Juan Carlos García
Valdés
Ralph Waldo Emerson dijo que “todo artista fue alguna
vez un amateur”. Si trasladamos esta idea al aprendizaje del inglés, podemos
darnos cuenta de que toda persona que hoy habla este idioma muy bien algún día
tuvo muchas dudas, se trabó y tal vez pensó que jamás llegaría a desenvolverse
como aquellos que ya eran sumamente buenos. Sin embargo, los artistas del
inglés, es decir, aquellos que ahora dominan el idioma, no sucumbieron ante
estas dudas y siguieron adelante, aunque a veces entendieran muy poco y sólo
pudieran comunicar ideas muy sencillas. Veamos a continuación algunas de las
diferencias entre los que se convirtieron en artistas y los que siguieron
siendo amateurs.
Diferencias entre los amateurs y los
artistas
1.- Los amateurs quieren entender palabra por
palabra; los artistas reconocen que lo importante es entender el mensaje. El amateur se enoja o se frustra cuando no entiende una palabra y mide
su éxito en función del número de las que sí captó. En cambio, el artista sabe
que siempre habrá vocablos que le serán desconocidos, pero se centra en aquello
que sí logra comprender. La ventaja del artista es que, incluso sin entender muchos
vocablos, se ayuda del contexto y del lenguaje corporal de su interlocutor para
captar la esencia de lo dicho.
2.- Los amateurs quieren hablar perfectamente; los
artistas quieren darse a entender. El amateur se la pasa diciendo que no habla porque su pronunciación es
mala, porque no tiene suficiente vocabulario, porque confunde los tiempos
verbales y/o porque no lo van a comprender. El artista, por otro lado, sabe que
si logra la respuesta que quiere por parte de la otra persona, puede considerar
que ha triunfado. La verdad es que el artista también tiene, a veces, problemas
de pronunciación y de vocabulario y su gramática para nada es perfecta. Sin
embargo, sale adelante porque se compromete a que le entiendan con los recursos
con los que cuenta en ese momento. Así las cosas, si las palabras no llegan a
su auxilio, siempre tiene la posibilidad de hacer gestos, ayudarse de
movimientos o tomar una hoja de papel y dibujar. ¡Lo importante es comunicar!
3.- Los amateurs dicen no tener tiempo; los
artistas crean espacio en sus agendas para el idioma que desean perfeccionar. El amateur lleva meses o años diciendo que no avanza porque está muy
ocupado y agrega: “Pero nada más deja que tenga un mes libre y vas a ver, lo
voy a hablar muy bien”. La verdad, desafortunadamente, es que ese mes libre difícilmente
llega o, si es que se presenta, el amateur lo utiliza para otras cosas. Por el
contrario, el artista reconoce que siempre hay espacios a lo largo del día que
puede ocupar para practicar. Si espera en la fila, tal vez lea un libro; si está
desayunando, probablemente ponga el radio en inglés y si se va a tomar el café,
¿por qué no tomárselo con alguien que también hable la lengua inglesa? Tiempo
siempre hay; lo que fallan a menudo son las prioridades.
4.- Los amateurs van solos por el camino del
aprendizaje; los artistas crean un equipo. Las ventajas de crear un equipo cuando se aprende inglés son
desconocidas para muchos, pero he llegado a pensar que esta es la diferencia más
importante entre los aficionados y las súper estrellas. Para mí hubiera sido
impensable llegar al nivel de inglés que tengo (como en todos los casos,
siempre mejorable) si no hubiera tenido a Lis, que me enseñó a escribir en la
lengua de Shakespeare y de Milton, a Ale, que amablemente tiene sesiones de chisme informativo conmigo (obviamente
en inglés), a Rebeca, que es una de las artistas del inglés más talentosas que
conozco y que directa o indirectamente me ha dado muchos consejos y muchas
estrategias sobre cómo puedo mejorar mi nivel, y a Ted, que en muchas ocasiones
me ha ayudado a corregir mi speaking.
La
verdad es que he escrito sólo el nombre de algunas personas, pero hay muchas más
que han recorrido parte de este camino conmigo. Siendo dicho camino uno sinuoso
y prolongado, todas estas personas me han ayudado a reducir significativamente
el tiempo en el cual recorrer el trayecto y han multiplicado mi aprendizaje con
lo que ya sabían y con lo que pudimos descubrir al trabajar de manera conjunta.
