jueves, 31 de agosto de 2017

Bloqueo, bloqueo, bloqueo: Sólo si priorizas, avanzas

Juan Carlos García Valdés

¿Cada cuánto ves a tus mejores amigos? ¿Cada cuánto vas a la reunión familiar, al bautizo, al bodorrio, a los quince años de la prima de tu amiga, al baby shower de tu vecina? ¿Cada cuánto te sientas a apoyar a tu equipo favorito, ya sea enfrente de la caja para tontos o en la grada del estadio? ¿Cada cuánto sales de vacaciones?

Oye, ¿pues no que no tenías tiempo? Lo que pasa es que estás usando una técnica que si usaras para el aprendizaje del inglés te redituaría y mucho. Estás usando la técnica del bloqueo.


Hay que ser congruentes

Si esa cantaleta de que no tienes tiempo para aprender inglés fuera cierta, entonces tampoco tendrías tiempo para todo lo demás que ya se comentó, porque si tienes tiempo para eso, también tienes tiempo para aprender inglés. Lo que pasa, más bien, es que no te importa.

Sí, ya sé, vas a decir que sí te importa. "No teacher, ¿cómo cree? Claro que sí". Pero seamos honestos, eso es de dientes para fuera, puro lip service, mera palabrería, porque cuando algo te importa de verdad, lo haces y ya. Punto. Sin excusas.

Tú más bien, si dices no tener tiempo, te has convertido en un político profesional, de esos que hacen mil promesas y no cumplen nada. Ah, pero eso sí, ¡cómo sonríen! Si arguyes no tener tiempo, deberías también pedir que cambiaran tu apellido a Peña Miento o Tramp-osillo.


¿Por qué sí te da tiempo de ir a la pachanga, pero no de repasar?

Cuando haces algo, es porque lo estableciste, consciente o inconscientemente, como una prioridad y por ende bloqueaste todo lo demás. A lo mejor estás vuelta loca en el trabajo o en la escuela, pero te dio tiempo de ir a comprar el regalo, el vestido para la fiesta, los zapatos y hasta de irte a maquillar cual estrella de Hollywood. En otras palabras, al menos por unos minutos, horas o días, todo lo demás lo mandaste a la reverenda Chihuahua. Para no quedarle mal a tu best friend forever and ever, a tu prima a la que ves cada que hay eclipse solar o hasta a tu vecinita, a la que apenas ubicas.

Te preguntas cómo les vas a quedar mal a las susodichas, pero lo cierto es que tú siempre te quedas mal a ti misma porque cuando viene el llenado de la solicitud de trabajo no sabes si poner Inglés 2% o ya mejor next y busquemos un empleo donde no estén molestando.


Bloqueas cuando es prioritario, no le busquemos tres pies al carnero

Analicemos la manera en la que bloqueas el tiempo cuando se viene el casamiento de tu cuñada, conocido o peor es nada.

En primer lugar, existe un interés de tu persona por ser partícipe de tal evento, suceso o reunión. Entonces lo apuntas en tu agenda o confías en tu memoria (cosa que yo no podría hacer) y empiezas la segunda etapa, la de los preparativos.

Si tu jefe te dice que el día D hay junta, lo mandas a volar, y si un conocido de esos que abundan te invita a la Tercera Reunión de la Asamblea para un México sin Conejos Verdes cuyas Orejas Midan más de Diez Centímetros, simplemente lo bateas. Tú estás concentrado en lograr tu objetivo: ir al evento, divertirte y de paso asombrar a los asistentes con tus habilidades en el Payaso de Rodeo (algo que yo tampoco podría).

¿Te das cuenta? Estás concentrado y no permites ninguna interrupción ni dilación alguna, o como diría Paco Jémez: "para estupideces no estoy".

¿Y entonces por qué cuando de practicar se trata sí estás para todo tipo de tonterías e interrupciones? Pues simplemente porque a) no lo has definido como una prioridad o b) porque te vale lo que a mí aprender a hacer windsurfing.

Hasta que no visualices para qué quieres el inglés, este no podrá ser una prioridad en tu vida

En serio, de verdad, la neta del planeta, aquí entre nos, off the record, ¿para qué quieres el inglés? Si en tu cabeza o en tu corazón todavía no hay una respuesta clara, no habrá forma de que este se convierta en uno de los ejes rectores de tu vida.

Lo mismo pasa, por ejemplo, con el dinero. Los que nunca lo tienen es porque no saben para qué lo necesitan. En el momento en el que alguien se da cuenta para qué desea tenerlo, el proceso se vuelve mucho más fácil. Sucede de igual forma con el tiempo libre y con el amor, con los autos y el conocimiento, con la amistad y las pica fresas.

Así es que si no has sabido contestar el para qué, es momento de sentarse y reflexionar: What is the point of learning English? ¿Para tener un mejor trabajo? ¿Para hacer una maestría en Pachuca, Hidalgo? ¿Para conocer gente? ¿Para conocer a tu príncipe azul o a tu princesa lila? ¿Para farolear? ¿Para leer Harry Potter en idioma original? ¿Para ver tu serie favorita sin subtítulos? ¿Para viajar? ¿Para qué exactamente? Encuentra la respuesta y podrás empezar a bloquear aquello que no te conduce a la consecución de tu objetivo.


