.com/talks/kathryn_schulz_on_being_wrong

Plática sobre colaboración masiva en línea:

C) Audiolibros

Si lo que nos gusta son los libros, https://librivox.org/ es una página que puede darnos muchas satisfacciones. LibriVox tiene especialmente libros clásicos o escritos hace varias décadas. Los libros se pueden descargar o escuchar directamente desde el portal. La calidad de grabación es muy buena y los autores que podemos encontrar ahí incluyen, entre muchos otros, a Shakespeare, Milton, James Joyce y Virginia Woolf. De acuerdo con estadísticas de LibriVox, esta página tiene actualmente 9,538 libros en su catálogo.  

D) Gramática

A veces lo que requerimos es una explicación gramatical breve y fácil de entender. La mejor opción que he encontrado a la fecha es EngVid. En http://www.engvid.com/ puedes encontrar la explicación gramatical del tema que más trabajo te cueste o que más te interese repasar. Afortunadamente, sus clases en video no sólo son acerca de temas gramaticales. También puedes encontrar videos sobre vocabulario, cultura, expresiones y pronunciación, entre muchos más.

Mi maestra favorita en EngVid es Ronnie. Aquí te dejo el link de su clase sobre condicionales: http://www.engvid.com/zero-and-first-conditionals/

E) Noticias

Si quieres estar al tanto de lo que sucede en el mundo, la BBC es la página a visitar. En http://www.bbc.co.uk/radio puedes escuchar decenas de estaciones de Reino Unido.

Si lo que prefieres es leer, entonces mis recomendaciones son http://edition.cnn.com/ (Estados Unidos) y   http://www.theguardian.com/international y http://www.independent.co.uk/ (Reino Unido).

F) Una auténtica maravilla

La siguiente página es extraordinaria y tal vez ya la hayas usado, aunque con otros fines. Lo que te propongo ahora es que la utilices para mejorar tu inglés. Por supuesto que hablo de Pinterest.

Mi sugerencia es la siguiente. Ve a https://es.pinterest.com/ y crea tu cuenta. Después, teclea “English” y comienza a explorar ese mundo fantástico lleno de imágenes, ideas, enlaces y gráficas que harán que tu proceso de aprendizaje se vuelva mucho más memorable.

G) Duolingo

Simplemente adictivo. Un recurso fantástico para consolidar tu gramática y vocabulario y para poner a prueba tu pronunciación. Conforme vas avanzando, vas obteniendo puntos y puedes compartir tu progreso con tus amigos en Facebook.  Ve a https://es.duolingo.com/ y crea tu cuenta para comenzar a practicar.

H) YouTube

Una de las páginas más visitadas a nivel mundial es también una de las páginas en las que más puedes aprender inglés: https://www.youtube.com/  

Las posibilidades en este caso son infinitas: documentales, youtubers, tutoriales, series, etcétera.  A continuación te dejo algunas recomendaciones que en lo personal me han servido mucho:

EasyEnglish (American Idioms): https://www.youtube.com/watch?v=1f6ad1c0G_w




I) Música

¿A quién no le gusta la música? Esta recomendación es para todos aquellos que quieran saber más sobre la letra de sus canciones favoritas: http://genius.com/

No están todas las canciones, pero sí hay muchísimas y la ventaja de esta página es que una vez que seleccionas la canción de la que quieres aprender más, bastará con hacer clic sobre el fragmento en el que estés interesado (el fragmento se pondrá en amarillo) y del lado derecho te aparecerá la explicación de ese fragmento en inglés. También puedes escuchar la canción en cuestión directamente desde esta página.

Manos a la obra

Lo importante de estas páginas no es sólo saber de ellas, sino comenzar a usarlas. No es necesario que utilices todas. Lo recomendable es que conozcas sus características e identifiques sus ventajas y desventajas. Al hacer lo anterior, tú mismo te darás cuenta de aquellas que te dan mejores resultados. Una vez que hayas identificado dichas páginas, entonces sí, ocúpalas con regularidad y verás que tu inglés mejorará a cada momento. Por supuesto que hay muchos más sitios que los que he incluido en esta entrada, así es que no dejes de descubrir, aprender y maravillarte con todas las posibilidades que hoy tenemos para alcanzar un excelente nivel de inglés.

