jueves, 30 de marzo de 2017

Ley de Murphy y otras razones por las que el aprendizaje del inglés sale mal

Hace ya varias décadas, Arthur Bloch publicó un libro muy simpático titulado Ley de Murphy y otras razones porque las cosas salen mal. Hoy me he basado en dicho libro para enfocarme en lo que nos atañe: ¿por qué el aprendizaje del inglés, al menos en nuestro país, a menudo sale mal? Ayudémonos de la Ley de Murphy, la Ley de Parkinson y algunas más para tratar de entender la situación.

Leyes de Murphy y de Wynne

La Ley de Murphy señala que “si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal” y para muestra, el botón del aprendizaje del inglés en nuestro país.

Más allá de un análisis profundo (los interesados pueden revisar, por ejemplo, Sorry. El aprendizaje del inglés en México), cada vez creo más que el inglés en nuestro país está de capa caída debido a lo que la propia Ley de Wynne señala:

                        “La flojera negativa tiende a aumentar” (Bloch, 31).

Aceptémoslo, en nuestro país a muchas generaciones les decían inglés y era como si les pidieran que pusieran cara de aburrimiento.

También es cierto que la mayoría de los maestros no ayudaba y a la fecha no ayuda, pero esa apatía ha llegado a niveles insospechados y sólo las nuevas generaciones, que casi desde bebés cantan las canciones de Rihanna y Justin Bieber, parecen proporcionarnos los elementos necesarios para tener cierta fe y esperanza de que la situación pueda mejorar.

Desafortunadamente, pasa muy seguido que ese entusiasmo por el inglés de la generación más moderna se ve aniquilado en la primera, segunda o tercera clase de idioma en la escuela, cuando el aprendiz se da cuenta de que el inglés escolar en México es una repetición ad infinitum del “Vamos a ver el verbo to be”.

Primera Ley sobre el Bridge

Esta ley destaca que “siempre tiene la culpa el compañero” (Bloch, 42) y me parece que no hay forma más sencilla de explicar nuestra falta de responsabilidad en el aprendizaje del idioma inglés que dicho enunciado: la culpa siempre será del maestro que no nos enseñó, del coordinador que no se preocupa porque el nivel mejore, de la directora a la que nada más le interesa hacer negocio, de Miguel Layún, de mis amigos que no hablan inglés, de los autores de los libros de texto que no saben lo que hacen, de la SEP, de Elba Esther, de Layún otra vez, etcétera, etcétera, etcétera, por los siglos de los siglos.

Ah… pero eso sí… nuestra flojera no tiene culpa de nada y nosotros estamos exentos de cualquier crítica. Primera Ley sobre el Bridge: “la culpa siempre la tienes tú; yo no ehhh”.

Segunda Ley de Johnson

Este precepto nos hace recordar que “Si en el transcurso de varios meses solamente acontecen tres actos sociales de relevancia, todos serán en la misma fecha” (Bloch, 123).

Y la verdad es que lo mismo sucede con muchos de mis alumnos. Cuando por fin se dan la oportunidad de aprender inglés, se acuerdan de que al mismo tiempo también tienen que trabajar, aprender otro idioma, escribir la tesis, pasear al perro, jugar bridge, publicar un blog y compartirlo con los amigos en Face, bla, bla, bla y entonces el inglés pasa a ser la prioridad número 632. “Pero por favor no digan nada… porque yo tenía ganas de aprender; es sólo que se me atravesaron otras cosas”.

Ley de Parkinson

Esta ley, una de mis favoritas, por cierta y precisa, señala que “el trabajo se expande hasta llenar el tiempo disponible para que se termine”. En otras palabras, si yo les pido que acomoden mis carpetas en la oficina y les doy un plazo de 10 horas, se tardarán 10 horas; por el contrario, si les digo que sólo tienen una hora y media, eso será lo que se van a tardar.

Mi postulado aquí es que en México se utiliza la Ley de Parkinson + 1 para el aprendizaje del inglés. ¿Cómo funciona? Veamos:

a) Si me dan seis semestres para liberar inglés en la uni, yo me tardo siete.

b) Si me dicen que al salir de la carrera debo de tener una certificación, yo me hago pato y que me esperen uno o dos años más.

c) Si en el trabajo me piden saber hablar inglés, yo voy a la entrevista y les digo que ya estoy viendo la situación, que no cunda el pánico, que ya pronto, que ya mero, que en menos de lo que canta un gallo… de esos de los que no cantan.

Ley de Pareto

Si el 20% de la población tiene el 80% de los recursos, pues aquí no será la excepción: El 20% de la población estudiantil registrará el 80% de las participaciones en un salón de clases de la materia de inglés. En pocas palabras, ¿para qué me molesto en participar? ¡Que participen los otros!

Ley de Malek

“Cualquier idea simple será expresada en la forma más complicada” (Bloch, 101). ¿Cómo se aprende inglés? Idea simple: Practicando (leyendo y escuchando primero). Forma complicada: “Los aprendientes desarrollarán por medio de técnicas, procesos y metodologías metavanguardistas los elementos necesarios que les permitan una mejora en su capacidad de comprensión oral y producción escrita, sin obviar dentro de los aprendizajes esperados los principios del aprender a aprender, aprender a ser y aprender a chorear”.

Practicando. Punto.

Primera Ley de Weinberg

“Se progresa cada tercer viernes”, que para el caso, me parece que queda mejor de la siguiente manera: “se progresa cada tercer año”.

Pregunta:     ¿Y cómo va tu inglés?

Respuesta:   ¡Uy! ¡Genial! Hace dos años leí un libro.

Comentario: Ah… muy bien.

Leyes a las que no les he encontrado aplicación en nuestro campo, pero que me han sacado una sonrisa

Regla de la grandeza: “Cuando alguien a quien usted admira y respeta parece estar pensando en algo profundo, seguramente está pensando en su almuerzo” (Bloch, 103).

Ley del individuo: “A nadie le preocupa o entiende lo que los demás hacen” (Bloch, 113). Por ejemplo: este blog… o que alguien lo lea… o que alguien no lo lea… o que aprendas inglés o que no aprendas… o que…¡ya basta!

Manos a la obra

Como se podrán haber dado cuenta, esta entrada se basa en La Quinta Regla (Bloch, 115): “Se toma usted demasiado en serio”.

Y todo porque ya se viene el April Fools’ Day jajajaja

Pero entre broma y broma… ¿dónde está tu TOEFL?????



Referencias:

Bloch, no Blog, Arthur. (1981… uy… hace un buen). Ley de Murphy y otras razones porque las cosas salen mal. Mexicalpán de las Tunas: Diana (o sea… la editorial… no la que me hace bullying).

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