Copia, copia, copia

Ya se los digo yo, con toda la sinceridad del mundo: desde que hice de mi aprendizaje del alemán una prioridad en mi vida, siempre encuentro tiempo para practicar, aprender y repasar (y los avances definitivamente los siento).

Lo que hice fue copiarles a los que saben o supieron como establecer prioridades: Brian Tracy, Jim Rohn, Tony Robbins y Bodo Schäfer, entre otros. Vi sus ejemplos, sus resultados y me dejé llevar, porque como dice una canción muy sabia: "Les digo ven, ven, ven, animalito ven, ven y sígueme y verás lo que vas a aprender", siempre sin dejar de lado que "lo peligroso es gracioso, lo difícil es hermoso" y lo más grande es el hecho de decir: ¡Me puedo comunicar en otro idioma!!!


Manos a la obra

Bloquea una hora al día (o dos o tres) de acuerdo con tus posibilidades para seguir aprendiendo inglés. En ese lapso, no permitas interrupciones y dedícate a los libros, a las canciones, a las series o a lo que sea que hayas elegido para practicar. Si lo has logrado para tus eventos sociales, reuniones y demás actividades, no veo por qué no puedas hacerlo para tu aprendizaje del inglés. A no ser, claro está, que no te importe.

jueves, 24 de agosto de 2017

Las analogías del shopping, el ahorro y el bax para aprender inglés

Juan Carlos García Valdés

La entrada de la semana pasada sobre práctica extensiva vs. práctica intensiva tuvo tantas repercusiones (uy... no saben... la gente dejó de hablar de Neymar, Rafa Márquez y Trump para darle paso a mis aportaciones) que me pareció una buena idea profundizar un poco más sobre ambos conceptos. Para ello se me ocurrió una analogía que a continuación les comparto.


El shopping y el ahorro

En la vida tenemos dinero y cada quien decide qué hacer con esas monedas y billetes. Lo que hacemos un día con nuestro money no es tan importante como lo que hacemos todos los días. Quien analiza el tema del dinero, como quien analiza el tema de los idiomas, pronto se da cuenta de que son los hábitos, y no las excepciones, los que construyen imperios, sean estos materiales o lingüísticos.

Con el dinero que tenemos, simplificándolo todo, tenemos dos opciones: deshacernos de él o quedárnoslo, y a la mayoría de las personas el hecho de pasearse como Kim Garnashian por el mall de su localidad les parece más apetecible que acudir al piggy bank a depositar sus centavitos para un futuro más prometedor.

Ahora bien, darnos la vida de lujo un día tal vez no sea un gran problema. Sin embargo, repetir los malos hábitos una y otra vez es lo que nos lleva a la bancarrota.¿Pero quién se va a privar del glamour de las compras y preferir la serenidad del ahorro? Respuesta: los inteligentes.


Práctica extensiva y shopping

Irse de shopping es a menudo disfrutable y divertido, el tiempo se nos pasa como agua, y la mayoría de los mortales no tendría inconveniente en irse de compras un día sí y otro también.

La práctica extensiva en el idioma comparte algunos aspectos con la práctica del shopping (a quien ahora mismo se esté preguntando qué diablos es la práctica extensiva le recomiendo leer la entrada anterior de este blog). Cuando practicamos extensivamente a menudo lo disfrutamos y nos divertimos y el tiempo muchas veces ni lo sentimos.


Práctica intensiva y ahorro

En cambio, la práctica intensiva se parece al ahorro. Imagínense al típico bodoque, lo mismo de doce que de veintitantos años, enfrente de su cerdito (aquí me refiero a la alcancía y no a la imagen que ofrece el espejo).

El sujeto en cuestión debería sentirse orgulloso por la pasta que ha podido guardar, pero muy frecuentemente también le acecha una sensación parecida a la ansiedad ante la cual lo único que le gustaría hacer es agarrar al puerquito, romperlo con saña, recoger las monedas y emular a sus pares, lo que aquí implica irse con Zara a Liverpool para sentirse forever twenty-one.

Por razones difíciles de entender, hemos desarrollado la idea absurda de que tener muchas cosas equivale a la riqueza. Por ende, lo mismo en el mercado que en la boutique nos abocamos a comprar todas las chucherías que no necesitamos para intentar llenar un vacío que no reconocemos. Para recordar al gran Carlos Fuentes, lo mismo compramos "la bolsa de piel de cocodrilo que la bolsa de cacahuate garapiñado", y es probable que no necesitemos ninguna de los dos. Pobreza es tener todo lo que no necesitamos.

Ahora bien, ¿por qué digo que la práctica intensiva se parece al ahorro? Pues porque cuando estamos practicando de esta forma con frecuencia nos invade esa misma ansiedad por hacer todo lo demás excepto lo que estamos haciendo. Vemos el reloj como quien ve la alcancía, con ganas de que el tiempo corra y nos liberemos por fin de las restricciones.

Por razones nuevamente difíciles de comprender, en nuestros países latinos, y vayan ustedes a saber si en otras latitudes también, al ahorro se le ve como la postergación de la felicidad misma. Vivamos el momento y ya mañana veremos cómo pagar el kilo de tortillas.