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jueves, 17 de marzo de 2016

5 señales de que tu relación con el inglés no va del todo bien y qué hacer para que esto cambie

Juan Carlos García Valdés

Para todo en la vida hay señales y síntomas. A veces, es posible engañarnos durante un tiempo y decir que las cosas van bien, pero tarde o temprano la realidad se asoma y nos deja ver dónde estamos parados. Lo mismo sucede con el inglés. Frecuentemente podemos aparentar que estamos avanzando, pero siempre llegará el momento en el que nos demos cuenta de que, más bien, llevamos ya un tiempo estancados. ¿Cuáles son estas señales y estos síntomas de que estamos varados y qué podemos hacer para que esto cambie?

Señal 1: Tienes el mismo nivel que hace dos o tres años (o, a veces, incluso, un nivel peor)

Si prácticamente no has aprendido palabras, frases o estructuras nuevas en los últimos meses o años, esta es una clara señal de que no ha habido avance. Cometer errores no es malo, pero lo que sí debería llamar nuestra atención es seguir cometiendo los mismos errores de siempre. Errores como decir la edad con have (*I have 20 years old en vez de I am 20 years old) o expresar todo en presente porque no nos hemos aprendido los verbos irregulares deberían de ser suficientes para hacer una pausa y darnos cuenta de que debemos cambiar.

Todavía peor es el caso de las personas que le siguen colocando la terminación –tion a todo en lugar de aprenderse las palabras adecuadas. Simplemente preguntémonos si hoy nos sentimos más cómodos para expresarnos que hace dos o tres años. Si la respuesta es no o está llena de dudas, es momento de cambiar.

Para ello, hay que formular un plan de acción que se centre en el día a día. No se trata de hacer una transformación repentina, sino de ir creando un hábito. Empieza con ver cinco o diez minutos al día de videos en inglés. Todos tenemos cinco o diez minutos. Por supuesto que esto no será suficiente, pero es un primer paso. Cada tres o cuatro días puedes ir agregando otros cinco minutos hasta que pronto llegues a la media hora o a la hora de práctica. ¡Y no te olvides de usar tu método predilecto para que las palabras que vas escuchando se te vayan quedando!

Señal 2: Aún te da miedo hablar

Nos hemos vuelto expertos en la gramática y estamos a punto de conseguir nuestra maestría con honores en verbo to be. No obstante, tan pronto como se trata de hablar nos bloqueamos y no podemos decir prácticamente nada.

Si bien con otras lenguas nos podemos dar el lujo de decidir para qué las vamos a utilizar (hay gente que aprende un idioma sólo para leer o sólo para ver películas), la situación con el inglés es radicalmente opuesta: quien no lo habla es como si no lo supiera, por más que se sepa de memoria todas las minucias de la gramática misma.

Por consiguiente, ir por buen camino implica que cada día tengamos más recursos lingüísticos y comunicativos: las palabras llegan más fácilmente a nuestra mente, nuestra pronunciación es cada día mucho más clara y los errores gramaticales que llegamos a cometer no impiden que los demás nos entiendan. En otras palabras, cada día tenemos más confianza en nuestro propio nivel y esto tiene como resultado que sintamos menos miedo.

Hablar inglés implica poder expresarse en dicha lengua  en una infinidad de contextos y situaciones. Por supuesto que habrá algunas en las que nos sintamos más cómodos y otras en las que no tanto, pero siempre podremos darnos a entender. El caso opuesto es el de la persona que se deja vencer por los temores (“no sé qué decir”, “me ganan los nervios”, “no encuentro las palabras adecuadas”, “mi pronunciación no es buena”).

