Juan Carlos García Valdés
En la entrada anterior, analicé la función de las clases y
expuse por qué a menudo puedes sentir que no avanzas. Aquí, todo se vuelve más
práctico. A continuación, diecisiete ideas, tips, recomendaciones y sugerencias
que no quiero que desestimes. Por favor, no lo hagas.
Consejos
UNO: Quítate de la cabeza la idea de que
es en las clases donde aprendes. La mayoría de las clases están diseñadas para
que no aprendas o para que lo que aprendas sea muy poco. Pero no desestimes ese
“muy poco”. A menudo, como a mí me pasó, ese “muy poco” te puede ayudar a
entender y a expresar “bastante”.
DOS: Quítate de la cabeza la idea de que
porque te tocó un mal maestro este año o este semestre, ya no vas a aprender
nada. El aprendizaje real está fuera del salón de clases. Y déjame decirte algo
que va a sonar radical, pero es verdad: a muchos, muchos maestros tu aprendizaje
les importa lo que a mí me importa cómo quedó el día de ayer el equipo de
voleibol de playa de la Universidad de Moldavia: ¡nada! Como en muchas
profesiones, aquí también hay gente que nada más está esperando al final de la
quincena para cobrar y punto. No te centres en ellos. Céntrate en ti. Si te tocó
un mal maestro, soporta sus clases, pero por fuera maravíllate a ti
mismo/misma. Además, no es con el maestro con el que vas a hablar el inglés el
resto de tu vida, así es que si te cae bien, mal, regular, si te motiva o no,
si te enseña o no, eso es lo menos importante: el maestro es temporal; tu
competencia comunicativa puede ser/debería ser permanente.
TRES: Forma a tu equipo de trabajo (equipo
de aprendizaje). De verdad. Es súper importante. Solo no vas a llegar a ningún
lado. Y esto lo empiezo a recalcar cada vez más: de preferencia, incluye a
extranjeros en tu equipo. Si tienes a un asistente de lengua en tu escuela, no
vengas a preguntarme quién debería de estar en tu equipo sí o sí. Y si no hay
uno, ve a los lugares donde puedas encontrar extranjeros: aquí en la ciudad ve
al CILC y pregunta por las personas que están tomando español (porque serán
extranjeros), date una vuelta a la Facultad de Lenguas. ¡Créeme! Hay más
extranjeros de los que te imaginas y los estás desaprovechando. La razón para
tener extranjeros es muy sencilla: para muchos de ellos es más cómodo hablar en
su idioma o en la lingua franca y
¡bingo!: esa lingua franca es la que
tú quieres/necesitas aprender. En otras palabras, la ventaja de tenerlos en el
equipo es que crean necesidad de comunicarse en el idioma meta. Platica,
platica tanto como puedas con ellos. Recuerda que avanza el que cada día
entiende más.
CUATRO: Sé más selectivo para escoger el
material que vas a leer o a escuchar que lo que serías escogiendo al novio o a
la novia. Lo digo en serio. De esto depende tu avance o no avance. Si escoges
material súper fácil, va a ser complicado que progreses todo lo que tienes que
progresar. Por el contrario, si escoges material muy difícil, es muy probable
que te frustres. Creo que aquí es donde más necesitas a un guía. Alguien que te
ayude a escoger los mejores materiales para ti (tomando en cuenta tu nivel y
tus preferencias).
CINCO: Recuerda que lo que importa son las
horas. Si ya te estancaste, el diagnóstico normalmente es fácil. Algo ya te
desanimó y no estás practicando tanto como antes. Dos, tres o cuatro horas a la
semana, ya sean de clase o en cualquier otra modalidad, es paso de tortuga. Debería
de haber una regla que dijera: “Nadie que no haya llegado a las tres mil horas
de práctica en un idioma puede decir que no se le da o que ya se quedó
estancado”. Llega a esas tres mil horas y entonces vemos si de verdad no se te
da.
SEIS: Necesitarás más de una motivación
para seguir adelante. Descúbrela o créala. Un novio, una novia, leer a tu autor
favorito en su lengua original, platicar con tus amigos del extranjero,
trabajar en el país de tus sueños, viajar y ver el Big Ben o Times Square. No
sé, algo. Si tu motivación es “pasar la materia” o “irla llevando”, mejor
no pierdas tu tiempo: estás frito.
SIETE: Sé fiel a tu estilo de aprendizaje,
pero, al mismo tiempo recuerda que la lengua se aprende escuchándola, primero,
y luego leyéndola. “Es que yo soy kinestésico”, “es que yo soy visual”, “es que
yo…”. Mira, ya, hablemos en serio: en otras áreas, tal vez eso sea súper
importante. No lo niego. Aquí o escuchas y escuchas y... o lees y lees. Punto. En una
conversación lo fundamental es escuchar y así es como mejor se aprende. En una conversación nadie está
pensando: “Es que yo soy kinestésico”.
OCHO: Sé creativo. Si escuchas o lees una
palabra, regístrala para el resto de tus días. Créale una historia. Invéntate
una asociación. Utilízala en una oración.