En el texto anterior, ya advertía sobre el peligro de etiquetar a la práctica extensiva como la práctica buena y a la intensiva como la práctica mala.

Comprar no es malo. Lo malo es comprar lo que no requerimos; lo malo es comprar en exceso. Y aquí es precisamente donde creo que la relación entre dinero y aprendizaje se vuelve más visible. Practicar extensivamente no es malo, pero si sólo compramos y compramos y compramos todo el tiempo y nunca ahorramos, si nunca practicamos intensivamente, nos llevará mucho más tiempo conseguir nuestros objetivos.

Por supuesto que hablo en sentido figurado. Imagínense que al escuchar canciones, ver películas y leer libros, lo que están haciendo es comprarlos para ustedes mismos. Ya la escucharon, la song, ya la vieron, la movie, ya lo leyeron, el book, y esas historias contenidas en esos materiales ya son suyas por los siglos de los siglos. Pero ahora toca también ahorrar un poco, un 10 o un 20 por ciento, y ahí es donde van rápido al diccionario y buscan el significado de la palabra, ahí es donde estudian por unos minutos una estructura gramatical o escriben algunas oraciones con el vocabulario nuevo. Algo un poco menos excitante, pero conveniente. Práctica intensiva o ahorro para que después el shopping, la práctica extensiva, se vuelva más sencillo


El problema de practicar 100% de forma intensiva explicado desde la analogía del ahorro  

La explicación al hecho de por qué los alumnos simplemente no aprenden inglés en el sistema educativo tradicional está aquí. En la Escuela Primaria Benito Juárez, en la Secundaria Johnny Laboriel y en la preparatoria Luis Figo, los maestros y coordinadores de inglés, brillantes la mayoría de ellos, dirigen todo, sabiéndolo o no, a la práctica intensiva (contestar libros y ejercicios, explicar temas gramaticales, aprenderse listas de vayan ustedes a saber qué cosas y poco más). En otras palabras, la fórmula que usan es Intensivo 100%, Extensivo 0% (y los alumnos tampoco ayudan mucho: “a mí lo que me den en la clase y ya; ni crean que voy a estar repasando por fuera… ni que fuera tonto”).

Trasladen esa fórmula a su vida financiera e imaginen que ustedes decidieran ahorrar el 100% de lo que ganan. Desde ya, les auguro un fracaso total. Ahorrar es bueno, pero ahorrarlo todo, absolutamente todo, no tanto. Imagínense que se enferman y necesitan un medicamento, pero no lo pueden comprar porque ustedes hicieron la pinky promise de ahorrarlo todo, todo, todo. Ridículo. O que ya les dio hambre y quieren irse a comprar una torta de tamal, para preservar la línea curva de esas Goodyears que se han ido formando en su abdomencito, por pasarse de roscas, pero que no pueden porque ustedes lo van a guardar todo. Al seguir esta línea extremista, la vida se vuelve impráctica y al seguir esta misma directriz en las escuelas, el aprendizaje del inglés se vuelve inviable. Ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo arrulle (sí me lo sé, pero me gusta más así).


Ganar por puntos y ganar por knockout

No sé si les guste el box, pero si no, yo creo que les hace falta ver más bax. Ya en serio, y alejándonos de los commercials, es importante saber cómo se deben ganar las batallas cuando estamos practicando y es que así como en el calcio a veces se vence usando el catenaccio y a veces el jogo bonito, no se gana de la misma forma cuando se practica de manera extensiva que cuando se practica de manera intensiva.

¿Por qué menciono lo anterior? Porque hay gente que practica de manera extensiva y quiere ganar por knockout y hay otros que lo hacen de forma intensiva y quieren ganar por puntos y así no funciona. Es como si quisiéramos ganar la Serie Mundial con touchdowns, la Copa Davis por medio de penales a lo panenka o una final siendo el Cruz Azul. Imposible.

Cuando se practica de manera extensiva se gana por puntos, por cansancio, por haber estado ahí chorrocientas mil horas: no es que nos sepamos todas las palabras de la canción desde el primer momento, pero después de haberla escuchado trescientas veces, ya la podemos cantar con los ojos cerrados, en f, a capela y mezclándola con un pasito tun tun.

Por el contrario, cuando practicamos de manera intensiva, el triunfo lo conseguimos por knockout. No nos sabemos la palabra, vamos al amansaburros, vemos el significado del vocablo y hacemos una asociación que nos permita quedarnos con ese término por el resto de nuestros días. 

Si lo hacemos de otra forma, no conseguiremos el número de horas suficientes para alcanzar el nivel deseado o prolongaremos tanto la práctica intensiva que nos hartaremos, frustraremos y abandonaremos nuestra encomienda.


Manos a la obra

Estoy convencido de que saber la diferencia entre práctica extensiva y práctica intensiva y actuar en consecuencia es la clave para aprender un idioma. Espero que estas dos analogías (shopping y box) te hayan brindado más elementos para practicar de manera adecuada.

Tal vez no te hace falta ver más bax, pero sí meterle más galleta a tu aprendizaje del inglés. ¿Qué esperas? ¿Qué Trump sea presidente, que las carreteras se caigan y que las Chivas sean campeonas? Pues te aviso que todo eso, por más improbable que fuera, ya pasó y tú sigues balbuceando.