Si estos temores todavía son parte de tu experiencia, es importante que cambies tu perspectiva. No se trata únicamente de decir que vas a dejar de tener miedo. El miedo es un síntoma de tus inseguridades y tus inseguridades son a la vez síntomas de la poca práctica. Así es que hay que practicar a cada momento y no desaprovechar ninguna oportunidad. Lo peor que te puede pasar es que cometas muchos errores y que eso te lleve a aprender mucho.         

Señal 3: Estás coqueteando con otros idiomas sin consolidar primero tu nivel de lengua inglesa

Todos tenemos al amigo o a la amiga que se sabe palabras en siete idiomas, pero que realmente no puede hablar ninguno. A menudo, nos pasa algo similar cuando el tiempo que podríamos estarle dedicando al inglés se lo empezamos a dedicar a otras lenguas. Nos aprendemos los número en francés, cómo decir gracias y adiós en alemán, y nos aventuramos con algunos vocablos del japonés, mandarín o coreano.

Por supuesto que conocer estos idiomas es conveniente, pero en el 99.9 por ciento de los casos el inglés es la prioridad debido a que es la lengua más hablada y utilizada en el mundo de los negocios y en el ámbito profesional. ¿Entonces por qué pelear en dos frentes al mismo tiempo? A veces lo hacemos para distraernos y otras más, aunque lo neguemos, para presumir lo internacionales o cosmopolitas que somos o que podemos llegar a ser. Pero seamos sinceros, la experiencia satisfactoria en los idiomas radica en la posibilidad de comunicar y ser entendidos y poco lograremos si seguimos divagando entre distintas lenguas.

Así es que si estás coqueteando con otro idioma sin tener ya un excelente nivel de inglés, pregúntate por qué lo haces y pronto te darás cuenta de que seguramente es un síntoma de tu mismo miedo a hablar y a avanzar. Elimina el miedo al éxito y conviértete en un hablante de primer nivel.   

Señal 4: Estás rodeado de gente que habla el inglés igual o peor que tú

La frase de Jim Rohn que dice que “tú eres el promedio de las cinco personas con las que pasas más tiempo” es cierta también para el inglés. Si la mayoría de tus amigos sólo saben decir tres frases y desconocen mucho vocabulario, existe una amplia probabilidad de que tú estés en la misma situación.

Lo mejor es rodearse de talento y, en este caso, lo que eso significa es que entre más en contacto estés con gente que tenga un muy buen nivel, mucho más fácil será para ti aprender nuevas frases y técnicas, y corregir los errores que te han acompañado durante mucho tiempo.

Así es que no hay por qué esperar más. Conviértete en amigo o amiga de excelentes hablantes, incorpora a algunos nativos del idioma como conversadores regulares y verás que las diferencias se vuelven notorias.

Señal 5: Estás frente a un nativo del inglés y no entiendes nada o casi nada

¿Llevas años tratando de aprender inglés y todavía te pasa que al estar frente a un nativo tu entendimiento es nulo o casi nulo? Esta es, sin duda, una señal de que tienes que modificar tu proceso de aprendizaje. Todas las habilidades son importantes, pero listening tiene una trascendencia tal que a veces no termina por reconocerse. Esto se debe a lo siguiente: imaginemos que estás en una reunión de trabajo o que eres un turista que se ha perdido en medio de Washington D.C. o de Londres. ¿Cómo vas a poder comunicarte si no entiendes nada o casi nada? Incluso en el supuesto caso de que puedas decir mucho, tu interacción estará severamente limitada ya que no podrás responder adecuadamente o contraargumentar. Si este es tu caso, olvídate de las clases gramaticales cuanto antes y busca conversar y conversar. Aunado a lo anterior, ve infinidad de videos, películas y conferencias hasta que tu comprensión mejore de manera significativa.

Manos a la obra: ¿Cómo cambiar esta situación y mejorar realmente nuestro nivel?

No esperes hasta el día en el que te van a entrevistar en inglés para hacer cambios en tu vida y en tu aprendizaje. No digas que no tienes tiempo. Hay gente mucho más ocupada que tú y que aun así avanza en un idioma y luego en otro. Recuerda que si dices no tener tiempo, lo que realmente no tienes son prioridades bien definidas.