NUEVE: Poner tu teléfono en inglés no ayuda
en mucho. Sí, puedes aprender algunas palabras y frases, pero no mucho más. Lo
que sí ayudaría es que todas tus conversaciones en WhatsApp o en Messenger
fueran en inglés. Ahí sí avanzarías. “Pero es que mis amigos no hablan inglés”.
Pues también tú. Empieza a ser selectivo con tus amigos.
DIEZ: Lee en inglés como si no hubiera
mañana.
ONCE: Escucha tanto como te sea posible en
lengua inglesa. Y combina. Esto es importante. Tienes que escuchar audios básicos
(libros, audiolibros para aprendices del inglés) y audios avanzados (TV, películas)
desde el principio. Pero la finalidad es distinta. Los audios básicos te
permiten familiarizarte más y más con las palabras. Los audios avanzados te dan
la posibilidad de no estar tan indefenso para operar en el mundo real del
idioma. En ningún caso trates de entenderlo todo, palabra por palabra. Siempre
céntrate en el mensaje. Lo mismo cuando leas.
DOCE: Lee mi blog y pon en práctica lo que
te digo. No me gustan los “auto-comerciales”, pero es verdad. Si aplicas
algunas o muchas de las ideas que aquí he expuesto, ten por seguro que vas a
avanzar. Nada más recuerda siempre que la clave es la constancia y la
disciplina.
TRECE: Ya echa a la basura esa idea de que
tu pronunciación es mala. Tu pronunciación es defectuosa sólo si cuando hablas
con nativos, ellos o no te entienden o se la pasan preguntándote que quisiste
decir. Y si eso pasa, hazle como los bebés, que ni siquiera conocen las letras,
pero que son buenísimos para empezar a repetir. Repite, repite y repite. Sin
importar cómo se escriben, en un primer momento, las palabras. Siempre confirma
la pronunciación de las palabras difíciles con un nativo o con un diccionario
(Merriam Webster, WordReference). Y emociónate cuando pronuncies bien, cuando
digas algo bien, cuando te des a entender. ¡EMOCIÓNATE!
CATORCE: Lo peor que puedes hacer si realmente
quieres aprender es usar el traductor para todo. Ya deja de pensar que tu
cabeza no puede hacerlo. Tu cabeza es muy poderosa. ¿Qué quieres decir? Escoge tu sujeto (I o you u otro). Escoge tu acción (play). Escoge qué más quieres decir
(soccer, basketball, the guitar) y
repite el proceso. Lo único que tendrás que ir haciendo el resto de tus días es
agregando detalles y haciendo pequeños cambios (Last week, tomorrow, -ed, will). Si todo lo metes al traductor, el
que procesa es precisamente el traductor y no tu cerebro. Resultado: no hay
aprendizaje.
QUINCE: No tomes notas en exceso. No
aprendemos al anotar. Aprendemos al entender (y usar).
DIECISÉIS: Incorpora uno de los siguientes a tu
proceso de aprendizaje: música o videojuegos. Sólo recuerda que la música no es
lo mejor para listening, salvo que tengas un oído privilegiado, que, por lo demás,
son escasos.
DIECISIETE: Escribe tus metas. Haz que sean específicas.
Coloca fechas para revisarlas en el corto plazo. No digas: “hablaré inglés en
cinco años”. No. Di: “De aquí a dos meses habré hablado con cinco extranjeros y
cada conversación habrá durado por lo menos una hora”. La primera meta es difícil
de medir. La segunda, no.
Manos a la obra
Si te estancaste, lo que tienes que hacer es retomar el
camino. Espero que estas recomendaciones te puedan servir. Si crees que
necesitas más ayuda, te propongo lo siguiente (sobre todo si ya te he dado
clases con anterioridad): establezcamos un programa de trabajo entre los dos. Esto
no te costará ningún peso porque a mí no me implicará hacer uso de mi tiempo
constantemente, salvo en un primer momento, cuando nos dediquemos a diseñar el
camino que habrá que recorrer (lo que nos puede llevar una o dos horas) y, después,
todo o casi todo el seguimiento se puede hacer en línea (¡bendita tecnología!).
Por supuesto que por las clases que imparto sí cobro, pero a veces uno puede
hacer mucho por los demás, sin incurrir en un gran costo o inversión. Más bien,
lo que a menudo falta es voluntad de ayudar.
Mensaje a todos, pero sobre todo a mis ex alumnos: Me importa
que aprendan y no me gusta que me escriban que están estancados, pero también
es necesario que ustedes trasciendan las circunstancias actuales (un mal
maestro, pocas horas a la semana, un libro de texto que no les gusta o lo que
sea que esté pasando). Aquí abajo está mi teléfono (WhatsApp) y mi correo, así
es que, a partir de ahora, estará estancado el que quiera. Repito: para todos
mis ex alumnos está opción de que armemos un programa de trabajo y de que le
demos seguimiento es totalmente gratuita.
Puedes compartir cualquier
duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com
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