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

Visita CAD Lenguas en Facebook: 
 y dale like a nuestra página.


¿Interesado en una clase de inglés en la que realmente puedas aprender y avanzar? Comunícate conmigo al 722-6113296 (WhatsApp).

jueves, 17 de agosto de 2017

Práctica extensiva vs. práctica intensiva

Juan Carlos García Valdés

Ya hace falta que alguien les dé un buen consejo referente al aprendizaje del inglés y hoy no los voy a decepcionar. Si son una de esas personas que no tienen tiempo en la vida o que tienen mucha hueva de pescado en el refrigerador, por favor, por lo que más quieran, por Diosito, por Oribe, por su teacher, no se pierdan esta entrada.

La clave del éxito

Si realmente quieren avanzar en su aprendizaje del English la clave está en que sepan la diferencia entre práctica extensiva y práctica intensiva y que utilicen cada una en el momento adecuado (lo siento, pero sólo por esta entrada me merezco irme al cielo; de preferencia con Lufthansa).

¿Qué es práctica extensiva?

Me podría aventar un megachoro como todos los que estudian su maestría o doctorado, pero ya saben que a mí me gustan las cosas simples y straightforward, así es que ahí les voy. Para no andar como changuitos, por las ramas, diremos que la práctica extensiva tiene las siguientes características:

a) se centra en el contenido y no en las particularidades del idioma.  
b) es normalmente disfrutable.
c) se puede llevar a cabo al mismo tiempo que haces algo más o simplemente cuando estás descansando.

Veamos algunos ejemplos de práctica extensiva:

Ejemplo number one: te echas El Pianista en inglés porque te encanta la película, es decir, el contenido; lo disfrutas, lo gozas, aunque al muchacho ya se lo anden echando por ponerse el abrigo nazi (es que también, aunque haga frío, a quién se le ocurre).

Ejemplo number two: cantas Tres veces te engañé (¿me estás oyendo inútil?, bueno para nada, pa´ puras vergüenzas”) en su versión inglesa 23,542 veces sólo porque la rola está chévere, chida, del uno, nice, cool, guay, grosa o, como diría Alejandrita, porque rifa.

¿Cómo puedo saber si estoy practicando extensivamente?

Si estás practicando extensivamente no usas diccionarios, no haces notas, tal vez estás, al mismo tiempo, tejiendo un suetercito, cocinando, haciendo la homework de geografía o tesis, descansando o sacándote unos mocasines para la fiesta del tomorrowland. En otros términos, cuando practicas de forma extensiva te dejas ir como gordita en tobogán.

Antes de entender el meollo del asunto (¿por qué es trascendental saber qué es la práctica extensiva y qué es la práctica intensiva?) vayamos al segundo tipo de práctica.

¿Qué es la práctica intensiva?

Este tipo de práctica tiene por características las que a continuación se enuncian (¿qué tal ehhh?... el vocabulario que les vengo manejando):

a) se centra en las particularidades del idioma y no en el contenido.
b) a la mayoría de los mortales les da hueva (lo siento, pero sólo usando las palabras que corresponden es como la gente entiende).
c) para hacerlo bien, requiere en casi todos los casos de nuestra atención total.

Veamos algunos ejemplos de práctica intensiva:

Première exemple: (¡No, no… yo hoy vengo de políglota! Vayan ustedes a saber si lo escribí bien; en fin…). Agarras un libro de ejercicios gramaticales, de esos bien motivadores, y te echas desde la página 14 a la 21, es decir, toda la unidad del present perfect. Mientras lo haces, cuentas los minutos y los segundos, las páginas y los incisos, que te faltan para acabar con este suplicio.

Deuxième exemple: (Aquí sí ya me entró más la dudita; aunque seguramente más de uno ha de estar diciendo que nací en Nantes y tiene razón… nantes de que se popularizara el internet, nantes de que se inventaran los smartphones, nantes de casi todo). Agarras la letra de una chanson (no, no, no, este sí es hijo de François Mitterrand) y la diseccionas (“a ver, aquí Adele está usando voz pasiva” o “fíjate que en esta canción de Bruno Mars hay mucha tercera persona o adjetivos compuestos”).

Pregunta, querido escritor del blog…

Sí, te escucho.

“O sea, entonces, ¿las canciones son práctica extensiva o práctica intensiva?”

No, mijo, no… no se trata del material o recurso, sino de la forma en la que usamos dicho material o recurso. En otras palabras, una canción puede usarse extensiva o intensivamente, una película también, una revista, un podcast, un video de YouTube, un folleto, casi todo. De lo que depende es de lo que hagas con ese objeto, cosa o ente.

Si lo que haces con la canción es principalmente cantarla entonces será práctica extensiva; si sacas temas gramaticales será práctica intensiva.

Bueno, ¿y a mí eso qué?

Si serán enemigos de Popeye… la epifanía está a continuación: Si no tienen tiempo, pues no importa, porque aun así tienen tiempo (no, no me puse borracho). A lo que voy es a lo siguiente: las únicas personas que no tienen tiempo son las moridas; lo que ustedes tal vez no tengan es tiempo libre, pero ante eso la gente realmente inteligente y que quiere aprender un idioma dice: “¿Y eso qué importa?”