Si dos o más de las señales mencionadas son ciertas en tu caso, lo que te recomiendo es que cambies. La clave está en la práctica, lo cual eliminará paulatinamente tus miedos. Mi recomendación es que crees un plan de trabajo realista pero al mismo tiempo ambicioso. Para algunos, esto puede ser una contradicción, pero yo creo que no es así: debe ser realista para que puedas lograr las metas que te propones (aprender un cierto número de palabras al día o a la semana, ver un determinado número de videos o leer cierto número de libros), pero ambicioso en el sentido de que no debes posponer el uso del idioma. Sea cual sea tu estrategia favorita, es preciso que comiences ahora mismo para que lo único que veas son señales de que tu relación con la lengua más extendida del mundo va por buen camino.

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jueves, 10 de marzo de 2016

Artistas y amateurs en el aprendizaje del inglés: Y tú, ¿qué eres?

Juan Carlos García Valdés

Ralph Waldo Emerson dijo que “todo artista fue alguna vez un amateur”. Si trasladamos esta idea al aprendizaje del inglés, podemos darnos cuenta de que toda persona que hoy habla este idioma muy bien algún día tuvo muchas dudas, se trabó y tal vez pensó que jamás llegaría a desenvolverse como aquellos que ya eran sumamente buenos. Sin embargo, los artistas del inglés, es decir, aquellos que ahora dominan el idioma, no sucumbieron ante estas dudas y siguieron adelante, aunque a veces entendieran muy poco y sólo pudieran comunicar ideas muy sencillas. Veamos a continuación algunas de las diferencias entre los que se convirtieron en artistas y los que siguieron siendo amateurs.

Diferencias entre los amateurs y los artistas

1.- Los amateurs quieren entender palabra por palabra; los artistas reconocen que lo importante es entender el mensaje. El amateur se enoja o se frustra cuando no entiende una palabra y mide su éxito en función del número de las que sí captó. En cambio, el artista sabe que siempre habrá vocablos que le serán desconocidos, pero se centra en aquello que sí logra comprender. La ventaja del artista es que, incluso sin entender muchos vocablos, se ayuda del contexto y del lenguaje corporal de su interlocutor para captar la esencia de lo dicho.

2.- Los amateurs quieren hablar perfectamente; los artistas quieren darse a entender. El amateur se la pasa diciendo que no habla porque su pronunciación es mala, porque no tiene suficiente vocabulario, porque confunde los tiempos verbales y/o porque no lo van a comprender. El artista, por otro lado, sabe que si logra la respuesta que quiere por parte de la otra persona, puede considerar que ha triunfado. La verdad es que el artista también tiene, a veces, problemas de pronunciación y de vocabulario y su gramática para nada es perfecta. Sin embargo, sale adelante porque se compromete a que le entiendan con los recursos con los que cuenta en ese momento. Así las cosas, si las palabras no llegan a su auxilio, siempre tiene la posibilidad de hacer gestos, ayudarse de movimientos o tomar una hoja de papel y dibujar. ¡Lo importante es comunicar!  

3.- Los amateurs dicen no tener tiempo; los artistas crean espacio en sus agendas para el idioma que desean perfeccionar. El amateur lleva meses o años diciendo que no avanza porque está muy ocupado y agrega: “Pero nada más deja que tenga un mes libre y vas a ver, lo voy a hablar muy bien”. La verdad, desafortunadamente, es que ese mes libre difícilmente llega o, si es que se presenta, el amateur lo utiliza para otras cosas. Por el contrario, el artista reconoce que siempre hay espacios a lo largo del día que puede ocupar para practicar. Si espera en la fila, tal vez lea un libro; si está desayunando, probablemente ponga el radio en inglés y si se va a tomar el café, ¿por qué no tomárselo con alguien que también hable la lengua inglesa? Tiempo siempre hay; lo que fallan a menudo son las prioridades.