Un equipo te motiva, te alienta y te permite avanzar a pasos agigantados. Ir
solo no es sinónimo de que no se llegará al objetivo, pero sí puede ser más
riesgoso y, a menudo, más frustrante, puesto que siempre es muy útil contar con
alguien que ya transitó la misma ruta y que ya sabe dónde hay que detenerse, dónde
hay que acelerar y qué atajos están disponibles.
5.- Los amateurs son obedientes; los artistas saben
por qué desobedecen. Los amateurs son obedientes para
hacer lo que sus maestros de lengua les piden. El problema es que la mayoría de
las actividades o ejercicios les ayudan muy poco
para mejorar. Los artistas, no obstante, saben que son precisamente ellos
quienes deben decidir y conocer qué les funciona y qué no. Por supuesto que no
se trata de ser un rebelde sin causa, pero si lo que el maestro pide, exige o
recomienda no da resultados, no podemos excusarnos en ello para no avanzar.
La
mayoría de los maestros te pedirán un sinfín de ejercicios gramaticales,
repeticiones para mejorar tu pronunciación y probablemente te soliciten que te
aprendas una o varias listas de vocabulario. No es que lo anterior no funcione,
pero sí es cierto que muchos jamás aprenderemos así. Entonces, nuestra labor es
ser rebeldes y decir: “yo, gramática no” o “yo, listas no”, pero sólo porque las
sustituiremos con aquello que sí sirve para nosotros y que sí nos gusta.
6.- Los amateurs se guardan para sí mismos lo que
saben; los artistas tienden la mano para que otros aprendan. Docendo discimus o aprendemos
al enseñar. Si realmente quieres avanzar en el aprendizaje del inglés, vuélvete
un artista y luego comprométete a que otros diez amateurs se conviertan en
artistas gracias a ti. Será algo extenuante y a veces querrás tirar la toalla,
pero valdrá la pena porque aprenderás como nunca antes. Opta por dicha
estrategia y mejorarás o compórtate de forma egoísta y estáncate.
7.- Los amateurs tienen una motivación extrínseca;
la motivación de los artistas es intrínseca. Siempre que alguien me dice que quiere aprender inglés, mi primera
pregunta es por qué. Con esa respuesta, es fácil saber si el proceso tiene
muchas probabilidades de éxito o de fracaso. Si la respuesta de la persona es
porque ama la cultura estadounidense o británica, porque algún día realmente
quiere vivir en Nueva York o en Londres o en Sydney, porque se emociona al
escuchar las canciones de los Beatles
o de One Direction, o porque le
encantan los libros de Shakespeare o de John Green y quiere leerlos en el
idioma original, entonces es muy probable que la persona aprenda: su motivación
es intrínseca. Si, por el contrario, la respuesta es “porque me lo piden en las
entrevistas de trabajo”, “porque lo necesito para titularme”, “porque quiero
ganar más” o “porque todos lo están aprendiendo”, los focos rojos empiezan a
encenderse.
La
importancia de tener una motivación intrínseca, esa que tienen los artistas, es
que en los momentos difíciles del proceso de aprendizaje siempre podremos dar
un paso más, leer una página más, escuchar un audio más o lo que es lo mismo:
no darnos por vencidos. ¿Por qué? Porque sabemos que todo apunta a un fin, a
algo que deseamos mucho y que definitivamente queremos lograr cuanto antes.
Manos a la obra
Si
quieres dejar de ser un amateur y convertirte en un verdadero artista del inglés,
no olvides los siguientes pasos: valora lo que ya sabes, lo que ya entiendes y
lo que ya puedes decir y no te frustres porque no lograste comprender una
palabra o porque no recordaste cómo decir una frase (céntrate en el bosque y no
en cada árbol); abandona la búsqueda de la perfección y deja que la perfección
te encuentre a ti en el camino; destina tiempo cada día para aprender y
practicar inglés, sin importar el número de actividades que tengas; crea tu
equipo de trabajo; desobedece cuando sepas que es necesario; ayuda a otros a
aprender y, sobre todo, si es que todavía no la tienes, busca tu motivación
intrínseca para aprender el idioma. Sigue estos pasos y la pregunta no será si
algún día hablarás o no inglés de manera extraordinaria, sino cuándo llegará
ese momento.
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escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com
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