Tal vez no tengan tiempo para dedicarse al 100% (práctica intensiva), pero sí tienen tiempo para bañarse, vestirse, peinarse, lavarse la boquirri, manejar, comerse el lunch, otra vez manejar (x4), hacer tarea o ejercicio y ese es el tiempo que también utilizarán para aprender inglés (práctica extensiva).

Lo importante es no equivocarse en la elección de las actividades. Veamos algunos casos:

Caso 1: Si tienen mucho tiempo libre en sus vidas, elijan la combinación que más les agrade, aunque yo nunca recomendaría que la práctica intensiva ocupe más del 40% de la práctica total.

Caso 2: Viven como esclavos y casi no tienen tiempo… Entonces, céntrense en práctica extensiva (algo que puedan hacer mientras hacen todo lo demás). Tip de máster de los másters: el día que tengan un poquito de tiempo libre, analicen sus canciones favoritas (busquen el vocabulario que no se sepan, chequen pronunciación) para que el resto de la semana, cuando las canten, sepan lo que están cantando (en canciones yo normalmente recomiendo empezar de manera intensiva y luego pasar a la forma extensiva).

Caso 3: El inglés les vale gorro. Extensivo al 100%. Sólo con aquello que les pudiera gustar: un artista, un deporte, un destino turístico.

Caso 4: Tienen un examen de inglés de esos chafas, de escuela mexicana. Aquí sí, la excepción que confirma la regla, tendré que decir que intensiva, porque les van a preguntar unos temas muy específicos, ¿cierto?

Caso 5: Van a presentar una certificación. La práctica extensiva les redituará más que la intensiva, sobre todo si el examen no está a la vuelta de la esquina.

¿Podría decirse que la práctica extensiva es la buena y la práctica intensiva es la mala?

No. Recomiendo más la extensiva porque representa un contacto mucho más real con el idioma, pero la práctica intensiva también tiene sus funciones, por ejemplo: a) pulir el habla y la escritura; b) aprendernos palabras y frases muy específicas; c) desarrollar la gramática como medio multiplicador de nuestra capacidad para comunicarnos y d) como preparación ideal en las canciones, previo a una práctica de tipo extensiva.

Lo ideal es combinar (Ex70-In30 o Ex80-In20 me parecen combinaciones apropiadas en la mayoría de los casos).

Los errores más comunes

Además de decir que Acapulco es la capital de Guerrero, los errores más comunes son:

a) Pensar que no se puede aprender un idioma porque no se tiene tiempo libre: Falso. Lo que hace falta es centrarnos en la práctica extensiva.

b) Decir que no se nos da el idioma cuando casi toda nuestra experiencia ha sido con práctica intensiva: No te pases. Dale una oportunidad a la práctica extensiva y déjate ir como gordita en Tepetongo.

c) Tener poco tiempo libre y querer hacer sólo intensivo: No, pues así nunca.

d) No repetir los materiales cuando trabajamos con práctica extensiva: Este es un truco muy efectivo. Si vas a trabajar de manera extensiva, una de las claves es repetir y repetir. Ve la misma película tres veces, escucha la misma canción cinco veces, el mismo podcast en diez ocasiones. ¿Por qué? Porque no siempre estarás prestando toda la atención debida (recuerda que normalmente vas a estar haciendo otra cosa). Si repites, una vez entiendes algo, otra vez otra cosa y ya en la #8 casi todo.

e) Pensar que con lo que nos dan en la escuela ya quedó, listo Jalisco: Jajajajajajaja… a ver cuéntame una de vaqueros. Salvo que hayas empezado con clases de inglés en pre-kinder y lo hayas llevado hasta maestría, prácticamente sin interrupciones y siempre con buenos maestros, eso no va a pasar. En la escuela, la mayoría de los maestros zonzos (la RAE lo acepta con z-z o con s-s), te dirigen a la práctica intensiva y ahí radica buena parte del fracaso mexicano en cuanto al inglés se refiere. ¡Ponle de tu cosecha!

Verdad absoluta

Sin importar si eres Peña Nieto o Albert Einstein (que en mi ciudad también es una calle; el otro día vi una manta que decía “El Gobierno del Estado de México rehabilita Albert Einstein” y dije “no, pues este gobierno sí me salió fregón”), tendrás un nivel intermedio cuando hayas juntado 3 mil horas de práctica y avanzado con 5 mil horas. De ahí la importancia de saber la diferencia entre práctica intensiva y práctica extensiva… porque habrá días en los que no tengas tiempo libre, pero seguirás teniendo tiempo y hay que avanzar a como dé lugar, un día sí y otro también.   

Manos a la obra

Ya no hay mucho más que decir, pero, en serio, ponte las pilas. Ponte guapo y a trabajar se ha dicho. Si con esta entrada no te queda claro lo que tienes que hacer, pues es que estás muy zoquete (lo siento, pero sólo usando las palabras que corresponden es como la gente entiende).

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

Visita CAD Lenguas en Facebook: 
 y dale like a nuestra página.