4.- Los amateurs van solos por el camino del aprendizaje; los artistas crean un equipo. Las ventajas de crear un equipo cuando se aprende inglés son desconocidas para muchos, pero he llegado a pensar que esta es la diferencia más importante entre los aficionados y las súper estrellas. Para mí hubiera sido impensable llegar al nivel de inglés que tengo (como en todos los casos, siempre mejorable) si no hubiera tenido a Lis, que me enseñó a escribir en la lengua de Shakespeare y de Milton, a Ale, que amablemente tiene sesiones de chisme informativo conmigo (obviamente en inglés), a Rebeca, que es una de las artistas del inglés más talentosas que conozco y que directa o indirectamente me ha dado muchos consejos y muchas estrategias sobre cómo puedo mejorar mi nivel, y a Ted, que en muchas ocasiones me ha ayudado a corregir mi speaking.

La verdad es que he escrito sólo el nombre de algunas personas, pero hay muchas más que han recorrido parte de este camino conmigo. Siendo dicho camino uno sinuoso y prolongado, todas estas personas me han ayudado a reducir significativamente el tiempo en el cual recorrer el trayecto y han multiplicado mi aprendizaje con lo que ya sabían y con lo que pudimos descubrir al trabajar de manera conjunta. Un equipo te motiva, te alienta y te permite avanzar a pasos agigantados. Ir solo no es sinónimo de que no se llegará al objetivo, pero sí puede ser más riesgoso y, a menudo, más frustrante, puesto que siempre es muy útil contar con alguien que ya transitó la misma ruta y que ya sabe dónde hay que detenerse, dónde hay que acelerar y qué atajos están disponibles.  

5.- Los amateurs son obedientes; los artistas saben por qué desobedecen. Los amateurs son obedientes para hacer lo que sus maestros de lengua les piden. El problema es que la mayoría de las actividades o ejercicios les ayudan muy poco para mejorar. Los artistas, no obstante, saben que son precisamente ellos quienes deben decidir y conocer qué les funciona y qué no. Por supuesto que no se trata de ser un rebelde sin causa, pero si lo que el maestro pide, exige o recomienda no da resultados, no podemos excusarnos en ello para no avanzar.

La mayoría de los maestros te pedirán un sinfín de ejercicios gramaticales, repeticiones para mejorar tu pronunciación y probablemente te soliciten que te aprendas una o varias listas de vocabulario. No es que lo anterior no funcione, pero sí es cierto que muchos jamás aprenderemos así. Entonces, nuestra labor es ser rebeldes y decir: “yo, gramática no” o “yo, listas no”, pero sólo porque las sustituiremos con aquello que sí sirve para nosotros y que sí nos gusta.

6.- Los amateurs se guardan para sí mismos lo que saben; los artistas tienden la mano para que otros aprendan. Docendo discimus o aprendemos al enseñar. Si realmente quieres avanzar en el aprendizaje del inglés, vuélvete un artista y luego comprométete a que otros diez amateurs se conviertan en artistas gracias a ti. Será algo extenuante y a veces querrás tirar la toalla, pero valdrá la pena porque aprenderás como nunca antes. Opta por dicha estrategia y mejorarás o compórtate de forma egoísta y estáncate.

7.- Los amateurs tienen una motivación extrínseca; la motivación de los artistas es intrínseca. Siempre que alguien me dice que quiere aprender inglés, mi primera pregunta es por qué. Con esa respuesta, es fácil saber si el proceso tiene muchas probabilidades de éxito o de fracaso. Si la respuesta de la persona es porque ama la cultura estadounidense o británica, porque algún día realmente quiere vivir en Nueva York o en Londres o en Sydney, porque se emociona al escuchar las canciones de los Beatles o de One Direction, o porque le encantan los libros de Shakespeare o de John Green y quiere leerlos en el idioma original, entonces es muy probable que la persona aprenda: su motivación es intrínseca. Si, por el contrario, la respuesta es porque me lo piden en las entrevistas de trabajo”, “porque lo necesito para titularme”, “porque quiero ganar más” o “porque todos lo están aprendiendo”, los focos rojos empiezan a encenderse.

