Juan Carlos García
Valdés
¿Cada cuánto ves a tus mejores amigos? ¿Cada cuánto vas a la
reunión familiar, al bautizo, al bodorrio, a los quince años de la prima de tu
amiga, al baby shower de tu vecina?
¿Cada cuánto te sientas a apoyar a tu equipo favorito, ya sea enfrente de la
caja para tontos o en la grada del estadio? ¿Cada cuánto sales de vacaciones?
Oye, ¿pues no que no tenías tiempo? Lo que pasa es que estás
usando una técnica que si usaras para el aprendizaje del inglés te redituaría y
mucho. Estás usando la técnica del bloqueo.
Hay que ser congruentes
Si esa cantaleta de que no tienes tiempo para aprender inglés
fuera cierta, entonces tampoco tendrías tiempo para todo lo demás que ya se
comentó, porque si tienes tiempo para eso, también tienes tiempo para aprender
inglés. Lo que pasa, más bien, es que no te importa.
Sí, ya sé, vas a decir que sí te importa. "No teacher,
¿cómo cree? Claro que sí". Pero seamos honestos, eso es de dientes para
fuera, puro lip service, mera
palabrería, porque cuando algo te importa de verdad, lo haces y ya. Punto. Sin
excusas.
Tú más bien, si dices no tener tiempo, te has convertido en
un político profesional, de esos que hacen mil promesas y no cumplen nada. Ah,
pero eso sí, ¡cómo sonríen! Si arguyes no tener tiempo, deberías también pedir
que cambiaran tu apellido a Peña Miento o Tramp-osillo.
¿Por qué sí te da
tiempo de ir a la pachanga, pero no de repasar?
Cuando haces algo, es porque lo estableciste, consciente o
inconscientemente, como una prioridad y por ende bloqueaste todo lo demás. A lo
mejor estás vuelta loca en el trabajo o en la escuela, pero te dio tiempo de ir
a comprar el regalo, el vestido para la fiesta, los zapatos y hasta de irte a
maquillar cual estrella de Hollywood. En otras palabras, al menos por unos
minutos, horas o días, todo lo demás lo mandaste a la reverenda Chihuahua. Para
no quedarle mal a tu best friend forever
and ever, a tu prima a la que ves cada que hay eclipse solar o hasta a tu
vecinita, a la que apenas ubicas.
Te preguntas cómo les vas a quedar mal a las susodichas, pero
lo cierto es que tú siempre te quedas mal a ti misma porque cuando viene el
llenado de la solicitud de trabajo no sabes si poner Inglés 2% o ya mejor next y busquemos un empleo donde no
estén molestando.
Bloqueas cuando es
prioritario, no le busquemos tres pies al carnero
Analicemos la manera en la que bloqueas el tiempo cuando se
viene el casamiento de tu cuñada, conocido o peor es nada.
En primer lugar, existe un interés de tu persona por ser
partícipe de tal evento, suceso o reunión. Entonces lo apuntas en tu agenda o
confías en tu memoria (cosa que yo no podría hacer) y empiezas la segunda
etapa, la de los preparativos.
Si tu jefe te dice que el día D hay junta, lo mandas a volar,
y si un conocido de esos que abundan te invita a la Tercera Reunión de la
Asamblea para un México sin Conejos Verdes cuyas Orejas Midan más de Diez
Centímetros, simplemente lo bateas. Tú estás concentrado en lograr tu objetivo:
ir al evento, divertirte y de paso asombrar a los asistentes con tus habilidades
en el Payaso de Rodeo (algo que yo tampoco podría).
¿Te das cuenta? Estás concentrado y no permites ninguna
interrupción ni dilación alguna, o como diría Paco Jémez: "para
estupideces no estoy".
¿Y entonces por qué cuando de practicar se trata sí estás
para todo tipo de tonterías e interrupciones? Pues simplemente porque a) no lo
has definido como una prioridad o b) porque te vale lo que a mí aprender a
hacer windsurfing.
Hasta que no visualices para qué quieres el inglés, este no
podrá ser una prioridad en tu vida
En serio, de verdad, la neta del planeta, aquí entre nos, off the record, ¿para qué quieres el
inglés? Si en tu cabeza o en tu corazón todavía no hay una respuesta clara, no
habrá forma de que este se convierta en uno de los ejes rectores de tu vida.
Lo mismo pasa, por ejemplo, con el dinero. Los que nunca lo
tienen es porque no saben para qué lo necesitan. En el momento en el que
alguien se da cuenta para qué desea tenerlo, el proceso se vuelve mucho más
fácil. Sucede de igual forma con el tiempo libre y con el amor, con los autos y
el conocimiento, con la amistad y las pica fresas.
Así es que si no has sabido contestar el para qué, es momento
de sentarse y reflexionar: What is the point
of learning English? ¿Para tener un mejor trabajo? ¿Para hacer una maestría
en Pachuca, Hidalgo? ¿Para conocer gente? ¿Para conocer a tu príncipe azul o a
tu princesa lila? ¿Para farolear? ¿Para leer Harry Potter en idioma original?
¿Para ver tu serie favorita sin subtítulos? ¿Para viajar? ¿Para qué
exactamente? Encuentra la respuesta y podrás empezar a bloquear aquello que no
te conduce a la consecución de tu objetivo.
Copia, copia, copia
Ya se los digo yo, con toda la sinceridad del mundo: desde
que hice de mi aprendizaje del alemán una prioridad en mi vida, siempre
encuentro tiempo para practicar, aprender y repasar (y los avances
definitivamente los siento).
Lo que hice fue copiarles a los que saben o supieron como
establecer prioridades: Brian Tracy, Jim Rohn, Tony Robbins y Bodo Schäfer,
entre otros. Vi sus ejemplos, sus resultados y me dejé llevar, porque como dice
una canción muy sabia: "Les digo ven, ven, ven, animalito ven, ven y
sígueme y verás lo que vas a aprender", siempre sin dejar de lado que
"lo peligroso es gracioso, lo difícil es hermoso" y lo más grande es
el hecho de decir: ¡Me puedo comunicar en otro idioma!!!
Manos a la obra
Bloquea una hora al día (o dos o tres) de acuerdo con tus
posibilidades para seguir aprendiendo inglés. En ese lapso, no permitas
interrupciones y dedícate a los libros, a las canciones, a las series o a lo
que sea que hayas elegido para practicar. Si lo has logrado para tus eventos
sociales, reuniones y demás actividades, no veo por qué no puedas hacerlo para
tu aprendizaje del inglés. A no ser, claro está, que no te importe.