¿Interesado en una clase de inglés en la que realmente puedas aprender y avanzar? Comunícate conmigo al 722-6113296 (WhatsApp).

jueves, 10 de agosto de 2017

¿Las reglas para tomar también aplican para aprender inglés?

Juan Carlos García Valdés

No están ustedes para saberlo, ni yo para contarlo, pero hubo una época de mi vida en la que si hubiera tenido coche y hubiera existido el alcoholímetro, seguramente en el Torito de mi ciudad me habrían expedido una tarjeta de visitante frecuente. Afortunadamente en aquellos ayeres, no tenía vehículo motorizado alguno, por lo que no tuve necesidad de visitar lugares de tan alta alcurnia.

Muchos años después de pasar vergüenzas por la ingesta irresponsable de alcohol, hoy me doy a la tarea de hacer recuento de esas máximas que mis mayores, mis amigos de Carnaval o la sociedad misma, a veces como secreto a voces, a veces como cantaleta que no por ello deja de ser verdad, tuvieron a bien compartir conmigo y, estoy segurísimo, con ustedes también, y sobre todo de analizar si en el proceso que ahora nos atañe, el aprendizaje de una lengua y no la aniquilación de caballitos, tienen validez alguna.

¡A la salud de los presentes!


Regla #1: No combinar

Nuestros padres nos lo repitieron hasta el cansancio: si empiezas con Chela, no te vayas después con Eulalia, pero ah... parece ser que la infidelidad es parte de nuestro ADN. Y es que quién no se ha decantado primeramente por una clara y después por una bohemia, para acabar la velada junto a (¡oh sorpresa!) Jack Daniels, Captain Morgan y hasta Don Julio Reposado.

Las consecuencias de este vaivén son del todo esperadas y, sin embargo, nada positivas, hangover garantizada, pero ¿qué pasa cuando el lugar en el que combinamos es el mundo de los idiomas y no el de la garrafa? ¿Vale la pena mezclar en este caso?

En los idiomas, a diferencia del Chupete Suazo, tener una amplia gama de actividades nos repercutirá a nuestro favor.

Uno de los mayores errores que frecuentemente veo en mis estudiantes es que centran todos sus esfuerzos en una sola acción (por ejemplo, contestar un libro) y, desafortunadamente, cuando se aburren o se cansan, no saben cómo seguir o dónde refugiarse. Por consiguiente, frenan el proceso y postergan los resultados.

Si en el alcohol la mezcla nos mata, en los idiomas lo terrible es la falta de variedad. Por ello, tengan siempre su vaso, cubeta o barril, dependiendo de su propio grado de intensidad, lleno de canciones, series, libros, podcasts, aplicaciones, juegos, revistas, quizzes y mucho más.

Combinen hasta el cansancio, pero sólo en el idioma y no en la fiesta.


Regla #2: Que no te dé el aire

Me han dicho y me han contado que el aire cuando se toma es peligrosísimo. ¿Quiénes me lo dijeron? Probablemente los que vieron cómo dicho airecito que Dios nos dio, muévelo que muévelo que muévelo (ah no, creo que ese es el botecito) me tumbó una vez con efectos catastróficos.

Érase una noche de fiesta y YeiCi, versión Juventino Rosas, decidió irse a la última fila, o lo que es lo mismo, se puso hasta atrás. Ya les digo que no están ustedes para saberlo, pero ese día se probó todos los zapatos posibles, hasta sus chanclas. Traía un cuete el muchacho como de esos que a menudo se avientan en los cumpleaños de Don Porfirio y total que en medio de la party loca, el susodicho divisó a unos amigos que recién llegaban al salón de fiestas y dada su exaltación, corrió a recibirlos. En el momento que cruzó el umbral de la puerta, nuestro protagonista de esta noche ya no supo nada más de su día y poco le faltó para olvidarse también de la vida misma. Aquello quedó en anécdota, pero anécdota suficiente para decirles que el aire es peligroso cuando se toma.

Ahora bien, cuando se aprende un idioma, las reglas cambian. En ese caso, buscaremos la brisa y a menudo el que nos dé un poco el remolino en el pescuezo nos ayudará a expandir horizontes y a aprender mucho más rápido.

Si pueden hacer que les dé el aire, adelante, no esperen ni un segundo: váyanse a Londres, a Nueva York o a Vancouver, salgan a conocer gente, futuros tertulianos en la lengua que aprenden, y no limiten su práctica y experiencia al salón de clases. Hay mundo allá afuera y el aire lo constata.


Regla #3: No le sigas el ritmo a tu amigo

En la canción Carnaval Toda La Vida de Los Fabulosos Cadillacs, la voz cantante se pregunta: "¿Por qué será que me gusta la noche?" y la respuesta no tarda en llegar: "Porque todo el que queda es un padre para mí, que se anima a decir todo y que te enseña a vivir lo que millones no se animan a decir".

Bueno, pues cuando recién empezaba de patriota (bandera: jugo de limón, tequila y sangrita), uno de esos padres putativos me dijo que yo tenía que tomar a mi propio ritmo y no al ritmo de los demás. "Mira, por ejemplo, un partido de futbol", me dijo. "A menudo gana el equipo que impone el ritmo".