La importancia de tener una motivación intrínseca, esa que tienen los artistas, es que en los momentos difíciles del proceso de aprendizaje siempre podremos dar un paso más, leer una página más, escuchar un audio más o lo que es lo mismo: no darnos por vencidos. ¿Por qué? Porque sabemos que todo apunta a un fin, a algo que deseamos mucho y que definitivamente queremos lograr cuanto antes.
   
Manos a la obra

Si quieres dejar de ser un amateur y convertirte en un verdadero artista del inglés, no olvides los siguientes pasos: valora lo que ya sabes, lo que ya entiendes y lo que ya puedes decir y no te frustres porque no lograste comprender una palabra o porque no recordaste cómo decir una frase (céntrate en el bosque y no en cada árbol); abandona la búsqueda de la perfección y deja que la perfección te encuentre a ti en el camino; destina tiempo cada día para aprender y practicar inglés, sin importar el número de actividades que tengas; crea tu equipo de trabajo; desobedece cuando sepas que es necesario; ayuda a otros a aprender y, sobre todo, si es que todavía no la tienes, busca tu motivación intrínseca para aprender el idioma. Sigue estos pasos y la pregunta no será si algún día hablarás o no inglés de manera extraordinaria, sino cuándo llegará ese momento.  

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jueves, 3 de marzo de 2016

El día que me vaya a Estados Unidos, ese día hablaré inglés... ¡deja de poner pretextos!

Juan Carlos García Valdés

Lo he escuchado infinidad de veces. Lo he escuchado de mis alumnos y lo he escuchado de mis amigos. “El día que me vaya a Estados Unidos” o “el día que me vaya a Inglaterra, ese día finalmente hablaré inglés”. Mi experiencia, no obstante, me dice que esto no siempre es lo que sucede. Veamos por qué.

Coloquemos como ejemplo a Marco. Marco es por supuesto un nombre ficticio, pero nos ayudará a entender mejor este caso.

Marco no ha aprendido prácticamente nada de inglés en sus dieciocho años de vida. Llevaba la materia de inglés, pero la mayoría de sus maestros dejaban mucho que desear y el día que lo intentó por su cuenta con unos CDs que le regalaron, se dio por vencido a la semana.

Un buen día, sin embargo, Marco decide que tiene que aprender y les plantea a sus papás la posibilidad de irse a Estados Unidos seis meses a tomar un curso. “Les prometo que allá lo voy a hablar diario y les juro que voy a aprender”. Sus papás dudan al principio, pero después acceden.

Marco llega a Nueva York con todas las pilas puestas y se presenta a la escuela de idiomas en su primer día de clases. Para su sorpresa, las clases allá no son muy diferentes. El maestro, un norteamericano de unos treinta y cinco años, luce un poco desanimado y les da unos ejercicios del verbo to be.

Realidad #1: Las clases en Estados Unidos, Canadá o Inglaterra no van a ser necesariamente mejores que las mejores clases que puedes tener donde vives.

“No importa”, piensa Marco. En la hora del receso podré hablar en inglés con muchas personas. Llega este momento y Marco ve a un par de japonesas. Sin embargo, ellas están hablando en japonés. “Lo intentaré con los franceses”. Oui, merci, je ne sais pas. “Ni hablar; pero bueno, no todo está perdido. Puedo ir con los latinos y podemos hablar en inglés”.

Marco lo intenta y ellos se le quedan viendo. “¿Qué no eras mexicano?”, le preguntan. “Pues sí, pero quería practicar”. “¿Practicar? Hay mucho tiempo para eso. ¿Entonces qué? ¿A dónde vamos a ir por la tarde?”

Realidad #2: En los cursos de idioma en países de habla inglesa es común que los latinos se junten con los latinos, los franceses con los franceses y los japoneses con los japoneses. No es que la interacción con personas de otras partes del mundo no se dé, pero afrontémoslo: los seres humanos a menudo optamos por la opción más sencilla y esa opción, en este caso, es convivir con la gente que ya nos entiende.

Desafortunadamente, esto se repite todos los días y Marco lo único que hace es ir a sus clases, en las que principalmente sigue viendo gramática. Cuando ocasionalmente intenta hablar inglés con algún nativo, se da cuenta de que entiende muy poco y que, por lo tanto, no puede seguir la conversación.

Realidad #3: Los nativos del inglés estarán inmersos en sus propias actividades diarias. Por cruel que suene, su prioridad no es tu aprendizaje e, incluso, si lo fuera, si te vas con un nivel muy bajo o nulo es prácticamente un hecho que no entenderás nada.

Después de seis meses, Marco regresa a su país de origen y ciertamente ha podido experimentar cosas nuevas. No obstante, su inglés sigue prácticamente sin mejorar.

¿Qué pudo haber hecho Marco para que la experiencia realmente valiera la pena (desde un punto de vista lingüístico)?

Solución #1: No te vayas con un nivel básico; aprende lo más que puedas en tu país y luego emprende la aventura.

Me la paso diciéndolo todo el tiempo y esta vez no será la excepción. Si realmente quieres avanzar, lo mejor es irte con, por lo menos, un nivel intermedio (un nivel B2 del Marco Común Europeo). Esto te permitirá interactuar con un mayor número de personas y sacarle provecho a cada una de las situaciones. Para lograrlo, recuerda que necesitarás muchas horas de práctica y, sobre todo, requerirás la disciplina suficiente para avanzar hacia las metas que te hayas propuesto.

Solución #2: Desafía el sentido común e inscríbete a un curso que no sea de lengua

La mayoría de la gente piensa que para aprender un idioma la mejor opción es irse al país en donde se habla dicho idioma y tomar un curso, precisamente, de lengua. Pero, ¿qué pasaría si en vez de ello, una vez en Estados Unidos, Canadá o Inglaterra, te inscribieras a un curso de arte, jardinería, cocina, negocios o nuevas tecnologías? No tengo la menor duda de que aprenderías mucho más.

Las razones son muy sencillas. En primer lugar, estarías rodeado de gente que habla muy bien el inglés (probablemente la mayoría de tus compañeros serían nativos del idioma que quieres aprender). Si empiezas a convivir con ellos, posiblemente te presenten a otras personas (que también hablan muy bien) y esto constituirá una posibilidad adicional de práctica.

En segundo término, si te inscribes a un curso de algo que te apasione, es muy probable que ya conozcas mucha información al respecto. Esto te permitirá entender con mayor rapidez los términos que se utilizan en el idioma meta.

Finalmente, estarás en contacto con un inglés mucho más natural y no únicamente con estructuras gramaticales o listas de vocabulario, como a menudo sucede en las clases de lengua.

Solución #3: Deja tu nacionalidad y tu idioma nativo en el aeropuerto

Irte a Estados Unidos, Canadá o Inglaterra para hablar español no tiene mucho caso. Comprométete a hablar en inglés, sea cual sea tu nivel.

Para ello recomiendo comenzar a utilizar la lengua inglesa desde el momento en que te subes al avión. Habrá gente que te mire de forma rara, habrá gente que se sienta incómoda y habrá gente que te critique, pero el único beneficiado serás tú. De regreso a tu país, tendrás mucho tiempo para hablar español, pero por ahora será mejor centrarte en el idioma que quieres aprender.

Y no sólo se trata de las palabras. Te apuesto a que si empiezas a actuar como los nativos lo hacen, tu experiencia será mucho más satisfactoria. Esto te permitirá entender sus acciones y adoptar el lenguaje corporal y la actitud que el nuevo idioma exige.

Manos a la obra

Si tu viaje está a la vuelta de la esquina, olvídate de tu lengua materna y practica el inglés siempre que te sea posible. Si, por el contrario, tu viaje es un proyecto a mediano o largo plazo, no desaproveches cada momento del día para conseguir ese nivel intermedio que te permitirá sacar el máximo provecho de tu estancia en algún país de habla inglesa.  

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