Y si el paso semilento del tiki-taka o la vertiginosidad de la BBC han sido tan efectivas, eso no implica que lo sean para todos. Hay que dominar el propio ritmo, en la cancha y en la barra también.

Aquí sí, el mundo de las lenguas no es una excepción y más nos vale definir nuestro ritmo a la brevedad posible y defenderlo a toda costa, siempre y cuando sea benéfico para nosotros. Una hora al día es paso de tortuga, dos es el ya mencionado tiki-taka y a partir de tres estamos hablando en serio. Pero esto, ojo, es un día sí y el otro también, y no como el típico mexicano que cumple un día, celebra, y luego incumple seis.

Si tenemos amigos que estén aprendiendo un idioma y van más lento que nosotros, lo que prosigue es huir, evitar contagiarnos de su dilación y pachorra. Por el contrario, si van más rápido, veamos qué están haciendo bien, cómo están organizando su tiempo y cómo están incrementando su motivación día a día, y no dejemos pasar esas enseñanzas. Apliquémoslas.

En cualquier caso, no enmarquemos el proceso como una competencia. Hay que tomar y aprender a nuestro propio ritmo, pero sin hacernos Guajes Villas.


Regla #4: Mantente hidratado

Los que saben dicen que por cada trago corresponde un vaso de agua. Uno y uno, uno y uno y nunca más de un trago por hora.

La realidad es que en la vida diaria, los mortales suelen aplicar más la idea de que por cada chela ingerida, se amerita un vaso de otra cosa, digamos ron, brandy, whisky, vino, garañona o aguas locas y esa es su idea de la hidratación.

Estar tomando agua constantemente reduce los efectos nocivos del alcohol en ese bello cuerpo que Dios nos dio y, por ende, nos permite tomar mejor.

Habiendo dicho lo anterior, cabe preguntarse si la hidratación es necesaria cuando se aprende un idioma. Por hidratación, en este caso, no nos referiremos a la toma del líquido vital, sino a proveerle a nuestro querido yo de nuevas palabras todos los días. Si el cuerpo necesita agua al ingerir alcohol, el cuerpo y la mente necesitan palabras para aprender.

¿Cuántos vasos de agua te estás tomando al día? ¿Y cuántas palabras nuevas estás incorporando en ese mismo lapso? Hay gente que dice que debemos tomar ocho vasos al día y yo diría que deberíamos aprender dos palabras al día de nuestro idioma meta, si estamos en plan relajado, cinco o seis en plan velocidad media y diez, por lo menos, en plan me urge.

¿Y tú, estás bien hidratado?


Regla #5: Párale si te empiezas a sentir borracho

Bien decía mi tía Edelmira que uno debía dejar de comer no cuando el botón de la camisa estuviera a punto de emprender vuelo, sino cuando sintiéramos que el botecito estuviera a un 70 por ciento de su capacidad. "Nada de tanque lleno y ante todo, muévelo que muévelo que muévelo".

Los consejos en torno al alcohol versan de manera parecida y si bien es cierto que muchos sugieren parar cuando estamos beodos, tal vez lo más recomendable sea detenernos antes.

¿Y qué hacer si estamos borrachos de tanta práctica del idioma? Si nos sentimos extenuados, lo mejor es parar y hacer algo distinto: salir a caminar, comer algo, echarnos una siestecita, pasear al perro (sobre todo si se tiene uno).

Si bien es cierto que tres horas o más de práctica al día es lo ideal, también es importante mencionar que eso no implica que tengamos que hacerlo durante tres horas seguidas. De nueva cuenta, lo fundamental será definir nuestro ritmo: a lo mejor tres períodos de una hora o cuatro de cuarenta y cinco minutos, lo que más se adapte a las necesidades y posibilidades del interesado.

La clave es no frustrarnos ni agotarnos a tal grado que seguir nos resulte poco apetecible. Paso a paso, poco a poco, pero siempre avanzando.


Manos a la obra

El día de hoy analizamos cinco reglas para tomar y vimos si tenían aplicación o no en el campo de los idiomas. Si bien en la ingesta de alcohol no es recomendable, combinar es fundamental en la práctica del idioma. También debemos procurar que nos dé el aire, marcar nuestro propio ritmo, mantenernos hidratados por medio de palabras nuevas y saber cuándo parar.

Ya ven, el amor a mi Don Julio me dejó algunas cosas positivas. Ahora les toca a ustedes aprovecharlas y de vez en cuando (dije de vez en cuando) echarse una chela para celebrar sus avances.

¡A tomar se ha dicho... el aprendizaje del idioma con seriedad!

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

Visita CAD Lenguas en Facebook: 
 y dale like a nuestra página.


¿Interesado en una clase de inglés en la que realmente puedas aprender y avanzar? Comunícate conmigo al 722-6113296 (WhatsApp).

jueves, 3 de agosto de 2017

4 Youtubers para aprender a bordar chalinas (obvio no… para aprender a hablar inglés)

Juan Carlos García Valdés

Si nos vamos a pasar buena parte de nuestra existencia en YouTube, más nos vale que de vez en cuando le saquemos el máximo provecho a dicha plataforma y qué mejor que acompañados de la crema y nata de los Youtubers que nos pueden ayudar a aprender inglés.

He seleccionado cuatro que estoy seguro les pueden beneficiar muchísimo. Aquí les dejo mi selección:


#1.- Superholly

Gracias a mis recomendaciones de YouTube es que llegué al canal de esta persona tan interesante. Superholly nació en Charlotte, Carolina del Norte, pero debido al trabajo de su padre, vivió durante mucho tiempo en México. Así es que su inglés es nativo y me atrevería a decir que su español es mejor.

Algunos de sus videos son en inglés y otros son en español y esta combinación, ya se los digo, me parece francamente atractiva y efectiva.

Con Superholly lo mismo pueden:

a) Aprender eufemismos y disfemismos para decir que alguien ya se petateó o pasó a mejor vida, para referirse a las mentiras, al hurto, a la menstruación y para cuando hay que ir a hacer del uno o del dos, o de la pi y de la po para los que ya somos más maduritos.


b) Revisar la pronunciation que a veces nos hace sudar la gota gorda, por ejemplo, en las siguientes palabras: boot, bought, but y boat, entre otras.


c) O aprovechar algunos de sus videos destinados a la audiencia del país de las barras y las estrellas para practicar nuestro listening:


En fin, ustedes deciden.


#2.- FastBrainTV

Igual, gracias Recomendaciones de YouTube (hazme tres hijos por favor, como diría el buen Martinolli, por lo atinado que eres), por permitirme conocer a este tío que os juro que es un crack (vamos, que de a poco, voy recuperando mis raíces del Valle del Esva).

Les cuento brevemente acerca de mi primer encuentro con este genio. Una buena tarde de verano, YouTube me sugirió ver su vidio intitulado 'No aprendas inglés como los niños, aprende como los adultos', y yo, que siempre había defendido el aprender como párvulos, me dije "pues nada, que ya está, que este tipo no ha de saber mucho de lo que habla, pero lo veré un par de minutos, sólo para que todos tengan su libertad de expresión garantizada".

¿Y qué creen? Pues que al primer flechazo quedé cautivado. Fue uno de esos momentos en los que otra persona dice justo lo contrario de lo que tú piensas, pero lo dice tan inteligente y elocuentemente que te quedas de a seis, como si de una revelación se tratara.

Su acento les podrá gustar o no, pero lo que les pido es que se centren en sus ideas para aprender.

Con FastBrainTV podrán:

a) Aprender trucos para memorizarse esos phrasal verbs del demonio, que yo sé que a casi todos les cuesta trabajo (el video es un poco largo, pero tiene partes muy provechosas).


b) Aprender vocabulario de manera más fácil, rápida y organizada (omitan la parte un poco controversial del gato).


c) Aprender a aprender como los adultitos y no como los babies. Este video cambió muchos de mis paradigmas en cuanto al aprendizaje de los idiomas se refiere.



#3.- The Effortless English Show

A este muchacho no llegué por medio de las recomendaciones, sino a través de una persona muy cercana que de tanto picarle al YouTube se topó con el gran AJ Hoge. Y es que, he de decirles, esta persona estaba tan motivada (para bordar chalinas y para mejorar su inglés) que pronto empezó a dedicar el 98.62 por ciento de su vida a buscar más materiales y recursos para aprender.

The Effortless English Show, me parece, puede ser conveniente si lo que quieres es:

a) Practicar tu listening con un hablante nativo que no diga las cosas tan rápido.

b) Reflexionar sobre cómo aprendes un idioma.

Aquí les dejo tres recomendaciones:

Learn English With Movies Using This Movie Technique: https://www.youtube.com/watch?v=791cOfTEkEc

Pronunciation Training Techniques:

How to Create Confidence:


#4.- mmmEnglish

Emma puede ser su gran amiga en el proceso de aprendizaje del inglés si lo que quieren es:

a) Hablar naturalmente y conseguir esa fluidez tan deseada (tiene subtítulos en inglés, lo que puede ser una gran ventaja, sobre todo si estás en un nivel básico o pre-intermedio).


b) Aprender vocabulario como todo un sensei.


c) Mejorar la forma en la que describes cosas y lugares, usando palabras como significant, magnificent y remarkable.



Manos a la obra

Estos cuatro Youtubers, Superholly, FastBrainTV, AJ Hoge y Emma, deberían formar parte de tu vida cotidiana cuando de aprender inglés se trata. Ellos se esfuerzan para que tú aprendas y para compartir contigo tips que mejorarán mucho tu listening, pronunciación, vocabulario y muchos otros aspectos más del English language, como para que tú los descartes de buenas a primeras.

Aprovecha estos canales y no te quedes nada más con mis recomendaciones. YouTube está lleno de gente inteligente (algunos, verdad; otros cero, nada que ver, oh my God!, pero al menos estos cuatro sí que sí) y el que busca, según me han dicho, encuentra (o por lo menos se acerca; o no aprende, pero bien que se divierte).

¡Empieza hoy!

Puedes compartir cualquier duda, pregunta, comentario o sugerencia escribiendo al correo electrónico juan.garciavaldes@cadlenguas.com

Visita CAD Lenguas en Facebook: 
 y dale like a nuestra página.

¿Interesado en una clase de inglés en la que realmente puedas aprender y avanzar? Comunícate conmigo al 722-6113296 (WhatsApp).